INVESTIGACIÓN

Domènec Espriu Clement, director de la Agencia Estatal de Investigación

El nuevo director de la Agencia Estatal de Investigación confía en un crecimiento estable, “esta vez sí”, de la inversión pública en I+D

Texto: Alberto Martín - 4 may 2022 15:32 CET

Domènec Espriu Clement, director de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) desde el pasado mes de diciembre, ha ofrecido este 4 de mayo una charla-coloquio en la Facultad de Ciencias Físicas de la Complutense, en la que ha presentado los principales cambios que quiere llevar a cabo en este organismo del que depende la financiación pública de la ciencia en España. Espriu -quien ha estado acompañado por el rector Joaquín Goyache y por el decano de Físicas, Ángel Gómez Nicola- se ha mostrado convencido, “pese a las nubes negras que hay en el horizonte”, de que el incremento de la inversión pública en ciencia se mantendrá estable los próximos años.

 

El incremento del 40% del presupuesto de este año de la AEI, hasta los 1.400 millones de euros, está propiciado en buena medida por los fondos europeos del plan de recuperación, y será imposible de mantener en los próximos ejercicios. Sin embargo, Espriu sí confía en que marquen una tendencia que permita llegar en 2030 a una inversión del 1,25% del PIB en I+D, como prevé el anteproyecto de Ley de la Ciencia, que ahora está en fase de tramitación en el Parlamento, y de la que ahora “estamos más o menos a la mitad”. El director de la AEI confía en un incremento anual del 0,1% durante los próximos 7 años para alcanzar el objetivo. “Más es prácticamente imposible", confesó.

 

Antes de entrar a explicar las cinco grandes líneas de actuación con las que la AEI quiere contribuir a fortalecer la ciencia española, Espriu -catedrático de Física Teórica de la Universidad de Barcelona- explicó que la primera fase de los fondos europeos, la de subvenciones directas, ya está prácticamente repartida, pero que confía que la segunda fase, en la que España recibirá de Europa 84.000 millones en préstamos, también tenga su incidencia en la I+D española, ya que parece que el Ministerio de Hacienda finalmente va a ser permeable a que una parte de ese dinero llegue a la investigación en forma de subvención. Decisiones como esa, se enmarcan en la “voluntad política del actual gobierno para que, esta vez sí, este viento de popa para la investigación en nuestro país se mantenga de forma estable”.

 

Racionalización de las convocatorias

La primera medida que el nuevo director de la AEI quiere poner en marcha desde el organismo es la racionalización de las convocatorias. El año pasado, según indicó, hubo hasta 20 distintas. La intención es unir las que se puedan. Por ejemplo, se van a unir dos de las tres relacionada con Europa, y se van a integrar en una sola las habituales de contratos predoctorales y la de proyectos “para evitar desajustes que hacía que los becarios llegaran al año o año y medio después”. También se va a apostar por trasladar parte de la responsabilidad y confianza –“porque el sistema tiene que estar basado en una confianza mutua”-, a las universidades y los centros de investigación, transfiriéndolas los fondos para que seleccionen directamente a sus becarios predoctorales. “No tiene sentido que se haga desde la calle Torrelaguna”.

 

Según indicó Espriu, dentro de este plan de racionalización se incluyen dos nuevas convocatorias, la R3, que sustituye a la actual I3, “abriéndola a cualquier investigador con cierta experiencia postdoctoral, y que dará una acreditación que abrirá muchas puertas”, y la de Consolidación investigadora, “muy bien dotada y numerosa, que sustituye a las antiguas ayudas de incorporación antes solo previstas para los Ramón y Cajal, y que ahora se extiende a cualquiera que tenga la acreditación R3”. La intención de estas dos nuevas convocatorias es la “incorporación de sangre joven” al sistema de I+D.

 

Menos control burocrático

El segundo objetivo que se marca la AEI en su nueva etapa es “aligerar, disminuir, hacer mucho más amable, más inteligente diría yo, más eficaz, el proceso de seguimiento y justificación de las ayudas”. De acuerdo con Espriu la agencia debe “alejarse de la imagen tóxica de ser el cobrador del frac”, que actualmente tiene. Para ello, pasará del actual control de todos los proyectos a realizar “muestreos aleatorios del 20 o 30 por ciento”, que se mirarán más en profundidad, mientras que del resto solo se verá de oficio si el dinero se ha gastado. “Esto era posible hace años y si no se había aplicado, era por temor no sé a qué. Es perfectamente legal, viable y necesario”, justificó el nuevo director, que no obstante advirtió de que los procedimientos de control ya iniciados se llevarán hasta su fin.

 

Internacionalización

El tercer bloque de medidas pretende aumentar la internacionalización de la ciencia española. La idea es, por una lado, dar mayores recursos a las oficinas de gestión de las universidades y centros para que puedan llevar a cabo una “preselección de propuestas interesantes para sy participación en programas europeos”. Otra idea es propiciar una mayor networking a nivel europeo. Así, entre los principales países europeos se ha llegado a un acuerdo para que los proyectos internacionales sean solo evaluados en el país al que pertenezca su investigador principal (IP) y el dictamen sea aceptado en el resto de países con participantes en el proyecto, aunque luego sea cada país, en caso de ser concedida la financiación, el que pague a sus investigadores.

 

La cuarta y quinta batería de medidas, como señaló el propio Espriu, son más “internas” y buscan, por un lado, que haya una mayor fluidez entre la AEI y el resto de agentes de la I+D en España (Comunidades, universidades, centros de investigación…), y, por otro, un mayor acercamiento a la sociedad, haciéndola conocedora de en qué proyectos en concreto se utiliza su dinero.

 

Antes de contestar las preguntas de los profesores e investigadores que acudieron al aula magna de Físicas a escucharle, Espriu adelantó algunos de los resultados de la última convocatoria de proyectos, cuya resolución provisional se publicará en el mes de julio. La financiación concedida que va a llegar al 51% de los más de 6.000 proyectos presentados, va a alcanzar los 452 millones, un 10 % más que el pasado año. La media de la financiación solicitada por cada proyecto se eleva a un 63% desde el 50% al que llegó en la anterior resolución.