REPORTAJE

Profesores y estudiantes de la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar (UCAD), con el profesor Germán Alcalá, de Químicas de la UCM

Erasmus+ K171, una experiencia “win-win”

23 jun 2025 10:18 CET

Mor Wade, Mareme Niang, Ibrahima Gning y Mame Diarra Bousso Ndiaye son los nombres de los cuatro estudiantes de la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar (UCAD), que están ahora mismo en la Universidad Complutense, disfrutando de una beca Erasmus+ K171. Esta ayuda busca “internacionalizar y mejorar las capacidades educativas y formativas, así como la empleabilidad de estudiantes y profesorado, más allá de los límites de la Unión Europea”. Los cuatro se han integrado en el grupo de Ingeniería de Superficies y Materiales Nanoestructurados de la Facultad de Ciencias Químicas, bajo la tutela del profesor Germán Alcalá Penadés. Durante una semana han recibido a los profesores de la UCAD Amadou Diao y Ndèye Maty Ndiaye. Tanto los docentes senegales como el profesor de la UCM consideran que esta experiencia de Erasmus+ K171 es un claro ejemplo de un win-win, donde las dos partes salen igual de beneficiadas.

 

Germán Alcalá, profesor del Departamento de Ingeniería Química y de Materiales, y miembro del grupo de Ingeniería de Superficies y Materiales Nanoestructurados, informa de que recibió un correo de la Oficina de Relaciones Internacionales de la UCM en el que se le informaba de las ayudas de movilidad para países externos a la Unión Europea. Viendo que había opciones en Senegal, y que él domina el francés, escribió al Departamento de Física de la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar, y el director de dicho Departamento, Amadou Diao, le mandó enseguida la necesaria carta de invitación.

 

El profesor Diao reconoce que al momento vio las posibilidades de una colaboración con la Universidad Complutense, con “muchas oportunidades que se pueden aprovechar y mucho trabajo que se puede compartir, tanto para el beneficio de los estudiantes como para el de los profesores”. En su visita a la UCM, como “guía para observar, experimentar y facilitar otros enfoques” ha comprobado que su intuición era correcta y que esta es “una situación beneficiosa para ambas partes, un win-win, como se suele decir”.

 

Gracias a la movilidad de docentes, el profesor Alcalá visitó, en octubre de 2024, la universidad UCAD, donde organizó unos seminarios de desarrollo de herramientas de inteligencia artificial y análisis de datos de laboratorio usando Python, que “tuvo muy buena acogida, y a los que asistieron tanto estudiantes del máster, como de doctorado y profesores de los departamentos de Física, de Química, de Matemáticas y de Ingeniería de Materiales”.

 

Tras aquella estancia en Dakar, Alcalá contactó con Sonia Górriz, de Coordinación y Movilidad Erasmus+ Internacional de la Oficina de Relaciones Internacionales de la UCM, y corroboró que existen ayudas europeas, como la beca Erasmus+ K171, para que vengan estudiantes de doctorado a Madrid de países de fuera de la UE como Senegal. El primer paso de esa relación se ha materializado en la estancia actual de cuatro estudiantes en la Facultad de Ciencias Químicas, pero Alcalá no descarta una colaboración más estable en la que puedan surgir “sinergias, tanto en investigación como desde el punto de vista de la docencia”.

 

De hecho, para un futuro próximo ya ha estudiado la normativa que existe en la Escuela de Doctorado de la UCM para las codirecciones de tesis, “y es relativamente fácil cumplir con los requisitos”. El único problema que ve el profesor Germán Alcalá es que las estancias son de unos pocos meses, barrera que se puede solucionar si los estudiantes solicitan la beca Erasmus+ K171 varias veces a lo largo de la realización de su tesis. “Si hacen dos estancias de cinco meses, o incluso tres, ya es un tiempo bastante razonable para poder hacer una codirección seria con trabajo científico por parte de las dos universidades”, aclara el complutense.

 

Lo que tiene claro es que es “una línea de trabajo ideal, porque, por un lado, permite que el estudiante pueda completar su trabajo doctoral y obtener el título de doctorado, mientras que, por parte de las universidades y de los profesores, permite un desarrollo de un trabajo científico que, tiene importancia a nivel de reconocimiento internacional”.

