REPORTAJE

Gran parte de los profesores y estudiantes que componen el grupo de investigación TROPA UCM

El grupo de investigación TROPA UCM extiende el campus complutense a Senegal

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 11 feb 2025 15:38 CET

El grupo TROPA UCM, fundado por la profesora Belén Rodríguez de Fonseca, del Departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la Facultad de Ciencias Físicas, lleva dos décadas desarrollando estudios de variabilidad climática en Senegal. Unos estudios que comenzaron centrados en el estudio del monzón de África Occidental, pero que se han ampliado a muchas otras áreas de conocimiento climático, a la dirección de tesis doctorales, a la publicación de artículos que incluyen a investigadores de los dos países, así como a una serie de proyectos de cooperación al desarrollo que han permitido la movilidad tanto de estudiantes como profesores al país africano, pero también de docentes y alumnos senegaleses a la UCM.  

 

Bélen Rodríguez de Fonseca recuerda que, tras sus primeros estudios sobre el monzón, establecieron una colaboración con la Universidad Cheik Anta Diop de Dakar, que empezó con cursos de programación, continuó con el establecimiento de estaciones meteorológicas, pasó por la dirección de tesis doctorales y llegó hasta la actualidad en la que además se investiga en temas relacionados con las migraciones o la salud. Con respecto a esto último, los investigadores de la UCM, en colaboración con los senegaleses, están haciendo estudios para predecir la malaria, “porque el ciclo del mosquito y lo que es la enfermedad depende mucho de factores climáticos, como la temperatura y la precipitación, y se puede predecir cuándo va a haber un fenómeno del Niño que implica menos lluvias, con lo que disminuye la incidencia de los casos de la enfermedad”.

 

La coordinadora del grupo TROPA UCM explica que también han trabajado sobre “el afloramiento, que ocurre cuando los vientos vienen del norte en invierno y, por la rotación de la Tierra, aparecen nutrientes del fondo del mar y se desarrolla toda la cadena trófica y hay mucha pesca”. Explica Rodríguez de Fonseca que en Senegal “gran parte de la población vive de la pesca en la costa en invierno, y en verano de la agricultura, así que la mayor parte de su economía depende de la variabilidad del clima”. Para conocer esa variabilidad se han hecho también estudios decadales, porque “hay décadas muy secas, décadas muy lluviosas, y, por ejemplo, hubo una sequía muy grande en los años 80 debido al enfriamiento del océano, y eso es algo que estudia principalmente la profesora Elsa Mohíno”.

 

Aparte de las tesis doctorales y de los más de veinte artículos que ya se han escrito entre investigadores de la UCM y de Senegal, Rodríguez de Fonseca informa de que se ha creado también un taller de divulgación, con experimentos caseros, que se ha denominado MeteoLab, y que permite hacer sencillos experimentos para comprender el clima y su variabilidad. La idea es que los utilicen los profesores del máster de dos universidades con las que se colabora en Dakar, pero también llevarlo a los institutos de diferentes zonas del país, como se lleva haciendo en Madrid desde hace unos quince años.

 

Monitorizar el clima

El profesor Luis Durán Montejano explica que uno de los objetivos de TROPA UCM es crear una red para monitorizar el clima en la zona de Senegal. Con el apoyo de la Universidad Complutense y del CSIC, a través del centro mixto IGEO, han conseguido instalar ya una serie de puntos de medida en la que es “una de las primeras redes universitarias y científicas en esa parte del mundo, y es algo muy relevante, porque hay muchísimo déficit de observaciones en esta región del planeta”. La importancia de estas medidas radica en que allí hay muchos fenómenos climáticos que afectan a nivel local, pero también a nivel global, “así que es un pequeño grano de arena para entender mejor el clima de todo el planeta”.

 

La especialidad de Durán Montejano es la instrumentación meteorológica y eso le ha permitido crear un grupo de trabajo que apoye a nivel local en el mantenimiento y el seguimiento de la estaciones instaladas en Senegal, a lo que se une que desde la UCM viajan dos semanas al año para comprobar que todo funciona correctamente en una red que lleva más de diez años recogiendo datos climáticos con una precisión incluso horaria.

 

En estos momentos hay tres estaciones instaladas. Una de ellas es un observatorio en Dakar, que está focalizado en la precipitación, “midiéndola de forma muy intensa, muy robusta, con varias medidas redundantes", a la que se suman dos estaciones en islas, que “son zonas que están muy poco perturbadas por el ambiente urbano, incluso una de ellas dentro de un parque nacional”. Ahora, con los cambios políticos en Senegal, se están planteando la posibilidad de ampliar esta monitorización a otras zonas del país.

 

Reconoce el profesor complutense que esta es una colaboración en dos sentidos, porque “hace un mes estuvo en la UCM un profesor de Senegal, que instaló un modelo meteorológico que acaba de salir y que es muy novedoso y que le ha permitido incluso dirigir algún TFM en la Complutense”.

 

La salud

Marta Martín del Rey, investigadora Juan de la Cierva, forma parte de algunos estudios sobre salud dentro del grupo TROPA UCM, en especial sobre meningitis y su relación con variables ambientales. Reconoce la investigadora que en Senegal están muy preocupados por los temas de salud pública y con los estudios se ha visto que “las intrusiones del polvo de África, junto con la temperatura y la humedad, están influyendo en la prevalencia de la enfermedad, y además se ha comprobado que la influencia del clima es independiente de la vacuna que se introdujo en casi todos los países de África entre 2010 y 2016. Con el cambio climático se está viendo también un cambio de las circulaciones, que hacen que cada vez haya más intrusiones de polvo sahariano”.

