IGUALES

Mesa redonda organizada por la Facultad de Veterinaria para celebrar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Las investigadoras Margarita del Val y María Blasco animan a las niñas a dedicarse a la ciencia

Texto: Jaime Fernández - 10 feb 2021 20:15 CET

La Facultad de Veterinaria ha vuelto a unirse a la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, proclamado por la Asamblea General de Naciones Unidas en el año 2015. Para ello, la Facultad ha participado en el documental “Yo también quiero ser científica”, ha montado una exposición fotográfica sobre los hallazgos de científicas a lo largo de la Historia y ha organizado dos mesas redondas. En la segunda de ellas han participado la investigadora del CSIC, Margarita del Val, y la directora del CNIO, María Blasco. Las dos han animado a las niñas a adentrarse en la carrera científica.

 

María Arias Álvarez, vicedecana de Investigación, Transferencia y Biblioteca de la Facultad de Veterinaria, considera que “todavía queda mucho por hacer”, sobre todo porque “las mujeres que no elijan las carreras STEM ahora no podrán estar representadas en el futuro en esas áreas, que probablemente sean las mejor remuneradas”. Con la idea de encontrar referentes para las estudiantes, se ha organizado esta mesa redonda titulada “Mujeres y ciencia, con mayúsculas”.

 

En ella, Margarita del Val, dirigiéndose a futuras científicas, aseguró que “si te gusta hacer preguntas de todo tipo, y te gusta buscar respuestas e informarte, te gustará mucho más si participas tú misma. La ciencia es un trabajo precioso e ilusiona mucho, porque cambia siempre, tienes la capacidad de ir aprendiendo cosas nuevas y ves cómo puedes contribuir con pequeñas cositas que van quedando ahí”. Añadió la investigadora que “si te gusta, dedícate a ello, que nadie te ponga trabas”.

 

María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), también considera que “poder contribuir a las respuestas es una de las mejores cosas que tiene la carrera científica, ya que la ciencia es lo que ha hecho que avancemos como humanidad. Queda mucho para acabar con el sufrimiento y las injusticias y si te haces científica podrás contribuir a hacer un mundo mejor”.

 

Tanto Del Val como Blasco relataron su trayecto, desde sus estudios en el instituto hasta la actualidad. Las dos tienen claro que las mujeres pueden encontrarse con mayores obstáculos, “por la sociedad a la que pertenecemos, pero sin culpar a nadie en particular”. Cree la investigadora del CSIC que “la discriminación es intrínseca y hay tanto actitudes machistas como sumisas, y es fundamental ser consciente de ello, porque a partir de esa consciencia es cuando se puede mejorar”.

 

La directora del CNIO explica que al llegar a su actual cargo creó una oficina de Mujer y Ciencia, y “gracias a ella han cambiado muchas cosas en el centro, hay un servicio de guardería, jornada continua y flexible, teletrabajo… Muchas cosas pensadas para que las mujeres tengan las menores dificultades posibles para llegar a lo más alto de su carrera investigadora”.

 

Corresponsabilidad

En 2007, Blasco tuvo a su hijo Ariel, y pudo conciliar la vida laboral y la familiar, gracias a su pareja que compartió con ella los cuidados, pero "cuando no ocurre así, esa suele ser una de las barreras que se encuentran las mujeres para avanzar en la carrera investigadora". Del Val también ha contado con la ayuda de su pareja para el cuidado de sus hijos y considera que “se debería valorar el cuidado a los hijos que hacen los hombres, ya que esas tareas se deberían dignificar las haga un hombre o una mujer. Al igual que el cuidado de los mayores, porque cuanto más dignas sean, mejor para hombres y mujeres, y también serán dignas para las personas que se cuidan”.

 

La vicedecana María Arias Álvarez coincide en que “hay que incluir a los hombres, concienciarles de que hay que compartir las tareas, y ahí es fundamental la educación que damos a hijos e hijas, y que entiendan que la corresponsabilidad es igual para hombres y mujeres”. Según Del Val,  en eso la flexibilidad es clave y además “como los científicos son muy responsables a la hora de llevar a cabo su trabajo es muy importante esa flexibilidad laboral, sobre todo cuando una mujer quiera tener a sus hijos”. Cree que tendría que haber alguna sesión que gane para la causa a todos los hombres que las apoyan, porque hay muchos, y lo que no se puede hacer es culpabilizarles. Considera que “integrar a los hombres es muy importante en este tipo de actividades, no es bueno enfrentarse a ellos, porque son tan producto de la sociedad en la que vivimos como las mujeres”.

 

Lecciones

María Blasco recuerda que aun sin haberlo planeado, sus mentoras han sido siempre mujeres tanto en España como en Estados Unidos, y le han enseñado a ser luchadoras y fuertes, porque eran mujeres que peleaban porque se reconocieran sus méritos y dispuestas a competir al máximo nivel. Por eso, la directora del CNIO cree que “hay que ser proactivas, nunca te regalan nada, muchas veces hay que pelear”.

 

Considera de todos modos que “la ciencia es una de las mejores carreras para las mujeres, porque está basada en la meritocracia, así que es difícil que no te reconozcan los méritos. En un cargo de gestión sí se nota más el machismo, porque hay todavía personas mayores, sobre todo señores mayores, acostumbrados a un mundo con unos códigos donde las mujeres no tenían ninguna autoridad, aunque eso ocurre mucho menos con las generaciones más jóvenes”.

 

Margarita del Val reconoce que “es fantástico que los chicos jóvenes entiendan la igualdad como algo natural”, aunque también le sorprende que haya algo de machismo entre chicos y chicas jóvenes. Le preocupa cómo puede estar todavía tan vivo ese machismo y considera que hay un largo camino por recorrer para cambiar la sociedad. De todos modos, comparando España con Alemania, donde estuvo cinco años, opina que aquel es un país muy machista, sobre todo por la desigualdad tremenda por los beneficios que se dan por la maternidad solo a las madres, que al final las aparta durante largos periodos de tiempo de la carrera científica. De acuerdo con Del Val, “las ayudas deben ser accesible a ambos, e irrenunciable para ambos”, de tal manera que la maternidad y la paternidad no se conviertan en elementos de exclusión laboral.