CULTURA
El C Arte C vuelve a lo grande con una exposición sobre "La Divina Comedia"
Texto: Jaime Fernández - 1 oct 2021 11:27 CET
Hasta el 12 de diciembre se puede visitar en el C Arte C la exposición “La Divina Comedia. Inspiración y razón”. En la inauguración de la primera exposición que se monta en esta sala desde el inicio de la pandemia, la vicerrectora de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria de la Complutense y comisaria de la muestra, Isabel María García Fernández, ha recordado que esta exposición se realiza dentro de los actos de conmemoración de los 700 años de la muerte de Dante, englobados en una serie de actividades que se realizan por toda la ciudad denominada Madrid Città Dantesca. Esta iniciativa, en la que participan instituciones culturales y universidades, ha estado promovida por Juan Varela Portas, presidente de la Asociación Complutense de Dantología.
El mismo Juan Varela explica que la actual exposición nació originalmente con la idea de mostrar un centenar de grabados que hizo Dalí en torno a La Divina Comedia, pero que luego a la vicerrectora se le ocurrió hacer “algo más didáctico, más amplio y con más altura de miras”. Para ello se hizo una convocatoria abierta a profesores y estudiantes de la UCM para que creasen obra que mantenga un diálogo tanto con algunas de las muchas ediciones del libro de Dante que se exponen, de entre todas la que se conservan en las bibliotecas de la Complutense, como con esos grabados dalinianos y con la investigación que se lleva a cabo en nuestra universidad.
Recuerda Varela que ya son treinta años de reuniones semanales, o quincenales, en la Facultad de Filología, para tratar la obra de Dante. La Asociación Complutense de Dantología nació en los años noventa, de la mano del profesor Carlos López Cortezo, y tanto al fundador como a la Asociación se les han reservado un espacio justo donde termina la muestra. Allí se puede conocer la trayectoria de los estudios sobre Dante en nuestra universidad, ver algunas de las publicaciones que han surgido de esas investigaciones, pero también contemplar algunos de los cuadros realizados por el propio López Cortezo, a quien Varela define como “un gran pintor”.
La vicerrectora Isabel María García Fernández destaca el diseño de la muestra, en el que se utilizan los colores de la bandera italiana, rojo, blanco y verde, que marcan las diferentes zonas del universo de Dante: el infierno, el purgatorio y el paraíso. En las salas que conforman el C Arte C se lleva a cabo un diálogo artístico entre los grabados de Dalí y el trabajo de 19 artistas.
El infierno
Javier Martínez Pérez es profesor del Departamento de Escultura, en concreto de la asignatura de Fundamentos para los estudiantes de primer curso. Coincidió que estaba acabando una obra sobre Bertran de Born, cuando ese mismo día vio la convocatoria de la exposición. Explica el profesor que llevaba ya algún tiempo haciendo una serie entera de portadores de cabezas, y entre ellos está ese Bertran de Born, un soldado y trovador a quien Dante describe de esa manera, por “haber metido cizaña entre un padre y un hijo hasta que se desata una guerra, y por eso es condenado al infierno para vagar con su cabeza en la mano”.
Cuenta Martínez Pérez que desde que se licenció ha estado haciendo encargos para arquitectos, encadenando un trabajo con otro, así que la pandemia le ha permitido parar y dedicarse a su propia obra, algo que no hacía desde que era estudiante. Asegura que este mismo verano le empezaron a llamar de muchos sitios para exponer y ahora tiene la obra repartida, de tal manera que de todo lo que ha hecho en año y medio en el taller sólo le quedan dos trabajos, el resto está expuesto, porque “ahora hay una gran ebullición cultural”.
Lorenzo Galgó, estudiante de segundo curso de Bellas Artes, ha creado una instalación audiovisual, que parte de una investigación que lleva a cabo, en la que mezcla “los cuerpos disidentes, la gente queer y la discapacidad con otras situaciones, en este caso con Dante”. La instalación muestra dos vídeos simultáneos, en el primero de ellos se reescribe el primer canto de Dante, “en el que se muestra que nace en una selva oscura”, mientras que en el segundo vídeo se ven “diferentes bodegones que mezclan lo más natural con imágenes antinaturales y enfermas, como la medicina o la tecnología que corrompe esa idea tan romántica que hay en La Divina Comedia”. Galgó explica que su obra es una relectura, “rompedora, un tanto punky”, de los clásicos.
El purgatorio
Mauro Hernández Tadeo está en su tercer año del doctorado y presenta en la muestra dos dibujos sobre papel, que se podrían entender como un díptico, y que “tienen cierta relación con La Divina Comedia”, porque cuando la leyó en su día, vio una conexión muy estrecha entre su obra y ese libro, “por el simple hecho de que trata sobre el ser humano”. Asegura que igual que Dante va explicando los distintos pasajes de cómo el ser humano se va preguntando cosas, sorteando dificultades y luchando contra sus propios temores, ocurre algo similar en su obra, centrada fundamentalmente en los seres humanos, “y más ahora en estos tiempos donde nos metemos mucho en nosotros mismos, somos el centro ya desde el Renacimiento”.
