REPORTAJE

Fotografía tomada durante la campaña 2020 del C2 Proyect Royal Cache Wadi Survey

El proyecto complutense en Luxor, cerca de confirmar la existencia de una gran efigie en la necrópolis tebana

Fotografía: C2 Project Royal Cache Wadi Survey - 2 mar 2021 11:53 CET

Fueron a corroborar varias hipótesis y han vuelto con muchas certezas y, sobre todo, con la seguridad de estar ante una excavación... “revolucionaria”, se le escapa a José Ramón Pérez-Accino, el director del C2 Project Royal Cache Wadi Survey. Este proyecto internacional que desde 2017 lidera el profesor de la Facultad de Geografía e Historia de la UCM, puede –“prefiero ser cauto”- significar un antes y un después en el estudio de la necrópolis tebana. Cada vez es más probable que la hipótesis ya trazada tras la segunda campaña, de la existencia en el pasado de una gran efigie, similar probablemente a la esfinge de Gizah, en el pequeño wadi que están explorando, donde en 1881 se encontró la famosa Tumba de las Momias Reales, situado tras el Valle de los Reyes, se pueda probar de manera fehaciente.

 

De momento, en esta tercera campaña, primera en la que el equipo ha contado con permiso de excavación, ha permitido demostrar la “destrucción intencionada” del camino que recorría la pared del wadi, justo debajo del lugar que se cree que ocupaba la efigie. “Aún no tenemos la nariz, pero es posible que podamos encontrarla”, vaticina medio en broma el profesor Pérez-Accino, quien lidera este proyecto internacional de base hispano-egipcia, junto con Hisham El-Leithy, del Ministerio de Antigüedades del gobierno egipcio.

 

- ¿Qué hipótesis se han confirmado tras esta tercera campaña?

- Nuestra hipótesis principal es que lo que hay allí es una gran efigie, que probablemente fue destruida, con un camino, del que no teníamos uso pero sí constancia de su uso en la pared, y que en algún momento fue destruido probablemente para evitar el culto de esa efigie. Todo esto se está corroborando. Lo primero que hicimos nada más llegar allí y comenzar a limpiar fue encontrarnos con los restos de la destrucción. Los restos de una destrucción intencionada. Hasta entonces jugábamos con hipótesis. Lo hemos datado, aunque de momento de modo muy cauto, y la destrucción es muy tardía. La efigie estaba muy presente en un arco cronológico muy grande. Ha desaparecido y la cuestión es cuándo. La destrucción que hemos visto es muy, muy tardía. No sabemos si la destrucción que hemos encontrado se corresponde ya con la efigie, pero es desde luego la destrucción del camino que va por debajo, eso está claro, pero para saber si se corresponde con la efigie tenemos que bajar más.

 

- ¿Entonces los restos hallados son solo del camino, de la efigie por ahora no?

- Restos de la efigie aún no sabemos si tenemos, aunque no parecen de ella. Más bien, al estar al pie del camino indica que es del propio camino, que está a dos metros de altura. Los de la efigie al estar más arriba habrían rodado un poco más lejos. No hemos encontrado la nariz aún, pero es posible que podamos encontrarla. También hemos encontrado sílex con golpes, que pudieron ser usados como material percutor, ya que es una caliza de una calidad ínfima, que sale en lajas.

 

- ¿Habéis podido datar la destrucción?

- Lo más interesante es que en el nivel de destrucción hemos encontrado materiales prehistóricos. Es decir, hay muchas posibilidades –esto es una hipótesis- de que el lugar fuera un lugar de culto antiquísimo, una historia realmente antigua, que sigue en uso hasta épocas muy, muy tardías, para Egipto. Si hablamos del tardorromano, siglo VI después de Cristo, puede parecer muy antiguo, pero para los egiptólogos eso es muy moderno. El arco de existencia del lugar de culto es amplísimo. Y además es muy interesante porque si podemos de alguna manera corroborar la existencia de un lugar de culto de época predinástica nos encontraremos con el más antiguo de la necrópolis tebana. En la necrópolis tebana que conocemos no hay material predinástico. El que hay está en otra zona y no tiene nada que ver con lo que luego va a ser el núcleo de la necrópolis. El Valle de los Reyes es un capítulo solo de lo que es la historia de la necrópolis tebana, el último. El punto final del Valle de los Reyes es nuestro wadi. Nosotros este año hemos encontrado material predinástico claramente. Un panel decorado, una historia muy interesante que vamos a publicar aparte. Eso nos abre un horizonte cronológico tremendo que habrá que matizar. La verdad es que se ha puesto tremendamente interesante la excavación, puede decirse que revolucionaria.