 

Equipamiento y trabajo duro

Ndèye Maty Ndiaye, investigadora y profesora en el Departamento de Física de la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar (UCAD), considera que esta experiencia en Madrid es increíble, “por los laboratorios que hay en la Complutense, que están completamente equipados y con técnicas de caracterización muy interesantes”, pero también porque el profesor Alcalá les ha integrado en la capital de España, dándoles a conocer la cultura y la historia de la ciudad y el país.

 

Explica la profesora que esta es su primera colaboración con una universidad española y confía en que sea “activa y dinámica, para poder llegar a una colaboración conjunta y quizás firmar un acuerdo de colaboración que permita una supervisión de las dos universidades, escribir papers conjuntos e incluso buscar financiación para intercambiar profesores y estudiantes”.

 

Los alumnos también hablan de las limitaciones que tienen en Senegal en cuanto al “equipamiento científico, de laboratorios y de caracterización”, y el profesor Germán Alcalá reconoce que es cierto que en la UCM hay mucha mejor instrumentación, pero a pesar de eso “los estudiantes que vienen de Senegal tienen una buena formación a nivel teórico y son tremendamente trabajadores, así que con las posibilidades de su universidad se dejan la piel para sacar el máximo partido y sacar un buen trabajo científico adelante”.

 

Según el profesor complutense, además en España a veces hay dificultades de conseguir estudiantes de doctorado con un buen nivel académico, así que esta colaboración con Senegal permite disponer de investigadores que lleven adelante trabajos usando los laboratorios del grupo de investigación y los CAI de la UCM.

 

Amadou Diao, director del Departamento de Física de la UCAD, ha comprobado el buen trabajo que están realizando sus estudiantes con “equipos de investigación muy sofisticados, de última generación”. El profesor Alcalá supervisa los trabajos de los estudiantes y le ha mostrado a Diao algunas investigaciones in situ, lo que demuestra que “con una colaboración como esta se pueden obtener verdaderos resultados”.

 

Los estudiantes

Las becas Erasmus+ K171 están dirigidas a intercambios de estudiantes de doctorado como Mor Wade, quien explica que su objetivo como investigador es “revolucionar la investigación para el desarrollo de África”. Para el progreso de la investigación considera que es fundamental contar con equipos de vanguardia como los de la UCM y tener la “oportunidad de viajar y una buena movilidad investigadora”.

 

Insiste Wade en que en África hay muy buenos proyectos de investigación, pioneros en su área de estudio, y que ya existen la mano de obra y las habilidades necesarias, así que “esta colaboración norte-sur puede ser crucial para paliar las deficiencias en el apartado de los equipos de investigación punteros”. Confía en poder repetir la experiencia o que lo hagan otros compañeros suyos, porque además la visita a Madrid le ha permitido visitar “monumentos y lugares emblemáticos que son legendarios y que permiten aportar una visión de conjunto de la ciudad, desde su perspectiva cultural, más allá de lo que se sabe de fútbol”.

 

Mareme Niang, otra doctoranda de la UCAD, también agradece el trato recibido en la UCM, y asegura que su estancia aquí les ha permitido darse cuenta de que tienen muy buena base teórica, pero que necesitan “centrarse en el aspecto experimental para el desarrollo de Senegal, pero también de África”. “Es fundamental haber descubierto este entorno y convencernos de que podemos mejorar, de que podemos hacerlo mejor, pero necesitamos ayuda”, asevera Niang. Por eso, al igual que su compañero, confía en tener la oportunidad de continuar, o ellos o una próxima generación, que aporte resultados fructíferos para el avance científico.

 

Su compañero Ibrahima Gning agradece también el haber sido uno de los seleccionados entre múltiples candidatos para venir a la Complutense, donde el profesor Alcalá les trata “no como un profesor, sino como un colega de laboratorio”. Aparte de dar las gracias a los docentes senegales, Gning también quiere reconocer el trabajo de la Oficina de Relaciones Internacionales de la UCM, porque sabe que hubo trámites como obtener el visado que fue complicado y también lo fue solicitar algunos papeles a distancia, aunque cuando contactaban con la Complutense, “en cinco minutos respondían”.

 

La estancia de estos estudiantes se va a extender, en este caso concreto, durante dos meses y medio, en lugar de los cinco establecidos por la beca Erasmus+ K171, por las dificultades burocráticas a las que hace mención Ibrahima Gning. A pesar de eso, él mismo considera que los cuatro estudiantes que han venido a la UCM van a obtener resultados muy positivos dentro de sus áreas de trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que todavía les quedan dos meses para seguir desarrollando su investigación en el campus complutense.