INVESTIGACIÓN

Las profesoras Elsa Mohino y Belén Rodríguez de Fonseca, en la Facultad de Ciencias Físicas de la UCM

Dos profesoras de Físicas participan en una revisión internacional del impacto del fenómeno del Niño en África

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 1 dic 2025 10:26 CET

Una treintena de investigadores de China, Sudáfrica, Australia, Estados Unidos, Noruega, Alemania, Camerún, Kenia, Nigeria y España firman el artículo “Climate impacts of the El Niño–Southern Oscillation in Africa”, publicado en Nature Reviews Earth & Environment. Las firmantes españolas son las profesoras complutenses Belén Rodríguez de Fonseca y Elsa Mohino, del Departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la Facultad de Ciencias Físicas. La iniciativa del artículo partió de Wenju Cai, de la Ocean University de China, especialista en el fenómeno del Niño, que ha escrito una saga de revisiones sobre cómo impacta dicho fenómeno en diferentes regiones del globo. Para hacer la de África contactó con las profesoras de la UCM, unas de las mayores expertas del mundo en cómo afecta el Niño al sudeste de África, sobre todo a la zona del Sahel.

 

Las dos profesoras resaltan que el hecho de haber sido llamadas para la realización de esta revisión se debe a haber participado en cuatro proyectos europeos de gran calado y financiación desde hace veinte años, “que es algo que sólo es posible hacer desde una universidad pública, que es la única que investiga en nuestro país”. Esos estudios, así como los proyectos de cooperación interuniversitaria que han llevado a cabo en África gracias al respaldo de la UCM, las han convertido en especialistas en analizar datos para inferir hipótesis dinámicas de por qué elementos como la componente oceánica son importantes en la variabilidad climática. Gracias a los proyectos, han podido estudiar Europa y, sobre todo el oeste de África, en la zona del Sahel, donde es muy importante conocer la lluvia en cada estación del año.

 

En el artículo de Nature Reviews se habla, sobre todo, de medias estacionales, pero a veces más importante que esas medias es “la manera en la que llueve. Es decir, lo que ha llovido en toda la estación ¿lo ha hecho en pocos días y de manera abundante o se ha repartido a lo largo de los meses? Por ejemplo, para la zona de Sahel es importante cuándo se produce esta precipitación porque hay bastantes cambios en el inicio del monzón y el final del monzón, y eso es fundamental para la agricultura, porque son países que sobre todo basan su economía en el pastoreo y en la agricultura de secano”. Conocer, por tanto “cuándo empieza la estación de lluvias y cuándo hay que plantar es importante para ellos, porque si se hace mal puede ser dramático”.

 

De acuerdo con Elsa Mohino y Belén Rodríguez de Fonseca, “la predicción estacional es poder adelantar si va a haber un verano muy lluvioso, lo que tiene consecuencias, por ejemplo, en la región de África occidental, donde se ha visto además que la lluvia que trae el Niño, o mejor dicho la Niña, es a través de extremos”. El Niño, explican las profesoras, tiene una fase positiva con ese nombre, y una negativa conocida como la Niña. En la positiva, está más caliente la superficie del mar en el Pacífico, mientras que en la fase negativa está más fría.

 

El artículo

Explican las dos profesoras complutenses que las primeras reuniones para hacer el trabajo fueron on line, pero comenzaron a rendir de verdad cuando se trasladaron todos los investigadores, durante una semana, a Hong Kong. Allí se dividieron por grupos, especializados en diferentes zonas del continente africano, y las reuniones fueron muy provechosas, tanto por las interacciones entre los investigadores como por la presencia de estudiantes expertos en hacer gráficas que plasmaban todos aquellos resultados que se consideraban esenciales en la revisión.

 

Elsa Mohino añade que la idea principal del artículo ha sido revisar cuál es el efecto del Niño en un modo de variabilidad interanual, “que es un fenómeno acoplado a atmósfera-océano, que cambia de unos años a otros, y donde la temperatura de la superficie del mar se acopla con diferencias de presión y convención en la zona del Pacífico, pero no se queda solo ahí, sino que tiene repercusiones mundiales porque afecta a toda la circulación oceánica”. En este artículo, en concreto, se ha querido ver cómo altera esa circulación al continente africano a lo largo de todas las estaciones, “y ha puesto de manifiesto que hay muchas no linealidades”.

 

Aclara Belén Rodríguez de Fonseca que el Niño es un calentamiento de la cuenca del Pacífico que a veces tiene ese calentamiento más pegado a la costa de Perú y otras veces lo tiene más en centro del océano. Dependiendo de dónde comienza ese calentamiento cambia lo que se conoce como teleconexión, que es “el mecanismo dinámico que conecta una anomalía local en las temperaturas del mar del Pacífico con un efecto o un impacto remoto, y esa es una no linealidad”, que se suma a que “hay no linealidades porque los efectos del Niño y de la Niña no son iguales y contrarios simplemente”.

 

Mohino informa de una tercera linealidad, que es cómo cambian los efectos en las distintas décadas, porque “puede haber un Niño que sea muy parecido en la década de los 70, y uno muy parecido en la de los 90, pero el efecto no va a ser exactamente el mismo”. Los estudios realizados en la Universidad Complutense, desde el año 2005, demuestran que las teleconexiones con El Niño no son siempre iguales, “y eso es muy importante para la predicción, porque, por ejemplo, en el Sahel hay épocas en donde el Niño no produce una sequía y la Niña no produce que llueva más".

 

Se ha descubierto además que el impacto del fenómeno está muy conectado con el estado del resto de los océanos, algo que también se investiga en el grupo TROPA UCM de la Facultad, para “ver si el Pacífico, el Índico y el Atlántico generan un modo global, de tal manera que cada uno actúa de una manera que contrarresta, en cierto modo, los efectos o incluso a veces los altera". Apuntan las investigadoras que sobre esta interferencia generada entre los diferentes océanos hay que seguir estudiando en el futuro, aunque ya existen algunas hipótesis.

 

La existencia de un alto número de variables, incluidas las no linealidades y las decadales que se han estudiado en profundidad en la UCM, hacen que desarrollar modelos de simulación sobre los efectos del Niño que funcionen con precisión resulte muy complejo, aunque es posible realizarlos, como también se apunta en el paper.