 

- Una de las preguntas con las que surgió el proyecto era si las momias de los reyes, que se descubrieron a finales del XIX en el wadi, habían sido escondidas allí, como durante más de un siglo se pensó, o si fueron depositadas allí por otro motivo. ¿Ya está resuelta?

- En efecto, una de las preguntas que siempre nos hemos formulado es si las momias se llevan a este wadi porque es una cuestión operativa, un sitio oculto que nadie sabía, cosa que no es así, porque es obvio que muchísima gente conocía ese sitio, o porque es un sitio con una significación especial. O quizá una mezcla de ambos. Si nosotros podemos demostrar, como creo que podremos hacerlo, yo soy optimista, que el lugar tenía uno de los elementos más significativos de la necrópolis tebana, explicaría mucho mejor la presencia de las momias. Nuestro descubrimiento está en esa línea. Aquí había algo muy gordo, tremendamente importante, tremendamente característico, que sería muy difícil que no fuera un factor para llevarse a los reyes y meterlos ahí. Esto cerraría el Valle de los Reyes, sería el último acto del Valle de los Reyes.

 

- ¿Va a ser sencillo acceder a otros restos?

- Tenemos un gran hándicap. En 1920 hubo un arqueólogo americano que hizo una exploración en el wadi plenamente destructiva. Era lo que se hacía entonces. Iba buscando tumbas y todo lo que es la planta del wadi la levantó sin mucho cuidado. Nosotros este año hemos excavado una trinchera que él no dice que haya hecho. Donde hemos estado trabajando había una trinchera claramente más moderna y hemos tenido la inmensa suerte de poder datarla, Nos hemos encontrado con periódicos, con latas de sardinas… Son de 1920. Cualquier elemento que hubiera en el fondo del wadi se lo cargó. Dos tercios del valle están destruidos. Pero el último tercio, el más importante, el que está pegado a la pared y está cubierto por los derrubios, ese no lo tocó. Esa es nuestra chance. La parte más importante no la llegó a tocar, solo la cubrió con derrubios, con escombros.

 

- ¿Hay muchos escombros?

- Sí, hay toneladas encima, pero lo bueno es que lo de debajo está intacto. Ahora mi preocupación es cómo quito esos escombros y cómo los evacúo. Ahora nos toca ir piedra a piedra revisando lo que tocaron hace un siglo y a la vez sacar los escombros que hay encima de la parte no excavada. Estamos tremendamente esperanzados porque ha sido inmediato. En el momento en el que hemos rebajado el nivel que había de escombros hemos empezado a encontrar actividad humana, en un valle en el que teóricamente no había ninguna actividad humana. No solo lo que habíamos observado de la efigie, del nicho, de las oraciones, de los grafitis, sino que hemos empezado a encontrar una actividad humana datable. Hemos encontrado cerámica, actividad de destrucción deliberada… Ha sido muy emocionante y nos llena de alegría. Nuestras hipótesis estaban bien trabadas, pero eran hipótesis. Ahora estamos tocando material que corresponde con las hipótesis que habíamos planteado.

 

- ¿Por qué se destruyó la efigie? ¿Qué hipótesis manejáis?

