CINE

Paz Vega, Paz Padilla y Santiago Segura en "A todo tren 2"

“A todo tren 2”, de Inés de León

Texto: Jaime Fernández - 30 nov 2022 18:58 CET

En los preestrenos cinematográficos que organiza, de manera gratuita para toda la comunidad complutense, la Escuela de Producción UCM, coordinada por el profesor Ildefonso Soriano, esta semana se ha proyectado la película A todo tren2, de Inés de León.

 

Clara y Susana deciden llevarse a una troupe de seis niños en tren, desde Madrid a Perpiñán para que allí participen en un campamento. Un percance inesperado hace que los niños tengan que viajar solos y las dos mujeres vayan por detrás intentando alcanzar al tren en su escala en Barcelona o en su destino final.

 

Aprovechando que la primera parte hizo más de ocho millones de euros en recaudación, los dos guionistas responsables de tal éxito, Marta González de Vega y Santiago Segura, se animan a repetir, con la intención de volver a hacer buena taquilla. El guion, por lo tanto, es una secuela, o más bien un remake de la primera parte, aunque ahora los que cometen el error de dejar a los niños en el tren son las mujeres y no los hombres. Como Solo en casa 2, pero con un montón de niños abandonados en lugar de solamente uno.

 

La escritura del guion está llena de chistes que pueden ser divertidos para niños pequeños (así que está bien que se estrene de cara a las vacaciones navideñas) y una línea argumental endeble que se sustenta en dos historias, por un lado la de un atraco en el tren con un esperable giro que se ve venir desde la primera escena, y por otro las locas aventuras de una pareja de mujeres que, en principio, representan a la pragmática y a la chalada amante de los chakras y la astrología. La película está plagada además de constantes referencias a Thelma y Louise, aunque es probable que ese sea un chiste que se les escape a la mayoría de los espectadores a los que va dirigida.

 

La directora, Inés de León, en el que es su segundo largometraje, aprovecha para hacer un montón de product placement en la cinta, de tal manera que las marcas comerciales de diferentes productos y compañías ferroviarias son otras de las protagonistas del filme. En cuanto al rodaje es sencillito, sin grandes demostraciones técnicas y se agradece, eso sí, que no supere los noventa minutos de metraje. De hecho, eso precisamente, la duración, se puede considerar lo mejor de la película.

 

Lo peor, con diferencia, es la dirección de actores, o más bien la falta de dirección de actores. Este filme podría mostrarse en las escuelas de cine como ejemplo de lo que es una sobreactuación de manual, y no una, sino todas, porque no se salva ninguno, desde Santiago Segura a Paz Padilla, Paz Vega (quizás a la que menos se le nota), el grupo de niños y, por supuesto, Leo Harlem, que da igual donde trabaje que siempre hace de Leo Harlem.