CURSOS DE VERANO

Francisco Rojas Aravena, rector de la Universidad para la Paz de la ONU

“Coopetencia” para salvar la América Latina post-Covid

Fotografía: Alfredo Matilla - 16 jul 2021 13:13 CET

La “coopetencia” como alternativa a la Guerra fría 2.0. Francisco Rojas Aravena, rector de la Universidad para la Paz –creada por la ONU en 1980, con sede en Ciudad Colón, San José, Costa Rica- dibuja un escenario casi apocalíptico de la América Latina post-covid. Crisis económica, sanitaria, instititucional… Las soluciones pasan por la cooperación, la solidaridad y, simultáneamente, la competencia: la “coopetencia”. La alternativa son los bandos, una reedición de la Guerra Fría, pero con nuevas armas, las tecnológicas, pero un mismo riesgo final: la escalada nuclear. Rojas Aravena impartió la conferencia de clausura del curso “Covid-19 y Agenda 2030 en Iberoamérica”, que durante toda la semana del 12 al 16 de julio ha dirigido en los Cursos de Verano de la UCM, el director de la Fundación Carolina, José Antonio Sanahuja.

 

La época post-covid, que en América Latina no se sabe bien cuando se producirá, ofrecerá un panorama desolador. La pandemia se ha ensañado con América Latina. Su población, alrededor de un 9 % de la mundial, se ha llevado un 28% de los fallecidos por Covid a nivel mundial a día de hoy. El milagro de la ciencia, las vacunas, en cambio ha llegado a la zona de manera limitada, ya que el 90 por ciento de las dosis se han inoculado en los países ricos. Además, lo ha hecho de forma desigual, con países como Haití en los que se no ha vacunado ni al 1 por ciento, o Nicaragua, Venezuela, Guatemala, Honduras o Paraguay, que no llegan ni al 10 por ciento, y en cambio en otros como Chile y Uruguay ya se ha vacunado al más de 60 por ciento de su población. El resto se sitúan en torno al 15 o 20 por ciento. El rector de la Universidad para la Paz hace un llamamiento a la población mundial, a los gobernantes y los organismos multilaterales: si la vacuna no llega a todos los rincones del mundo, las nuevas variantes se harán más fuertes y la pandemia no remitirá.

 

Pero si la situación sanitaria es grave, la situación económica en América Latina no lo es menos. Por supuesto, según asegura Rojas Aravena, habrá rebote, pero este no llegará a cubrir ni la mitad de la bajada. El problema se agrava aún más si se tiene en cuenta la situación de partida, con amplias porcentajes de población que ya vivían en la pobreza. Es aquí donde la “coopetencia” se hace imprescindible. Es el momento de repensar el desarrollo sostenible, de interiorizar que estamos ante una década perdida en el desarrollo económico, pero que nadie se puede permitir que vaya aún a más. Y cuidado con los nuevos riesgos. Rojas advierte de que en 5 años la inteligencia artificial puede convertirse en un factor de mayor empobrecimiento de la zona. El desarrollo, por ejemplo, de los vehículos autónomos puede dejar sin empleo a millones de trabajadores que viven del transporte. “El salario básico universal para la subsistencia de muchas personas va a ser una necesidad”, desea.

 

Son muchos más los escenarios desoladores que muestra en su intervención el rector de la Universidad creada por la ONU en los 80 para avanzar en los estudios sobre la paz y formar cuadros que sepan mover los mecanismos que la asegure. En educación son ya dos años perdidos para millones de niños, adolescentes y jóvenes. Y eso ocurre en la segunda zona del planeta, tras África, con mayor desescolarización. El futuro es un aumento de los “ni-nis” (ni estudian ni trabajan), que ya de hecho son un alto porcentaje en la zona. Rojas prevé dos posibilidades: la emigración de los más capacitados y con recursos económicos y la caída en las redes del crimen organizado y del narcotráfico para muchos de los que se queden.

 

Precisamente, la violencia es otro de los grandes males de la zona. 42 de las 50 ciudades más violentas del planeta están en Latinoamérica, sobre todo en México, Brasil y Venezuela. Los gobernantes –que cada vez son peor vistos por la población, con un nivel de confianza en las instituciones bajo mínimos- no saben dar respuesta y el crimen organizado –responsable de entre el 50 y el 60 por ciento de los homicidios- campa a sus anchas.

 

Aún hay más: efectos cada vez más devastadores del cambio climático, migraciones con cifras récord -5 millones de personas se han ido de Venezuela en los últimos años-, zonas sin cobertura en un mundo que camina hacia el 5G cuando ya se habla de 6G, crisis del multilateralismo

 

Antes de concluir, el rector de la Universidad para la Paz da una receta de soluciones  generales basadas en la cooperación. Las denomina “enfoque esencial”: Sin conocimiento las políticas fallas; sin cooperación no hay confianza; sin cooperación y sin confianza  las instituciones son débiles; sin instituciones no hay estabilidad ni gobernabilidad democrática; sin confianza no hay paz; sin seguridad humana, no hay desarrollo; sin desarrollo no habrá paz; sin paz no hay derechos; si quieres la paz, educa para la paz; si quieres la paz, prepara la paz.