 

Como afirman en uno de los papers publicados sobre el tema, “el aumento de la humedad relativa y los vientos positivos presagian el final de la temporada de meningitis, al tiempo que las vacunas ralentizan las interacciones bacterianas con los anticuerpos, retrasan la transmisión de la enfermedad y prolongan su duración”. Los estudios subrayan que, a pesar de la existencia de vacunas, los factores climáticos siguen siendo factores clave valiosos en el brote de meningitis y “debido a la persistencia del cambio climático, es esencial prestar más atención a los brotes epidémicos y diseñar estrategias sólidas para mitigar su impacto”.

 

Aparte de otras enfermedades como la malaria o el cólera, los investigadores han descubierto un problema más para la salud: el calor. Belén Rodríguez de Fonseca asegura que se pueden llegar a temperaturas de 50 grados en algunas regiones del este de Senegal, lo que provoca enfermedades cardiovasculares por las que fallece muchísima gente, “más que por malaria. Así que, poder predecir olas de calor, tendencias de lugares donde va a haber más calor o lluvias extremas es muy importante para las autoridades sanitarias”.

 

El impacto social

La profesora Irene Polo asegura que los estudios sobre variabilidad climática también sirven para mejorar otros aspectos como la pesca, la ganadería y la agricultura, “que son la base del PIB de Senegal”. Recuerda que “en todos los recursos naturales, el clima tiene un impacto evidente y muy importante en esa región, así que a partir de los estudios y de una propuesta que sacó la Complutense de proyecto de cooperación, se ha desarrollado una red interuniversitaria para estudiar estos impactos, y entre ellos el más extremo, que sería el de las migraciones climáticas”.

 

De acuerdo con la profesora complutense “una migración siempre es multifactorial”, y eso les hizo entender que era necesario incluir a investigadores de ciencias sociales que tuvieran experiencia previa en estudios en África, tanto de la propia UCM como de otros centros universitarios de Valladolid, Málaga o la Universidad de la Laguna, que han hecho mucho trabajo en Mali, pero también en el campo de refugiados que hay en Tenerife. En estos estudios de migraciones se ha incluido una perspectiva de derechos humanos  y de género, porque “no es lo mismo emigrar siendo hombre que mujer, porque se ven sometidas durante la emigración a todo tipo de agresiones”.

 

El estudio se está haciendo también desde la perspectiva holística de One Health, con reuniones anuales en las que cada socio aporta su punto de vista, desde su disciplina, del tema de las migraciones climáticas. Con todo ello se ha escrito un monográfico que va a publicar en breve Casa África, en un documento liberado para que cualquiera interesado pueda consultarlo.

 

Irene Polo informa de que ahora hay en proceso un trabajo, que se quiere hacer de manera conjunta con los investigadores de Dakar, que incluya “historias de vida, entrevistas, para entender la percepción que tienen desde Senegal del cambio climático, que expliquen cómo les afecta y qué les mueve a migrar, a ellos o a sus familiares”.

 

Cursos de informática

Entre las muchas actividades que lleva a cabo TROPA UCM en Senegal también está el impartir cursos informáticos. En concreto, la profesora Teresa Losada, ha impartido cursos de análisis de datos en Python a los alumnos de máster. Con ellos se les enseña a “abrir datos de clima, a hacer medias estacionales, a calcular índices para ver cómo varían de año a año, o de estación en estación…”.

 

Losada ha viajado con una ayuda Erasmus+ de movilidad para profesores, que se conceden para países de fuera de la Unión Europea siempre que haya convenios con la universidad de acogida, lo que no es un problema para un grupo que lleva ya más de dos décadas trabajando en Senegal.

 

La idea de estos cursos es impartir uno básico, para introducir en la programación, y luego otro más avanzado, “y siempre tienen muy buena acogida”, y aunque lo ideal sería poder hacer más, y más largos, porque tienen una duración mínima de ocho horas, Losada es consciente de que todo depende de la financiación y de las convocatorias.

 

Algunos estudiantes

TROPA UCM cuenta con los investigadores principales nombrados anteriormente en este reportaje, pero también con un amplio número de doctorandos, que en algunos casos viajan a Senegal o vienen de allí. Entre estos últimos se encuentra Adama Badiane, que está terminando en la Complutense su TFM sobre los ciclones tropicales que tienen lugar en la costa. Ella misma reconoce que este estudio es fundamental para prevenir los riesgos naturales en su país y asegura que en la Complutense tiene muchas facilidades para hacer su TFM. Tras presentarlo en su país, desea poder volver a Madrid a seguir investigando o trabajando.

 

El doctorando Álvaro González ha ido ya tres veces a Senegal. En su caso participa con Luis Durán en la parte de mantenimiento, instalación y desarrollo de la red de estaciones climáticas que se están montando con la Universidad de Dakar. Explica que en su primer año participó también en impartir cursos sobre el manejo de datos y el mantenimiento de la instrumentación.

 

Elena Calvo también ha ido tres veces a Senegal, para apoyar a Teresa Losada con los cursos de programación de Python, mientras que la doctoranda Lucía Montoya ha ido dos veces al país africano, y tanto ellas como Álvaro González están deseando volver.

 

Todos los estudiantes señalan el idioma como la principal barrera, ya que en Senegal hablan francés, mientras que los doctorandos se manejan en inglés, aunque a veces también se encuentran con alguien que habla en portugués y entre todos pueden comunicarse. De todos modos, reconocen que, al ser una colaboración sostenida en el tiempo, las dudas que puedan quedar pendientes se resuelven después a través de correos electrónicos.

 

De acuerdo con sus investigadores, todos los trabajos de TROPA UCM se han hecho gracias a la colaboración con los grupos de Dakar, a los contactos que han ido creando allí durante años y al indispensable apoyo financiero de los proyectos de cooperación de la Universidad Complutense.