CINE
Una aventura científica y divulgativa: "El latido de las rocas"
Texto: José Antonio Jiménez de las Heras, Fotografía: CREAV - 20 nov 2025 15:42 CET
La Facultad de ciencias de la Información acogió el 18 de noviembre el estreno del documental El latido de las rocas, dirigido por la profesora de dicha Facultad, Almudena Muñoz Gallego y por el videógrafo Álvaro Berbel, ambos vinculados al Centro de Apoyo a la Investigación (CAI) Plataforma de Creación de contenidos audiovisuales para la investigación y la docencia (CREAV). La profesora Muñoz formó parte del CREAV durante casi diez años, en labores de postproducción y formación primero y, después, como directora de producción y sigue colaborando con el centro en la actualidad. Álvaro Berbel ejerció como editor, postproductor y operador de cámara en el centro, antes de incorporarse a otros quehaceres profesionales, y su labor en el documental ha supuesto su última colaboración con el CREAV.
Como bien señaló el profesor Ricardo Jimeno Aranda, secretario académico de la Facultad y también antiguo miembro del CREAV, así como colaborador del mismo en la actualidad, el documental mezcla “la aventura con la ciencia” con las necesarias dosis para asegurar el entretenimiento, sin menospreciar el rigor científico. Pero antes de su intervención, moderando el coloquio, asistimos a la presentación del documental, previa a su proyección en la Sala García Berlanga de la Facultad. En esa presentación estuvieron presentes el decano de Ciencias de la Información, Ángel Rubio Moraga; el vicerrector de Calidad, Miguel Ángel Sastre Castillo, y el profesor José Antonio Jiménez de las Heras, creador y director del CREAV, que resaltó el valor de la necesaria simbiosis entre la ciencia y la comunicación -algo que el CREAV lleva promoviendo desde hace ya 18 años- para llegar a la sociedad y justificar el porqué de la inversión en ella y en la investigación científica que se desarrolla en su seno, haciendo hincapié en la importancia de este mensaje en tiempos en donde “los poderes públicos de la Comunidad de Madrid, que deberían apostar por la universidad pública, de los que ésta dependen, la atacan e infrafinancian a favor de las universidades privadas que no garantizan una enseñanza de calidad, y en las cuales no se conoce que es la investigación, y menos aún se practica”.
El vicerrector por su parte, antes de la intervención del profesor Jiménez de las Heras, hizo un paralelismo entre los seres extremófilos objeto de la investigación que se difundía en el documental, centrada en el estudio de los líquenes, y la situación “también extrema” de la UCM, que lucha, como esos minúsculos seres vegetales, por su supervivencia. El decano cerró esta presentación dando las gracias a los científicos que habían impulsado esta iniciativa, por su entrega y dedicación a la investigación, y poniendo en valor la labor del CREAV, tanto en la producción de documentales divulgativos sobre la ciencia, como por hacer llegar a la sociedad el tan necesario mensaje científico. El decano quiso cerrar esta presentación incidiendo en que este producto audiovisual era puro destilado del espíritu de la UCM, realizado al completo por miembros de esta comunidad universitaria, profesores y antiguos estudiantes, y, como resaltó, grandes profesionales, ahora, al servicio de la ciencia y la universidad siendo muestra fehaciente de la capacidad formativa de la misma.
Los siguientes cuarenta minutos sumergieron al público en lo que el profesor Jimeno certificó, de forma precisa, como un espectáculo “anonadante” –la “obra maestra del CREAV”, añadió-, estructurando el mensaje científico-divulgativo, a través de un delicado y elegante ballet de cámara, mediante envolventes y sincopados planos de dron que muestran el poder magnético de unos paisajes, en la demarcación de la última frontera chilena antes del continente antártico.
La isla Navarino, en Chile, el territorio más austral antes de adéntranos en el mar que nos traslada hasta el continente de hielo, es la protagonista, junto a los investigadores y los líquenes, de un espectacular trabajo fotográfico, compuesto de imágenes precisas con una iluminación exquisita –obra de Ángel Corona, director de fotografía del CREAV-; estas construyen una puesta en escena y realización que no desmerecen del mejor relato de aventuras, trasladándonos, al tiempo, con rigor y amenidad un poderoso mensaje: la importancia de la ciencia básica y del estudio entregado (y respetuoso) del entorno natural, para el bien de una sociedad prospera y sostenible.
Tras la proyección, el público pudo asistir a una animada charla, moderada de forma activa por el profesor Jimeno y con la participación de los dos directores y de los responsables científicos del proyecto de investigación: el catedrático de Botánica de la Facultad de Farmacia de la UCM, Leopoldo García Sancho, y Asunción de los Ríos Murillo, científica titular del CSIC. Ambos pusieron en valor la importancia esencial de la colaboración interdisciplinar, en su larga trayectoria en común, con la simbiosis, a imagen y semejanza de los líquenes estudiados, entre dos subproyectos liderados, cada uno de ellos, por ambos investigadores -el de García Sancho con el foco en el mundo vegetal liquénico y el del CSIC, encabezado por Asunción de los Ríos, centrado en las rocas-; una interdisciplinariedad que se ha extendido al mundo de la comunicación científica, en una nueva y fructífera simbiosis a la cual, tanto los comunicadores como los científicos, señalaron como estratégica y “enriquecedora”, poniendo en valor la necesidad de la divulgación de la ciencia, a través del audiovisual, como lenguaje universal de nuestro siglo.
Con los sonidos de la naturaleza acechando aún los sentidos, con la convicción de la necesaria defensa de la universidad pública, de su enseñanza de calidad y de su investigación de excelencia, y con las extraordinarias imágenes que nos trasladaron a los confines de la tierra, haciéndonos participes de una aventura vital, humana y científica inigualable, el numeroso público asistente, formado por profesores, estudiantes, amigos, investigadores y curiosos de diversas procedencia, se retiró. Una marcha plagada de ideas, imágenes, ilusiones, esperanzas, todas ellas amalgamadas por una convicción de la que nunca debemos desistir: un mundo sin ciencia, una sociedad sin conocimiento y cultura, una ciudadanía que no defienda su derecho a la educación accesible y de calidad, que asegure su progreso, no es una sociedad viable. Y la UCM, sus docentes, investigadores y técnicos demostraron en este frío martes de noviembre porqué la universidad pública merece ser defendida hasta el último aliento. Todo ello gracias a una bella mirada, impregnada de ciencia, que nos traslada hasta los confines del mundo.