-  Hay tres hipótesis. La primera que la efigie nunca estuvo en otro aspecto, sino que siempre fue así, que la ves, que no la ves. Contra eso está el análisis geológico. Cuando tú ves la piedra donde decimos que estaba la efigie te das cuentas de que el patrón de destrucción de la piedra es totalmente diferente al de otras rocas que hay similares en la misma posición. Es mucho más vivo y se ven como marcas de la destrucción. La destrucción pudo haber sido a propósito o por un terremoto, claro. Pero el terremoto no deja huellas como las que hay, y ¿por qué esa y nos las de alrededor? Está claro que la destrucción es voluntaria. En la historia egipcia hay monumentos de un determinado monarca que han sido destruidos a propósito. Ese, el motivo político, es una hipótesis. Pero dado las fechas de los grafitos que encontramos en nuestra primera campaña, y de las oraciones que hay en ellos -hay que presuponer que cuando se escribieron estaba intacta, porque si tú le dejas una oración tenemos que imaginar que es a algo que está allí-,  pues se nos ha ido hasta mucho más moderno.

 

- ¿Entonces quién sería el responsable de esa destrucción tardía?

- Es muy posible, con toda la cautela con la puedo hablar, que la destrucción sea cristiana o musulmana; es decir por razones religiosas. Es otra de las hipótesis, y de hecho la que está cobrando más fuerza. La idea de la destrucción de una efigie inmensa por razones religiosas la tenemos presente hace muy poco. Por ejemplo, en los Budas de Bamiyan (2007). Lo hemos visto en las noticias: esto es pagano y hay que eliminarlo. Eso con Egipto funcionó, lo que no sabemos, ni va a ser fácil saber, es la religión de los que la destruyeron. Los primeros musulmanes cuando llegan a Egipto, Egipto es cristiano. ¿La orden de dónde sale? Pudiera haber sido que los cristianos la destruyen; la zona donde está es una zona de monasterios cristianos. Pero también puede ser un gobernador o alguien musulmán, al que las imágenes no le hacen gracia, y lo ordenara. Hay un historiador medieval que para la Esfinge de Guiza lo establece; fue atacada por un gobernador que, según el historiador, estaba harto de ver cómo los lugareños seguían haciéndole ofrendas a la Esfinge. Se enfada y le rompe la nariz. Mi primera opción fue la destrucción por motivos políticos, pero por la pervivencia estoy mucho más inclinándome por una destrucción muy tardía. Y algo de lo que hemos encontrado, que no puedo aún desvelar, nos lo parece indicar. Además, en la primera campaña encontramos una mesa de ofrendas muy basta, que nos podría señalar un culto popular que se mantenía…

 

- ¿Entonces, en qué arco cronológico hay que situar la presencia de la Efigie en Tebas?

Si cogemos lo que hemos encontrado predinástico, que sería entre el 3.600 y el 3.700 AC y la destrucción, que se puede situar en torno al siglo VI o VII, el arco cronológico es enorme. Debo advertir que por ahora solo tenemos una evidencia predinástica, solo una, pero como digo a la gente de mi equipo, una es el 100 por cien más que no tener ninguna.

 

- ¿Si se confirma toda esta hipótesis, como ya está sucediendo, la trascendencia del hallazgo sería mayor que, por ejemplo, haber encontrado una nueva tumba de un monarca?

- Para mí, sí. Para mí esto es más importante que haber encontrado una tumba. Si encuentras una tumba todo el mundo consideraría que es algo muy importante, pero es que tumbas hay cientos. Tampoco hay que descartar que encontremos alguna tumba. Aunque por lo que estamos viendo, según hemos bajado y por el nivel de destrucción que hemos visto, si encontramos una tumba ya te digo yo que no va a estar intacta, lo que  tampoco es un problema porque yo no busco tesoros, pero para la ciencia es más importante lo que estamos viendo que una nueva tumba. Ahora bien, para el proyecto nos vendría muy bien tener una tumba, porque salta inmediatamente a los medios, aunque también te da mucho trabajo y deriva muchísimos recursos. Pero lo que estamos encontrando, por donde van los tiros de nuestro proyecto, científicamente, para el conocimiento histórico de la zona, esto es más importante que una tumba más. Más de un egiptólogo que está trabajando en esta zona sin decirlo lo que está es buscando la tumba de fulano o del que sea. Otros lo dicen. Hay un colega mío de otro país que trabaja cerca que lo dice abiertamente. Hay unos cuantos. De algunos de ellos, precisamente el cuerpo estaba en nuestro wadi. En algún sitio estarán esas tumbas porque no los iban a tener al fresco, pero no se ha localizado o identificado. Hay unos cuantos y este es un sitio que es una necrópolis real. Es una zona de enterramiento real y hay posibilidades de que si nos topáramos con una tumba fuera una tumba de la familia real. Si eso ocurriera, habría una gran revuelo, los medios de comunicación nos iban a hacer mucho más caso…

 

- ¿Pero demostrar la existencia justo detrás del Valle de los Reyes de una gran efigie también debería llamar la atención, no?

