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El paraninfo de las facultades de Filología y Filosofía ha acogido la sesión de bienvenida de la Universidad para Mayores de la UCM

Universidad para Mayores de la UCM, 24 años del aprendizaje menos utilitario

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 11 sep 2023 10:06 CET

En el año 1999 la Comunidad de Madrid puso en marcha la primera edición de la Universidad para Mayores de la Complutense. Desde entonces muchas cosas han cambiado, entre ellas que ya no recibe financiación de la comunidad autónoma, pero lo que se mantiene en estos 24 años ha sido el espíritu con el que nació la iniciativa, que como afirma su director académico, Marcos Roca, no es otro que acceder a “un aprendizaje que no es utilitario, sino que sirve para seguir ahondando en la identidad de cada uno”. El viernes 8 de septiembre, el paraninfo de las facultades de Filología y Filosofía acogió la sesión de bienvenida para los alumnos del nuevo curso de esta Universidad para Mayores de la UCM.

 

El director académico de la Universidad para Mayores, Marcos Roca, insistió mucho en conseguir este paraninfo para la sesión, ya que es un lugar que “cumple el año que viene 90 años y es un patrimonio cultural y espiritual en la Universidad Complutense, ya que aquí se puso la primera piedra de la Ciudad Universitaria”. Desde allí dio la bienvenida a todos los nuevos, así como a los que se mantienen desde hace años, tanto en el primer ciclo general de cuatro cursos, como en los cursos monográficos posteriores a los que se pueden matricular.

 

Roca ha recordado a los presentes que “la posibilidad de estudiar en la universidad, tengamos la edad que tengamos y durante el tiempo que queramos, es un privilegio y un regalo, es verdad, pero también es un esfuerzo que tienen que hacer las instituciones educativas, que no las políticas porque este programa no recibe ningún tipo de subvención, pero, sobre todo, es un derecho. Es el ejercicio de un derecho que está recogido en el Espacio Europeo de Educación Superior”.

 

Apunta Roca que los estudiantes de la Universidad para Mayores, que este año alcanzarán los 3.000, se encuentran a las puertas de un cambio en sus vidas, en el ámbito del conocimiento porque seguirán profundizando en aquellas materias que tenían un poco olvidadas, pero también en el de las nuevas experiencias culturales a través de las actividades complementarias e, igualmente importante, en el ámbito afectivo, ya que con toda seguridad encontrarán nuevas amistades en las aulas al compartir tantos intereses comunes.

 

De hecho, el programa, como recordó Roca, no se agota en lo académico, hay viajes internacionales, nacionales, un programa intergeneracional, una ONG… Y, además, está esa extensión a nivel personal que él vive “como un milagro”, que es la amistad, porque “es muy difícil a partir de cierta edad tener amigos nuevos y aquí se hacen grupos de amigos como si los estudiantes tuvieran veinte años y vuelve ese milagro que es casi tan importante como lo académico”.

 

El objetivo último de todos los proyectos y actividades es conseguir que los estudiantes continúen activos en esta etapa de sus vidas donde el tiempo y la buena compañía adquieren una relevancia especial. Para ello contarán con un plantel de profesores que se han quedado en este programa “con una vocación absoluta”, y más teniendo en cuenta que la evaluación es voluntaria, así que quien quiera trabajar y ser evaluado va a poder hacerlo, pero no es obligatorio.

 

Tras la intervención del director lo hicieron también los tutores del programa Rosimar Guardia, Laura Lozano, Rafael Yáñez, Beatriz Barrero y Nieves Garrido. Todos ellos les explicaron el funcionamiento de la Universidad para Mayores, así como las novedades de este año, que incluyen un Club de Marcha Nórdica por la Dehesa de la Villa, el comienzo de la emisión de Radio Baladí y la Escuela de Voluntariado, para impulsar la cooperación de los estudiantes del programa con los Museos Complutense y con la ONG que tiene el programa denominada Red Solidaria, que imparte clases de apoyo a niños y niñas y de español a migrantes, “que se ubica en los barrios de Villaverde y Usera y es uno de los proyectos que mejor acogida está teniendo”.

 

Concluye Roca que a pesar de su longevidad “hay que tener claro que estos programas ni son oficiales ni están asentados del todo, es un proyecto que aún continúa consolidándose. No es un servicio social, como puede ser un centro cultural, o un ambulatorio, es tu casa. Con sus defectos y virtudes, pero tu casa. Tu alma mater. Deberías participar en ese espíritu universitario porque ahora eres complutense y pocas universidades en el mundo pueden presumir de haber podido transformar su nombre en un adjetivo. Un adjetivo, complutense, que califica una forma de estar, de ser, de implicarse, de responder y de comprometerse en la vida”.