EN VERDE

Mariano Molina Martín, director de Comunicación y Estrategia de la ONG Energía Sin Fronteras (ESF)

Cómo hacer frente a la emergencia climática

Texto: T. C. - 25 oct 2021 12:37 CET

El pasado 20 de octubre tuvo lugar la tercera jornada del Ciclo de Conferencias “Los ODS: desafíos medioambientales para un planeta con futuro”, dedicada en esta ocasión al tema del cambio climático y la contaminación atmosférica y estuvo centrada en dos ODS, el ODS 13: “Acción por el clima” y el ODS 7: “Energía asequible y no contaminante”.

 

El primer ponente de la jornada fue Fidel González Rouco, profesor titular del Departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la Facultad de Ciencias Físicas de la UCM, investigador del Instituto de Geociencias UCM-CSIC y miembro de Complutenses x el Clima, que impartió la ponencia “Cambio climático: causas y consecuencias”. Como experto en modelización climática, explicó cómo se puede saber que el cambio climático actual está producido por las actividades humanas y de qué forma se puede predecir el cambio climático en el futuro. Tras ello habló de si realmente estábamos o no en una situación de emergencia y qué posibilidades tenemos todavía para controlar el cambio climático en el futuro. De acuerdo con él, “efectivamente, estamos en una situación de emergencia climática y el margen que tenemos para actuar cada vez es más pequeño si queremos lograr que el aumento de temperatura en la tierra no supere los 1,5-2 ºC, que es el objetivo fijado por la comunidad internacional en el Acuerdo de París”.

 

Recordó que “por encima de estos aumentos de temperatura, las consecuencias serían desastrosas para la población (hambre, desastres naturales, migraciones climáticas...), afectando de forma muy importante a la posible consecución de un buen número de ODS y a la prosperidad y futuro de la población humana. Afortunadamente, ya nadie pone en duda que el cambio climático existe y de que las actividades humanas son las causantes de este desajuste. Ahora es el momento de adaptar medidas ambiciosas, aunque quizás impopulares, para luchar de manera efectiva y decidida contra el cambio climático, aplicando tanto medidas de resiliencia como de mitigación del cambio climático futuro”.

 

Sergio de Otto Soler, patrono de la Fundación Energías Renovables y Fundador de SdeO Comunicación, impartió una ponencia titulada “Energías renovables y transición energética”. El ponente expuso el papel central que tienen las energías renovables para lograr la descarbonización en la producción de energía eléctrica, que es el sector que más emisiones de gases de efecto invernadero emite y explicó “la necesidad de un cambio de paradigma en la producción eléctrica porque los mayores costes de generación de la energía eléctrica mediante energías renovables es una cosa del pasado, ahora la energía renovable es más barata que otras formas de generación de energía eléctrica, sobre todo aquélla que utiliza combustibles fósiles”.

 

De Otto indicó que “el gas natural, no es que sea un combustible limpio, sino que es el menos sucio, y en este sentido, no debe ser una prioridad en las políticas energéticas, más bien su papel debe ser únicamente de soporte a energías renovables”. Comentó también el conferenciante la importancia en un escenario futuro de descarbonización de la generación distribuida de electricidad (autoconsumo), fundamentalmente a través de la utilización de energía fotovoltaica, porque “aunque la generación distribuida puede jugar un papel importante en la descarbonización, siempre va a ser necesaria la presencia de plantas de generación medianas y grandes cerca de los consumidores”.

 

Sergio de Otto lamenta que plataformas como “Renovables SÍ, pero así NO” estén reclamando una moratoria para la producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables de 5 MW, porque “nadie duda de que estas instalaciones deben cumplir con toda la legislación referida a evaluación de impacto ambiental y evitar su construcción en zonas de especial valor ecológico o paisajístico, pero ahora no es el momento de moratorias, estamos en una situación de emergencia climática donde las energías renovables son, al menos, parte de la solución”. Aseveró De Otto que hay días del año en el que las renovables pueden suponer ya más del 50% de la energía consumida en España.

 

En cuanto al papel de la energía nuclear en la descarbonización, fue tajante en que “el coste de la nuclear es significativamente superior al de las energías renovables, produce unos residuos con vidas medias muy elevadas (que dejamos a las generaciones futuras) y que nunca está 100% exenta de riesgos”. Cree también que “la importancia que se le está dando al hidrógeno como parte de la solución para lograr la descarbonización es un error”.

 

Concluyó De Otto pidiendo a los asistentes, la mayor parte de ellos estudiantes universitarios, que siempre “cuestionen todo lo que les digan (incluida esta ponencia), para trabajar y avanzar en la resolución de temas tan importantes como el cambio climático y la tan necesaria descarbonización para el mundo”.

