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La Complutense celebra los cincuenta años de sus facultades de ciencias
Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 9 oct 2024 17:36 CET
Este 9 de octubre, el aula magna de la Facultad de Ciencias Físicas ha acogido el acto conmemorativo por el cincuenta aniversario de la separación de las cinco facultades de ciencias (Matemáticas, Químicas, Geología, Biología y Física) que hasta ese año 1974 estaban unidas en una única. El rector Joaquín Goyache ha destacado que se celebran cinco décadas de un “divorcio amistoso”, que no supuso una separación, ya que las cinco facultades colaboran en “lo académico, lo científico, la transferencia y lo personal”. Opina Goyache que, si hubieran seguido unificadas, como secciones dentro de una única facultad, “habrían sido peores, ya que aquella división las ha hecho más fuertes”. El acto ha contado con una conferencia de Juan Luis Arsuaga y con la entrega del reconocimiento Alumni UCM Ilustre a cinco destacados antiguos alumnos.
María Teresa Villalba, decana de la Facultad de Ciencias Químicas, ha impartido el discurso de agradecimiento en nombre de los cinco centros homenajeados, recordando muchos acontecimientos históricos, culturales, deportivos y científicos de 1974, como la dimisión de Nixon, la Revolución de los Claveles en Portugal, la agonía de la dictadura franquista, la victoria de ABBA en Eurovisión, la primera participación de la selección femenina de baloncesto en un Eurobasket o el descubrimiento de Lucy, la famosa Australopiteco afarensis.
En el plano universitario recordó la decana que el curso académico 1973-1974 comenzó en enero de 1974 y concluyó seis meses después, en el “famoso año juliano consecuencia de la desatinada medida de un ministro de Educación”. El 9 de octubre de 1974 se promulgaba la orden por la que la Facultad de Ciencias de la Universidad Complutense de Madrid se dividía en cinco facultades, correspondientes a sus distintas secciones, que convivían desde 1857 con la llamada Ley Moyano.
Cinco décadas más tarde, “estas hijas de la madre ciencia, ya independizadas y en edad adulta, se reúnen para celebrarlo, porque es algo que merece una celebración”, que se complementará con otras actividades a lo largo del año como conferencias y exposiciones, como la que se ha inaugurado este mismo día 9 de octubre en Químicas, titulada “De Sección a Facultad”.
Reconoce la decana que hoy se sigue “luchando con dificultades parecidas a las de antaño, como la financiación, la atracción y retención de talento, el espacio, las infraestructuras…”. Pero, a pesar de eso, Villalba y el resto de decanos se muestran “tremendamente orgullosos y satisfechos de donde han llegado estas facultades en estas cinco décadas”.
Descartes y el método científico
El paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga comenzó su conferencia recordando que hace 50 años él era estudiante en la UCM y que este es su último año como profesor, cargo en el que ha aprendido mucho de sus alumnos, al igual que de sus compañeros y de sus profesores, en sus tiempos como alumno.
Arsuaga ha centrado su charla en la figura de Descartes y en el método científico, que es el mismo para todas las ciencias, porque “en realidad la ciencia no es más que un método”, que se creó en el siglo XVII a partir de personajes como Galileo y Newton, pero que describió Descartes en El discurso del método.
Para el responsable de las excavaciones de Atapuerca, dicho método se puede expresar en una única palabra: escepticismo. “Consiste en no creerse nada, en poner todo en duda, en cuestionarlo todo, así que, un científico, por definición es un rebelde, que no acepta el conocimiento transmitido, sino que se lo cuestiona y lo comprueba. Por lo tanto, cualquier científico es un revolucionario, un subversivo, un malote, un pirata, un romántico, es alguien que quiere saber y se hace preguntas”, asegura.
En su discurso, y como es habitual en sus charlas divulgativas, Arsuaga ha mezclado conceptos de la cultura popular como las películas Blade Runner y 2001 con otros más científicos como el trabajo en los yacimientos, el papel de mecenas de Cristina de Suecia, el mecanicismo que hizo entender que todo se puede explicar en el Universo, la geometría analítica o el supuesto cráneo de Descartes.
El profesor complutense que investigó el cráneo del filósofo francés que se custodia en el Museo del Hombre de París llegó a la conclusión, por las suturas craneales abiertas, que no podía pertenecer a un hombre de 53 años, que es la edad con la que murió Descartes. A pesar de eso, considera que su espíritu sigue impregnando la “comunidad científica, en especial la de la Ciudad Universitaria, porque en ningún lugar como este está materializado ese espíritu que caracteriza a la Universidad Complutense y nos hace grandes”.
Alumni UCM Ilustres
Cada una de las facultades homenajeadas ha seleccionado a uno de sus antiguos alumnos para nombrarle, en esta conmemoración, Alumni UCM Ilustre. Así, la Facultad de Ciencias Químicas ha elegido a Mariano Barbacid, director del Grupo de Oncología Experimental en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.
Barbacid, que no pudo asistir por hallarse en un congreso, recordó en un vídeo su paso por la sección de Químicas como estudiante desde los años 1966 a 1971, que fueron años difíciles, con la presencia de la policía en las aulas, pero que no por eso dejaron de marcarle con una “formación académica de primer orden”. No tiene ninguna duda el premiado de que “la Facultad de Químicas seguirá formando químicos por el bien del país y de la ciencia”.
Tampoco pudo asistir al acto, Ignacio Cirac, director del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica, seleccionado por la Facultad de Ciencias Físicas. Recordó el galardonado, en un vídeo, su paso por el centro donde también cursó el doctorado y recordó que siempre presume, “por todo el mundo, de la formación recibida en la Complutense”.
La Facultad de Ciencias Biológicas premió a Ginés Morata, que entre sus muchos cargos ha sido el director del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, donde sigue siendo profesor de investigación. Tampoco Morata acudió al centro por encontrarse fuera de España, pero mandó un vídeo de agradecimiento.
Enrique Outerelo, quien fuera el segundo decano de la Facultad de Ciencias Matemáticas, de 1975 a 1976, recordó que la primera vez que pisó las aulas de la UCM fue en el año 1956, con salas llenas de estudiantes que escuchaban al profesor Santesmases. Se ha reconocido Outerelo orgulloso de sus 43 años de servicios prestados a la Complutense y ha bromeado con Arsuaga, asegurándole que “los matemáticos como científicos no son revolucionarios”.
Por último, el elegido por la Facultad de Ciencias Geológicas ha sido el profesor Salvador Ordóñez, que llegó a ser secretario de Estados de Universidades e Investigación, quien ha recordado a muchos de sus compañeros y compañeras, porque “dejamos parte de nuestros sentimientos en el lugar en el que trabajamos”. Reconoció, por fin, el papel de los estudiantes, porque “sin ellos, todos nosotros carecemos de sentido”.