REPORTAJE

La psicóloga Natalia Lorenzo, junto a los aspirantes a bomberos tras recorrer los escenarios preparados en el CDC

El Centro de Donación de Cuerpos acoge el Taller de Autoprotección Emocional de Bomberos de Madrid

Fotografía: Jesús de Miguel - 28 abr 2022 12:16 CET

El Centro de Donación de Cuerpos (CDC) de la UCM está acogiendo durante esta última semana de abril las sesiones prácticas del Taller de Autoprotección Emocional que organiza Bomberos de Madrid como parte de la formación que reciben los aspirantes a entrar en este cuerpo de emergencias. En concreto, en el CDC se recrean escenarios con cadáveres reales para preparar a los futuros bomberos a enfrentarse a situaciones que posiblemente vivirán en el futuro. Esta es la segunda edición del taller que se celebra en la Complutense, tras la realizada en junio del pasado año.

 

Esta formación experiencial forma parte de un taller de seis horas de duración que incluye una primera parte preliminar en la que enseña a los aspirantes a realizar distintas técnicas de relajación (Jacobson, diafragmática, respiración 4-7-8…), a distinguir entre ansiedad y estrés o a cómo identificar los síntomas de ambas en ellos mismos. Después comienza la práctica en vivo en las instalaciones del CDC en la Facultad de Medicina. Los aspirantes a bomberos recorren por parejas durante alrededor de una hora y media seis escenarios que se han preparado “tras haber hablado con bomberos veteranos para detectar qué necesidades de autoprotección psicológica ellos han experimentado en su trayectoria profesional. En base a ello, recreamos estos seis escenarios que creemos que son los que más les han podido impactar en su vida laboral. Los recreamos con cadáveres reales porque al fin y al cabo es lo que desgraciadamente ellos viven”, explica la portavoz de la empresa que imparte la formación.

 

Como explican la portavoz, el objetivo del taller es “que los aspirantes a bomberos tengan ya una serie de impactos reales, que sus neuronas hayan ya registrado, y que en el desgraciado momento en que tengan que enfrentarse a una situación similar en una salida tengan ya un poquito de callo. El objetivo es que se protejan, que no les afecten ni personal ni profesionalmente”. Tras recorrer los escenarios, las parejas de aspirantes realizan una “ventilación emocional” entre ellos para aprender a apoyarse en su compañero o compañera como medida de autoprotección común. Se pretende que esta ventilación emocional sea parte de su día a día habitual una vez estén ejerciendo la profesión. Las sesiones en la Facultad se realizan durante cuatro días, en grupos de no más de 14 aspirantes para asegurar que sean efectivas.