CULTURA

Las obras del XXV Certamen de Teatro Universitario se representan en el paraninfo de Filología y Filosofía

Doce compañías en el XXV Certamen de Teatro Universitario

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 17 may 2023 11:01 CET

Un total de 15 obras, de 12 compañías diferentes, son las que se representan este año en el XXV Certamen de Teatro Universitario de la UCM, que se celebra en el paraninfo de las facultades de Filología y Filosofía hasta el 31 de mayo. En esta ocasión, además de las piezas a concurso también hay dos sesiones en la modalidad de muestra, es decir, que no serán evaluadas por el jurado, puestas en escena por Chamaeleo y Teatruko. Mientras se desarrolla el certamen, y a la espera de que el jurado dé a conocer los ganadores de los catorce premios, hemos seleccionado a cuatro de las compañías para que nos hablen sobre su experiencia como teatreros.

 

El teatro universitario genera pasiones, especialmente entre aquellos que participan en esta enriquecedora experiencia, así lo afirman desde Teatruko, donde destacan la esencia de “poder hacer teatro, que no solo implica aprender de este mundo sino relacionarte con personas muy distintas y crear”.

 

El contacto con otros es lo que destacan también desde Complutum, para quienes lo mejor es “compartir una experiencia teatral con otras personas interesadas en ello”, e igualmente lo piensan desde Triaca, donde afirman que “lo mejor es sin duda el grupo que se genera durante el transcurso del año. Muchas de las amistades que se forman duran para toda la vida y pueden formarse vínculos personales muy fuertes”.

 

En Triaca señalan además que “a nivel interpretativo, la adrenalina de subirse a un escenario, sobre todo en los primeros años de teatro, suele recordarse durante mucho tiempo, y es un sentimiento muy fuerte que a algunos nos acaba volviendo adictos”. Muy en la línea de lo que consideran en La Escena Roja, donde ven que “lo mejor son las ganas y la pasión por hacer sin miedo al ‘qué dirán’. El entorno de exhibición es cercano y, todavía, bastante sano”.

 

En esta experiencia del teatro universitario, siempre hay algún pero, y en este caso Teatruko y Complutum coinciden en que es la escasez de recursos. Triaca añade que desde la pandemia, tienen “una salita muy pequeñita donde actuar, con un suelo sucio lleno de serrín, cuya acústica es bastante mala y que se puede romper si lo pisas con fuerza. Además, el hecho de no poder tener acceso al paraninfo con algo más de frecuencia es un estresante más al hecho en sí de representar, ya qué no tienes tiempo para familiarizarte con el escenario, sobre todo en el caso de los nuevos”. De todos modos, y a pesar de eso reconocen estar muy agradecidos de que se le permita poder presentar las obras que preparan “a un público amplio en un escenario de forma gratuita”.

 

De manera más sutil, pero con el mismo trasfondo, desde La Escena Roja señalan que “lo peor, como en el teatro profesional, es encontrar elementos que alteran la creación poniéndose por encima de esta”.

 

Complemento a las aulas

El teatro universitario, más allá de hacer amigos, supone sacarle un mayor provecho a la universidad. Así lo piensan los miembros de Triaca, quienes tienen claro que cuando un nuevo estudiante llega a la universidad, puede querer buscar una actividad de equipo para compaginar sus estudios, y “en teatro ofreces esa posibilidad de hacer un nuevo grupo de amigos y de hacer una actividad distinta. Además, el teatro muchas veces se utiliza como herramienta para aprender a hablar en público, y permite desarrollar la faceta más creativa de los actores por encima de otros grupos o actividades extracurriculares”.

 

Complutum pone el foco de la participación de los estudiantes en compañías universitarias en “las ganas de aprender acerca del arte dramático y la posibilidad de participar en un montaje teatral” y La Escena Roja amplía la respuesta asegurando que lo que anima a formar parte de este mundo es “la necesidad de crear, de significar, de comunicar, de sentir que se puede ser alguien distinto, aunque sea durante una hora”.

 

Añaden que en los alumnos que deciden unirse a su compañía “impera sobre todo la necesidad de poder aplicar sus distintas formaciones teóricas o académicas específicas en las artes escénicas en un proceso de escenificación práctico y completo”. De hecho, cuentan con estudiantes de distintas facultades, “cuyas muchas ganas y proactividad facilitan a todo el equipo seguir investigando en la búsqueda de nuevos lenguajes teatrales”.

 

Desde Teatruko aclaran que “aunque ir a la universidad es algo que haces por voluntad propia, las carreras universitarias, o a veces asignaturas sueltas, se suelten atragantar; así que hacer teatro en la universidad y por ello pertenecer a un grupo de teatro te permite enriquecer la experiencia universitaria encontrando un espacio seguro, de desahogo, de libertad y de evasión”.

 

Para todos

Los miembros de las compañías entrevistadas dejan claro que no hay que tener unas cualidades especiales previas para formar parte del mundo del teatro universitario. De hecho, en Teatruko reconocen que sólo hace falta una condición: “ser persona”. Aseguran que su filosofía es “enseñar aprendiendo” y se declaran muy “frikis” del teatro como “arte multidisciplinar, pues llevando a cabo un montaje teatral no solo es importante aprender o tener experiencia interpretativa; el vestuario, la iluminación, la autoría... forma parte de todo el conjunto”.

