ÁGORA
Los rectores de las universidades públicas madrileñas se reúnen para resaltar su impacto social y pedir una mejor financiación
Fotografía: Francisco Rivas - 17 abr 2024 12:20 CET
Los rectores de las seis universidades públicas madrileñas han participado este 17 de abril en el Círculo de Bellas Artes en el ciclo “Desayunos Alcalá”, que organiza la Universidad de Alcalá de Henares. Lo han hecho para defender al unísono el valor e impacto social de la universidad pública. Cada rector ha abordado un componente diferente de esa labor imprescindible que realizan las universidades. Al rector complutense, Joaquín Goyache, le ha correspondido subrayar el valor de la investigación universitaria, tradicionalmente poco valorada, pero imprescindible y con efecto constante e inmediato en las vidas de las personas.
Goyache ha recordado que el 70% de la investigación en España se hace en las universidades, y además lo hace en todas las áreas. “Somos, sin duda, el motor de la investigación en nuestra región y en nuestro país”, afirmó. También la transferencia de esa investigación es permanente, no solo a través de patentes, sino que incluso se hace sentir en el día de la región, por ejemplo, con la constante celebración de congresos. Además, “no investigamos por investigar, sino para mejorar la formación. Preparamos a los científicos y científicas del mañana”, recordó el rector.
No obstante, Goyache considera que el impacto sería aún mayor si la legislación vigente no fuera tan garantista. En ese sentido, se mostró muy crítico con la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, que equipara a las universidades con corporaciones como los ayuntamientos y “nos hace gestionar la ciencia como ayuntamientos, lo que va en contra de la investigación. No somos delincuentes. No tienen que hacernos una investigación previa, que la hagan muy dura post y que no perdamos dinero público de investigación”, concluyó.
El resto de rectores -que como se recordó no se reunían en un acto no académico desde 2004- fueron abordando otros factores de ese valor e impacto social de las universidades públicas madrileñas. Así, José Vicente Saz, el rector de la Universidad de Alcalá, se refirió a su impacto económico. Lo hizo a través de las cifras contenidas en un reciente estudio realizado por su institución, en el que se indica que la UAH es el mayor empleador del corredor del Henares; genera un impacto económico directo anual de 113 millones de euros; tiene un gasto en proveedores de 35 millones, y el valor social de su formación e investigación se estima en 144 millones. Cantidades que son muy superiores a las que, como resaltó, la universidad recibe del erario público y que son extrapolables, teniendo en cuenta la dimensión de cada una de ellas, a cualquier otra universidad pública madrileña. “Cada euro que se invierte en universidad se convierte en 5 euros”, recalcó.
Saz reflexionó que la sociedad no es consciente de la labor de las universidades ni de este impacto. Si acaso, sí por su labor formativa, pero no por la investigación, innovación, transferencia, generación y difusión de la cultura... “No somos entidades generadoras de gasto, sino que generamos un gran beneficio. Una sociedad que no invierte en sus universidades es una sociedad que está renunciando a su futuro”.
El rector de la Universidad Politécnica, Guillermo Cisneros, resaltó el valor de la formación que ofrecen las universidades y cómo estas se esfuerzan para adaptar su oferta a los cambios sociales y tecnológicos de este mundo “volátil, incierto, complejo y ambiguo” en el que nos movemos. “Formamos a nuestros estudiantes para resolver problemas que todavía no se han planteado, en empresas que aún no existen, con tecnologías que aún no se han inventado”, concluyó con esta frase que atribuyó a un antiguo vicerrector de su universidad.