Hernández Tadeo reconoce que antes se había metido mucho más en la pintura, pero poco a poco ha ido “quitando materia, ciertas técnicas que te vienen dadas desde el aprendizaje”, y ahora trabaja más sobre el blanco y negro y el dibujo, que es “una herramienta fundamental para traducir el pensamiento de manera muy directa”.
El paraíso
Mónica Cerrada, profesora también del Departamento de Escultura, ha realizado una luna en cobre, sobre un fondo azul que refleja la inmensidad del universo. Ella que es escultora y pintora trabaja mucho en madera y hierro, pero le gusta mucho meterse con el cobre, porque le transmite “una calidez que no tiene el hierro, es un material más noble por el que pasa la corriente, y es también más especial por su color, sin necesidad de darle ninguna pátina ni nada”.
Francisco Gómez Jarillo, conocido como Francis en la Facultad de Bellas Artes, es también profesor y aquí presenta tres obras, que son los tres destinos del alma, “cada uno con una altura diferente, en tres peanas distintas, desde la más baja que es el infierno hasta la más alta que es el cielo”. Las tres están positivadas en hormigón con un vaciado en negativo de poliestireno, con una técnica de los años 80 que le encanta al profesor, y que es “muy resoluta y muy rápida”.
La pieza del infierno tiene como eje fundamental unos círculos, está aplanada, con un orificio central para generar un poco más de abismo y cuando se toca pincha y mancha, “aunque la gente puede tocarla si quiere”. La intermedia está más pulida y sólo toca la base con un pequeño punto, mientras que el resto está muy aéreo, y con un color más claro y con un cemento gris. La última es de cemento portland blanco, mármol machacado y polvo de vidrio que genera brillo y esa no toca la base, y “son como láminas cada vez más etéreas, cada vez más liviano, más aéreo”. En esa pieza hay un pequeño detalle y es que aunque es todo compacto, hay un hueco, y es reflejo de que “en el cielo siempre hay un espacio para alguien más, cabemos todos”.
Concluye Gómez Jarillo que está “encantado con la exposición”, que no se la esperaba, de las “exposiciones más bonitas y con más amor” en las que ha participado jamás. Además, para él, “estar al lado de Dalí es alucinante, es una pasada”.
Ignacio Asenjo Fernández ha realizado una bella escultura que muestra a Dante y Beatriz, en la entrada del paraíso, que van a pasar a los nueve cielos hasta llegar al empíreo. La escultura refleja cada uno de los arcos celestes, y aunque no es un trabajo habitual del profesor sí que tiene otras obras de carácter estructural. Esta obra se ha creado ex profeso para la muestra y en ella se incluye un texto manuscrito del inicio del paraíso en La Divina Comedia. Explica el profesor que en la creación de esta obra evitó toda la tecnología posible, porque quería conservar ese aspecto antiguo de Dante. Reconoce, por eso, que podría haber hecho el texto con láser, pero ha preferido hacerlo a mano.
Teresa Guerrero, profesora del Departamento de Escultura, ha esculpido a una alada "Beatrice", la amada de Dante, de quien se enamoró cuando era una niña, por eso le pareció “una buena elección como representación de la protagonista, porque la escultura refleja el momento en el que una niña empieza a convertirse progresivamente en mujer, y eso se aprecia en su cuerpo”. Al estar representada en el cielo tiene una especie de ropaje, un manto en tonos azules como si fuera una mezcla entre el mar y el cielo, “y también por esos dibujos que tenemos en el recuerdo de ese cielo de Dante que tiene un toque como movido, como el mar cuando está en fuerte movimiento”.
Las alas de la escultura están llenas de ojos, que son “la mirada de personas que están ya en el cielo, que están lejos, pero que en nuestros recuerdos está su mirada y en sus ojos está quizás la visión de los que estamos aquí abajo”. Confiesa Guerrero que el origen de la escultura no fue la exposición de Dante, aunque luego sí la dirigió para ese objetivo. En principio lo que tenía en mente era hacer un personaje de esta edad que se convertía en una mezcla entre ángel y ser mitológico, “un poco esa fusión como la Venus de Milo o ángeles que flotan, una mezcla entre lo real y lo irreal”.
A Guerrero la exposición le parece maravillosa, al igual que el sitio, que visitó por primera vez cuando todavía era estudiante y aun ni siquiera vivía en Madrid, y que es “una fusión increíble entre el arte y la naturaleza”, y la muestra además está “puesta con un gusto exquisito, con una imagen muy potente de lo que representan los colores de la bandera de Italia”. A la profesora le encanta además la idea de que expongan “profes con alumnos, y es algo que debería hacerse más”.
El resto de artistas de la muestra son María Teresa Alonso Acebea, María Eugenia Blázquez Rodríguez, Isabel Carralero Díaz, Carlos Fernández Hoyos, Lorenzo Daniel Galera González, David González-Carpio Alcaraz, Julia Jiménez Alcántara, Joaquín Millán Rodríguez, Luisa María Ordoñez López, Ana María Poveda Pérez, Rosario Rodríguez De Gaspar y Dora Román Gil.