 

También en Complutum reconocen que se puede aprender desde “técnica vocal, expresión corporal, improvisaciones, hasta distintos métodos de interpretación”, aunque eso sí, “es importante que los estudiantes se comprometan con el proyecto que se va a presentar”.

 

Muy parecido es lo que aseguran desde La Escena Roja, ya que en “la compañía se puede aprender de todo, porque incluso si no tienes el perfil adecuado para la escena, puedes tenerlo para labores extra escénicas. El teatro es mucho más que subir a un escenario, ya que las artes escénicas, a través del proceso de escenificación, son una de las artes más multidisciplinares”.

 

En Triaca se centran más en la parte puramente interpretativa, ya que siempre han “entendido el teatro universitario como una herramienta para que cualquiera pueda probar a subirse a un escenario por primera vez”. Explican que cada año pasa gente distinta, algunos con más experiencia o talento que otros, pero “es impresionante ver cómo, con el transcurso de los ensayos, todos mejoran, se pulen y son capaces de lucirse el día del estreno”. De acuerdo con ellos, “puede que te lleve solo un par de ensayos aprenderte el guion y meterte en personaje, o qué no lo consigas hasta casi al final, pero al final sucede, y es algo muy bonito de ver y de vivir en tus propias carnes”.

 

Las obras elegidas

En el Certamen de Teatro Universitario se pueden ver, año tras año, piezas de teatro clásicas, adaptaciones y también obras escritas por los mismos grupos teatrales. Complutum, por ejemplo, lleva a escena Con la mirada de Lorca, una adaptación de textos del poeta granadino, y su decisión ha venido motivada, primero porque sólo presentan autores cuya lengua materna sea el castellano, y segundo porque “desde siempre” les ha apasionado Lorca y en esta ocasión ha sido él quien les ha llamado. Aseguran que “sus textos están cargados de música, belleza expresiva, emoción y pasión y esta obra recoge todos estos aspectos y destaca la visión de la mujer y la sociedad, todos ellos temas universales y, por lo tanto, actuales”.

 

Triaca lleva a las tablas la obra Incendios, de Mouawad Wajdi, que propuso uno de los integrantes del grupo y que es “una obra extremadamente ambiciosa y complicada”. Ellos mismos reconocen que “es una obra que o es espectacular al verla, o que se puede ir al traste con un par de errores pequeños; hacer un drama con actores principiantes es complicado, y es muy fácil que el espectador desconecte”. A pesar de eso decidieron hacerla y “fue todo un reto para el grupo”.

 

Yes, we can’t. La sociedad del burn-out es la obra escrita por los miembros de La Escena Roja a partir del libro de Byung-Chul Han “que es un filósofo brillante y sus escritos sobre la sociedad actual son esclarecedores”. De acuerdo con los miembros del grupo, la era digital nos lleva a una sociedad del rendimiento, con imperativos como la maximización del individuo mediante el culto a la salud, al trabajo… al yo, de tal manera que “el colapso está garantizado y no lo vemos”. Con esta obra quieren dejar constancia de la situación y de sus consecuencias.

 

Teatruko es un caso especial en este certamen, porque presenta tres obras, dos de ellas a concurso (El amor de Diego y Otro día en la academia) y una en la modalidad de muestra (Pérdida y reencuentro). Explican que en un principio habrían tenido que votar la decisión de cuál representar en su junta directiva que es como suelen tomar las decisiones, pero en esta ocasión, uno de los directores prefirió presentar su obra a muestra y como se podían presentar hasta dos a certamen por compañía y partía de tres propuestas, han podido presentarlas todas.

 

Presión de los ganadores

Las compañías aquí representadas fueron algunas de las protagonistas de la edición de 2022: Triaca se hizo con tres galardones, entre ellos el de ganador del certamen por ser el Mejor Espectáculo; La Escena Roja consiguió cuatro premios, incluida la Mejor Dirección; Complutum se llevó el segundo premio y también la Mejor Interpretación Femenina, y Teatruko se hizo con dos galardones además de ser la compañía encargada de la gala de entrega de premios.

 

Al ser los ganadores anteriores, los responsables de Triaca reconocen que “sí genera cierta tensión”, pero son conscientes de que “es muy complicado ganar el certamen”, así que no han preparado la obra pensando en volver a ganar, más bien en “poder cautivar al espectador”.  Algo similar a lo que aseguran desde Complutum, quienes afirman que la presión que tienen “consiste en ofrecer al público un espectáculo que emocione y haga vibrar al espectador, haciéndole disfrutar y reflexionar”, al igual que hacen ellos durante todo el proceso creativo.

 

Desde La Escena Roja consideran que “en cada nuevo montaje se ponen las mismas ganas sin importar si es el primero o el décimo o si la compañía tiene premios o no. La presión es la misma. Las ganas son las mismas. Lo único que aumenta en cada edición es el tiempo y la dedicación”.

 

Para concluir, Teatruko espera sorprenderse con la gala de entrega de premios de este año, pero sobre todo les gustaría que “hubiese un concepto de gala”, como el que tuvieron ellos el año 2022, es decir, “que no falte la crítica para seguir mejorando pero que reine el buen rollo y la diversión, que se note que los que hacen posible el certamen son los grupos de teatro universitario y que lo disfrutan haciéndolo, y en la gala, también”.