Amaya Mendikoetxea, la rectora de la Universidad Autónoma de Madrid, subrayó el papel que las universidades cumplen tanto como ascensor social, sobre todo de las clases más desfavorecidas, como de amortiguador del riesgo de descenso social, que también existe ante las situaciones de crisis. De acuerdo con la rectora, a veces se atribuye a la sobrecualificación que tienen el 30% de los empleados que han pasado por la universidad para deslegitimar su valor social y considerarla como una institución antigua y un gasto para los contribuyentes. Nada más lejos, a su entender, de la realidad, que muestra que los titulados universitarios tienen un mayor índice de empleabilidad, salario, productividad y empleo de mayor calidad. Además, la universidad cumple un papel “en la formación de ciudadanos, que no te lo dan ni plataformas on line ni cursos de capacitación profesional”. Las universidades propician “sociedades más cohesionadas y más igualitarias”, concluyó la rectora.
El rector de la Rey Juan Carlos, Javier Ramos, recalcó que acercarse a las universidades beneficia tanto a las personas como a las empresas y a la propia sociedad en su conjunto. Así, las cifras demuestran que en un mismo contexto social, quienes no pasan por la universidad tienen una empleabilidad entre un 15 y un 20 por ciento menor. Lo mismo les pasa a las empresas. Las que colaboran con las universidades compiten mejor en el mercado internacional. Y qué decir de su impacto en la sociedad. Basta con ver lo sucedido en España durante los años de la Transición y cómo las universidades se convirtieron en el motor de nuestro país. “Hoy es Madrid, hoy es España, lo que hace 20 años fuimos las universidades. Las universidades no solo creamos buenos profesionales, sino que somos la fuerza tractora de la sociedad. Somos pieza clave para el avance social e individual. Si lo hacemos bien, la próxima generación tendrá una buena vida; si lo hacemos mal, puede retroceder”, concluyó.
Al rector de la Universidad Carlos III, Ángel Arias, le correspondió abordar el tema más espinoso: la financiación. “Somos el motor de transformación social y para ello necesitamos financiación”, señaló para dejar clara su posición y la de los rectores en su conjunto desde el primero momento. Arias recordó que hoy las universidades españolas, las madrileñas incluidas, tienen un 15% menos de financiación que en 2010. “Es necesaria una apuesta decidida por las universidades. Madrid tiene el PIB más alto de toda España y no es la que más invierte en I+D+I”, volvió a recordar.
De acuerdo con el rector Arias, las universidades necesitan una financiación que cubra tanto sus gastos de personal como que permita modernizar sus edificios e infraestructuras, en muchos casos obsoletos. Además, se abrió a que una parte de la financiación sea por objetivos. “Lo permite la Ley de Universidades estatal y debe permitirlo la ley autonómica”. Y todo ello debe hacerse en un marco de financiación plurianual, puesto que “en diciembre no sabemos aún el presupuesto del año siguiente”. "Sin un nuevo modelo de financiación todo lo dicho hoy aquí está en riesgo. Tenemos que reivindicar una mejor financiación no por las universidades, sino por la sociedad”.
El Desayuno concluyó con un turno de preguntas de público y medios de comunicación, en el que se trataron aspectos como la necesidad de iniciar cuanto antes la negociación con la Comunidad de Madrid para diseñar una nueva ley de universidades autonómica; la puesta en marcha de medidas para favorecer la transferencia a las Pymes, a las que los requisitos de la actual legislación -artículo 60 de la LOSU, como señaló el rector Goyache, se les hace muy “tediososo”, o fórmulas para hacer más justo el acceso a las universidades que la actual EvAU por Comunidades autónomas.
Por últimos, los rectores fueron preguntados sobre el auge de las universidades privadas en la región, una situación que, de acuerdo, con el rector Goyache no les preocupa en cuanto a la demanda, ya que “las públicas llenamos todas nuestras plazas”, pero sí en otros aspectos. “Para mí el mapa de universidades es disparatado. Se está creando una burbuja de universidades, particularmente grave en Madrid, que va a estallar en cinco, diez años, y que arrastrará primero a las privadas. Estoy a favor de las universidades privadas, absolutamente, pero quiero universidades privadas de calidad, que sean universidades que apuesten por la investigación y por la transferencia y eso lamentablemente no ocurre aquí”, explicó el rector complutense.