CV / ARTES Y HUMANIDADES
Los Cursos de Verano y el Ateneo de Madrid se unen en la promoción del flamenco
Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 3 jul 2025 11:35 CET
Los días 1, 2 y 3 de julio, el Ateneo de Madrid se ha convertido en la sede del curso de verano de la UCM, “El estado del arte. El flamenco: cante, baile y guitarra”. El director del curso, Agapito Pageo Ruzafa, vocal primero del Ateneo y experto en flamenco, recuerda que el Ateneo madrileño ha realizado algunos espectáculos flamencos a lo largo de su historia, incluso con figuras como Enrique Morente y Manolo Sanlúcar, pero lo que no ha tenido es una tradición de cursos dedicados a promover el flamenco. De ahí que “reunir durante tres días el mundo de la universidad, lo académico de estos Cursos de Verano de la UCM, con la tradición del Ateneo, es una experiencia totalmente satisfactoria para los estudiantes”.
Explica Agapito Pageo que se ha querido hacer un curso divulgativo, para que los matriculados en el curso se vayan con un conocimiento general del flamenco, dividido, “de una manera, digamos clásica, tradicional, que es hablar de la voz, es decir, del cante flamenco, de la guitarra, que es el instrumento rey del flamenco, y del baile, que es un poco lo que integra la guitarra y el cante”.
Para hablar de todo ello, los organizadores se han rodeado de un elenco de ponentes formado por artistas, gestores culturales y expertos en la música flamenca, que han aportado diferentes perspectivas. En la sesión de guitarra se ha contado con Gerardo Núñez, “que es un guitarrista de primer nivel”, que ha sido presentado por el profesor Francisco Bethencourt, del Departamento de Musicología de la Facultad de Geografía e Historia de la UCM.
Bethencourt considera que es un auténtico privilegio contar con un maestro como Gerardo Núñez en este curso, artista a quien incluso dedicó un capítulo en su tesis doctoral, de ahí que la presentación haya sido un mano a mano entre los dos, incorporando al guitarrista para que él mismo contase su experiencia. Entre las muchas anécdotas que ha relatado Núñez está que sólo recibió seis meses de formación musical en toda su vida, cuando tenía once años, y fue de manos de Rafael del Águila, quien vivía y enseñaba de noche a un grupo de muchachos, y luego se pasaba horas mirando las estrellas en busca de algún OVNI.
El profesor complutense recuerda que, a pesar de sus métodos y su vida bohemia, ya que vivió recluido casi durante cuarenta años en una casa apartada del centro de Jerez de la Frontera, Rafael del Águila era de los pocos guitarristas de su época que contaba con una formación musical reglada.
En la sesión dedicada al cante se iba a contar con Arcángel, “un cantaor extraordinario”, pero fue una de las víctimas de los retrasos de los trenes de alta velocidad, así que no pudo llegar a Madrid. Si lo han hecho otros como José Luis Ortiz Nuevo, Eduardo Murillo y José Manuel Gamboa, quienes han estudiado muy a fondo el flamenco, y saben que “Madrid ha sido uno de los lugares esenciales para la difusión de esta música. La capital ha sido siempre lugar de acogida para los artistas flamencos, y aquí cerca del Ateneo está la Plaza de Santa Anta que ha sido uno de los centros flamencos de España, no de Madrid, de España”. Pageo asegura que en Madrid, “sin desmerecer a ninguno, está el tablao más importante del mundo, que es el Corral de la Morería, que ahora celebra el 70 aniversario”.
Para la última sesión del curso se ha cedido el espacio a “unos bailaores y unas bailaoras extraordinarios”. Y, también se ha escuchado a Joaquín San Juan, director de la escuela de danza más clásica, la de Amor de Dios, para hablar de la situación actual de la escuela y su trayectoria.
Así como en otros tiempos, locales como el Candela eran los lugares de encuentro de profesionales y de aficionados para hablar sobre el flamenco, durante tres días ese foco se ha trasladado al Ateneo. El director del seminario confía en que la Universidad Complutense quiera seguir trabajando con el Ateneo de Madrid, aportando su “filosofía y su manera de hacer las cosas”, para consolidar este tipo de cursos de verano.