CURSOS DE VERANO

Los asistentes al curso sobre Alfonso X han visitado la Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial

Alfonso X, ocho siglos de actualidad

Texto: Jaime Fernández - 23 jul 2021 12:51 CET

Laura Fernández, profesora del Departamento de Historia del Arte de la Complutense y codirectora del curso “Libros, mediadores y redes sociales en tiempos de Alfonso X (1221-2021)”, junto al profesor Francisco Bautista, de la Universidad de Salamanca, explica que “el impulso y el estímulo para organizar este curso es el octavo centenario del nacimiento Alfonso X. La ocasión ha sido una perfecta excusa para reunir a colegas de esta comunidad alfonsí, profesores y profesoras  de diferentes disciplinas que se aproximan a la obra de Alfonso X el Sabio, con metodologías y enfoques distintos, buscando un espacio de encuentro, un foro en el que pudieran exponer trabajos de los últimos años y, sobre todo, dialogar, ya que ese es el elemento fundamental para construir conocimiento, y que era una de las premisas del proyecto cultural alfonsí.

 

Tanto Laura Fernández como el otro codirector, Francisco Bautista, están especialmente satisfechos con la respuesta que ha tenido el curso, “con una matrícula sorprendente que ha respondido al interés del curso, pero que además ha superado estas circunstancias de la COVID y se ha convertido en uno de los cursos más demandados, como ha demostrado el que se haya ha tenido que ampliar hasta en dos ocasiones el aforo previsto”.

 

El acercamiento a la figura de Alfonso X ha atraído a gente de diferentes ámbitos, con perfiles muy distintos, desde estudiantes de posgrado a jóvenes investigadores, y “eso es una satisfacción para el profesorado, porque ven que está llegando el mensaje y que hay un interés por el trabajo de las Humanidades”. Los que están en este curso son fundamentalmente historiadores, historiadores del arte, de la ciencia, de la literatura, filólogos…, lo que es “una manera de reivindicar el papel que esas disciplinas desempeñan en la construcción de conocimiento, en la creación del pensamiento crítico, en el desarrollo de una capacidad de análisis… Todo ello está íntimamente conectado con los intereses del propio proyecto cultural alfonsí”.

 

Manuscritos

El curso cuenta con la fortuna de la cercanía de la Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial, donde se conserva buena parte del legado alfonsí. Desde hace 20 años, la profesora Fernández es asidua investigadora de esta Biblioteca, como muchos de los colegas que la acompañan estos días, y cuentan con “la complicidad del director, José Luis del Valle, que siempre atiende a investigadores de manera impecable y que el último día del curso da la oportunidad de consultar algunos de los manuscritos de Alfonso X y otras obras vinculadas al legado alfonsí”.

 

Hay que entender, de acuerdo con Fernández, que aquellas obras “no quedaron fosilizadas y solamente planteadas en el contexto de la corte del rey Sabio, sino que algunos de esos temas, fundamentalmente los de carácter historiográfico y también los de la producción científica, muy especialmente las tablas alfonsíes, son una de las obras más relevantes por la mucha difusión que tuvieron”. Una difusión que no se limitó a Castilla y la Península Ibérica, sino que “tuvo impacto absoluto en el desarrollo del pensamiento y la cultura científica europea, ya que hasta bien entrada la Edad Moderna se pueden rastrear las huellas de las tablas alfonsíes”, así que es una gran posibilidad que la Biblioteca ponga a disposición del curso esos materiales, “siempre con la cautela y la responsabilidad que exige manipular manuscritos de los siglos XIII y XIV”.

 

Cree la directora del curso que también para el alumnado esa es una experiencia emocionante, porque las investigadoras y los investigadores del contexto alfonsí pueden estar más acostumbradas a tratar con esos materiales, “aunque la emoción siempre es intensa, para todos”.

 

Redes sociales

En el nombre del curso se ha incluido un gancho moderno como es el concepto de “redes sociales”, algo que se ha hecho porque se querían destacar sobre todo a los agentes involucrados en esa producción cultural y científica que llevó a cabo el rey Alfonso X. Por supuesto, “él era la figura central, el gran impulsor del proyecto, pero había toda una serie de personajes que fueron los verdaderos autores de esas obras, siempre con la coordinación del monarca”.

 

Esos personajes creaban esas redes sociales, “estaban conectados entre ellos y con otras comunidades intelectuales en otros territorios, y el conocimiento y los libros circulaban”. Los libros eran los grandes canales de transmisión de conocimiento en ese momento, pero se ha querido poner el foco de atención “no sólo en el producto, en el resultado, sino también en los elementos que hicieron posible ese momento de esplendor cultural que se vivió en el reinado de Alfonso X”.

 

Reconoce la directora del curso que algunos de esos proyectos quedaron cercenados, no tuvieron la proyección que probablemente al monarca le hubiera gustado, “o al menos no la tuvieron de manera inmediata, porque lo que es indiscutible es que el interés científico del rey sabio sigue vigente, como demuestran los estudios y las investigaciones vinculados a los temas alfonsíes, que están absolutamente presentes en el desarrollo científico actual”.

 

Ese interés además no se queda circunscrito a nuestro país, sino que “es una comunidad internacional, con buenos colegas que trabajan en prácticamente todas las grandes universidades, no sólo de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, sino que hay también un grupo importante en Japón y en Rusia”. Todos ellos buscan conectarse y que esa red, que les permite compartir conocimiento y difundirlo, sea cada vez más sólida y más amplia.

 

Lo último

La propia Fernández, en una de las sesiones dedicadas a las Cantigas de Santa María, aprovechó para presentar algunos de los trabajos que se están haciendo en el marco de un proyecto internacional que se coordina desde la Universidade Nova de Lisboa, que da la oportunidad de analizar los códices alfonsíes desde un punto de vista material, con nuevas tecnologías que permiten conocer la composición de los pigmentos y de las tintas. Dos investigadoras de ese proyecto han estado en el curso y han proporcionado información muy valiosa, “porque ahora ya no se intuye, sino que se sabe, la paleta cromática, los pigmentos utilizados y da grandes sorpresas como el uso del pigmento palo de Brasil, por la planta que le da el nombre. Ahora se conoce que los códices alfonsíes son los más antiguos conocidos que han utilizado ese tipo de pigmentos, lo que habla de las redes comerciales que permitían que materiales que venían de lugares muy alejados confluyeran en la Península Ibérica, específicamente en la ciudad de Sevilla”.

 

No sólo se ha hecho en el curso, por tanto, una síntesis de lo más conocido y más consolidado, sino que se ha aprovechado la ocasión para plantear investigaciones actuales. Inés Fernández Ordóñez, de la Real Academia Española, ha presentado, por ejemplo, algunas novedades con respecto al estudio lingüístico de los textos alfonsíes, así que “esta ha sido una muy buena ocasión no sólo para recuperar y afianzar lo conocido, que muchas veces se ha contado de manera independiente. Aquí se ha podido conectar la información, los personajes, las redes sociales e intelectuales que propiciaron esa producción cultural y científica”.

 

Parte de las intervenciones se van a publicar en un monográfico sobre Alfonso X, en una revista de la Universidad Nacional Autónoma de México y otras están en desarrollo y se espera que se puedan publicar dentro de muy poco en otros formatos.

 

Confía Laura Fernández en que este curso “afiance alguna vocación investigadora de los estudiantes de posgrado, que alimente y que haya satisfecho los intereses del público que ha tenido la gentileza de inscribirse en el curso”.