22 oct 2021 10:05 CET

Fue la decana de Ciencias Políticas y Sociología, Esther del Campo, quien propuso el debate: "Hay que reflexionar por qué nos está costando tanto incluir las cuestiones de género en los currícula universitarios. Hay una fuerte resistencia en general para que esto se produzca. Ante la dificultad de incluir, hemos optado por transversalizar y lo transversalizamos todo. ¿No tienen los estudios de género un empaque suficiente como para poder hacer algo más autónomo? ¿Por qué se ha optado tanto en el ámbito de política pública como de política universitaria por ese enfoque? Mi respuesta es porque es el único camino que nos han dejado elegir, pero no sé si es el camino que deberíamos haber elegido”. 

Isabel Tajahuerce, la delegada del rector para Igualdad, recoge el guante y, tras felicitar al máster por su veinte cumpleaños de “lucha”, entra en materia: “Todos los temas de género son así, nos cuesta mucho. Actualmente parece que hemos superado parte de las resistencias, pero esto no es así. Nos hemos quedado con la transversalidad porque no nos han dejado otra opción, y tenemos que apostar claramente, y así lo estamos haciendo, para que en los planes de estudio se incluyan materias específicas de género. Habrá que vencer las resistencias entre todas las feministas que trabajamos en la UCM para transformar esta realidad”. La profesora Tajahuerce señala sus porqués:  "Yo creo que en parte es porque el conocimiento sigue siendo androcéntrico. La formación que se da en las universidades sigue siendo androcéntrica y, por lo tanto, cuesta muchísimo transformar ese conocimiento. Ese también es un problema para la transversalidad: a quien no tiene ninguna formación en género cómo le decimos que la aplique...  Es imposible. La transversalidad -continúa la delegada- implica muchos recursos económicos y la formación de todo el profesorado de la Universidad en la inclusión de esa perspectiva de género, lo cual es un gran reto. La otra opción es empezar a incluir materias específicas de género que, por supuesto, impartan personas con formación constatada en género. Hay un gran trabajo que hacer”. 

El rector Goyache no elude la cuestión: “Tenemos que meter estudios de género en las titulaciones, sin duda, pero el problema viene de antes, de mucho antes, de las anteriores etapas educativas. Es cierto que el camino se va recorriendo, pero tenemos que hacer políticas para que se recorra cuanto antes. No se puede dejar al albur del tiempo o a que la sociedad comprenda ciertas cosas”, concluye. 

Los 20 años de formación feminista que cumple este año el Máster propio en Género y Desarrollo son, como señala el rector, la demostración de que la Universidad Complutense es pionera en la puesta en marcha de acciones dirigidas a buscar la igualdad entre hombres y mujeres. La decana de Trabajo Social, Aurora Castillo, agradece “a todas las mujeres, y algunos hombres, que han logrado con su calidad científica, maestría docente y buen hacer profesional que estos estudios se asienten en nuestra universidad”. La decana personaliza su agradecimiento en Begoña Leyra, directora del máster, titulada en Trabajo Social y miembro de su equipo, y aprovecha la ocasión para poner en valor el trabajo de su Facultad: “Formamos profesionales competentes para trabajar con personas, grupos, organizaciones y comunidades que se encuentran en situación de vulnerabilidad y necesitan apoyo y orientación para resolver sus necesidades o problemas, mejorar su organización o evolucionar en situaciones más positivas y enriquecedoras”. 

También aprovecha la decana para recordar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5: igualdad de género. “Solo cuando toda la población, hombres y mujeres estén en condiciones de igualdad para estudiar, trabajar, sanar sus enfermedades, acceder a una vivienda, decidir sobre su propia vida y pensar libremente, podremos hablar de desarrollo”. 

La secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Pilar Cancela, recuerda en su intervención que “nada está conquistado. La regresión siempre está al acecho”. Pide no dar un paso atrás, no tener miedo y no variar el discurso. “Si el discurso resulta incómodo es porque lo estamos haciendo bien”. Centrándose en sus actuales responsabilidades políticas, la secretaria de Estado recuerda que este año, España cumple tres décadas desarrollando cooperación en materia de género. Fue en 1991 cuando se abrieron las primeras oficinas técnicas en Centroamérica y se empezaron a desarrollar políticas de género como parte inherente de todos los proyectos de cooperación y desarrollo. "Hoy esa perspectiva sigue presente en todos los programas en los que estamos, incluso en Oriente Medio”, enfatizó Cancela, explicando que el objetivo que se persigue es el empoderamiento de las mujeres en los países en vías de desarrollo, tanto laboral como en lo sexual y afectivo, con especial atención a las enfermedades de transmisión sexual y el control de la natalidad. Y es que, como recordó el rector para cerrar el acto inaugural, “no hay desarrollo sin igualdad”. 

Todas las sesiones de estas Jornadas Internacionales del Máster en Género y Desarrollo se pueden ver en ucm.es/directo y en el canal de Youtube de la UCM.