 

La secretaría técnica de la Plataforma Tecnológica Española del CO2 (PTECO2), Rosa María Alonso López, dictó la conferencia “Tecnologías de captura, almacenamiento, transporte, usos y transformación del CO2”, en la que habló de otra alternativa para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a la consecución de los objetivos del Acuerdo de París: la captura, almacenamiento, transformación y usos del CO2.

 

En su charla presentó la Plataforma Tecnológica Española del CO2, que es una iniciativa promovida por el sector privado, centros de investigación y universidades españolas, que está financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y aúna representantes de este ministerio, así como del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, y del Ministerio para la Transición Ecológica. El objetivo principal de la plataforma es fomentar el desarrollo e implantación de las tecnologías de CAUC (captura, almacenamiento y usos del CO2) con el propósito de que España cumpla sus compromisos de reducción de emisiones y logre un sector del dióxido de carbono económico y competitivo.

 

La ponente expuso las diferentes tecnologías de captura (1ª y 2ª generación), almacenamiento, transporte, usos y transformación del CO2, que incluyen usos directos, usos químicos y usos para mejora biológica. Lamentó Alonso López que, aunque España fue el primer país que transpuso la directiva 2009/31/CE mediante la ley 40/2010 sobre almacenamiento geológico de dióxido de carbono, después el desarrollo regulatorio y normativo se ha ralentizado mucho, a pesar del enorme potencial de almacenamientos geológicos viables en España para el CO2. Destacó, sin embargo, que “se constata un avance imparable en este tipo de proyectos que se están poniendo en marcha a nivel mundial (135 actualmente, 27 en operación), que ya evitan la emisión de 40 millones de toneladas al año de CO2”. La conferenciante presentó algunos de los ejemplos de este tipo de proyectos que están en marcha y recordó que las tasas de emisión de CO2 están siendo, en este momento, claves para facilitar la incorporación de este tipo de tecnologías CAUC en el sector industrial y energético.

 

Cerró la sesión Mariano Molina Martín, director de Comunicación y Estrategia de la ONG Energía Sin Fronteras (ESF), con la ponencia “El acceso universal a la energía: cómo garantizarlo”. Molina Martín comenzó su conferencia incidiendo en datos objetivos que indican la magnitud del problema: “hay 800 millones de personas en el mundo sin acceso a la electricidad y 2.600 millones de personas utilizan leña para cocinar y calentarse (el 93% de las personas del África subsahariana y el 83% en áreas rurales)”. Además, gran parte de los más de 8 millones de personas que se mueren cada año por causa directa de la contaminación, se producen por el uso de cocinas ineficientes y la quema de combustibles fósiles.

 

La energía, comentó, tiene un “carácter transversal puesto que es un elemento crucial para la erradicación de la pobreza y el hambre, la provisión de agua limpia y saneamiento, la salud, la igualdad de género, la lucha contra el cambio climático y la creación de oportunidades para el empleo y el desarrollo económico”. A nivel domiciliar, la falta de electricidad supone perpetuar la pobreza y un lastre para el desarrollo económico y social de una comunidad, en la medida en que muchos servicios públicos o comunes no pueden alcanzar los niveles deseables de calidad y eficacia.

 

El ponente definió la energía como un “motor de los ODS”, puesto que la energía asequible y limpia aporta la posibilidad de concreción de muchos de esos objetivos.  Para garantizar el acceso universal a la energía, que no es exclusivo de los países en desarrollo, sino también de países que podrían considerarse desarrollados, como España, “hay que arrimar el hombro entre todos”, y eso pasa por implicar a gobiernos, entes reguladores, empresas, organismos financiadores y de cooperación al desarrollo, sociedad civil…

 

Molina Martín terminó su exposición recogiendo algunos ejemplos de proyectos llevados a cabo por Energía sin Fronteras tanto a nivel internacional (sobre todo en Latinoamérica) como a nivel nacional, que muestran la gran diversidad de proyectos y personas beneficiadas de las actividades de esta ONG, y todo ello a pesar de ser una ONG pequeña, compuesta por unos 150 voluntarios.

 

El próximo 27 de octubre, de 13 a 15 h, se celebrará la cuarta jornada del ciclo de conferencias, dedicada también al cambio climático y a la contaminación atmosférica. En ella se podrán escuchar cuatro ponencias: “El papel de las grandes ciudades en el cambio climático”, por Julia Moreno Rosino, senior manager de Acción Climática Inclusiva, C40 Cities; “Calidad del aire en las ciudades”, a cargo de Saúl García Dos Santos-Alves, jefe del Área de Contaminación Atmosférica del Centro Nacional de Sanidad Ambiental (Instituto de Salud Carlos III); “Hoja de ruta hacia la neutralidad climática en la ciudad de Madrid y movilidad urbana sostenible”, impartida por Juan Azcárate Luxan, subdirector de Energía y Cambio Climático del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, y “La contribución de las Smart Cities a los ODS”, de Rubén Talavera García, del Departamento de Geografía de la Facultad de Geografía e Historia de la Complutense.