- Nuestra dificultad a veces es darle valor, que se pueda entender lo que estamos haciendo, y luego también yo quiero ser cauto, no me gusta pillarme los dedos y no doy grandes titulares. Aunque cada vez está más claro que teníamos razón. Cada campaña que pasa nos indica que teníamos razón en las hipótesis. Algunas se están corroborando; otras que tenemos todavía no se han corroborado, pero yo espero, estoy muy convencido, de que hemos dado con una línea de investigación desconocida. Esto había desaparecido de nuestros ojos. Los arqueólogos y los historiadores si no tenemos delante algo material que nos indique algo, no podemos trabajar. Hemos tenido la inmensa suerte de dar con algo que había desaparecido. Si lo volvemos a establecer eso tiene consecuencias. De hecho, a partir de observaciones que hemos hecho este año en el campo empiezan a cuadrar cosas que antes no cuadraban. Por ejemplo, mi compañero británico epigrafista que está trabajando con textos, en base a cosas que hemos encontrado este año estamos empezando a ver que los textos lo están corroborando, pero como no teníamos el punto A no podíamos ver el B. El reevaluar las fuentes de información que tienes cuando hay algo muy importante que antes no tenías, te permite ver cosas que antes no podías siquiera imaginarte. Es lo que nos ha pasado a nosotros con la efigie. El problema de estas cosas es que pasar de la hipótesis a la realidad se tarda un tiempo.

 

- ¿Lo hallado en esta tercera campaña asegura la continuidad del proyecto por un largo periodo?

- Esta campaña era importante porque era la primera que nos permitían excavar. Si la campaña de excavación hubiese sido estéril, si no hubiéramos visto nada significativo, el trabajo que estábamos haciendo de evaluación y corpus de los grafitis en la pared, nos llevaría un año más y ya estaría cerrado. Al encontrar algo que corrobora que las hipótesis son certeras, entonces el proyecto tiene un horizonte mucho más largo, difícil de determinar cuánto. Esto es lo que ha ocurrido. Hemos confirmado que allí ha habido actividad humana en la línea que pensábamos. Todo depende de la cantidad de escombros que seamos capaces de remover y eso depende de la cantidad de dinero que tengamos. Va a ser una obra ciclópea sacar de allí tantísimos escombros. Además, los escombros están mezclados, los naturales, los de acciones humanas antiguas, los de acciones humanas modernas. Nosotros estamos intentando no añadir más al caos… Pero sí, es un proyecto del pasado que tiene futuro, especialmente gracias al apoyo de nuestros patrocinadores, la Fundación Gaselec, Userkaf SLU, STE Engipharm, Argea Consultores y viajes Pausanias, entre otros. Afortunadamente este tercer año de trabajo nos confirma que el proyecto tiene recorrido. Hay cosas que estoy contando y otras que te digo que no, y otras que no te cuento, que son mucho más espectaculares, y que espero poder contártelas pronto. El año que viene seguro que podremos decir algo más.

 

- ¿Ya hay fecha para la cuarta campaña?

- La idea es ir en noviembre, porque hay una diferencia importante de temperatura, aunque depende de mi calendario académico. Creo que para 2021 tenemos financiación, pero el problema es que se van a incrementar los gastos por toda esa cantidad de escombros intactos que hay que mover… Luego lo que ocurre es que un proyecto de investigación de estas características es tremendamente demandante en cuanto a tiempo y actividad. Se hace muy difícil llevar a cabo investigación desde una universidad. Yo tengo otros deberes, mis clases, mis alumnos… Y tienes que compaginarlo en la medida de lo posible. El año pasado pude juntar todas mis clases del curso en el primer y segundo cuatrimestre y así poder estar dos meses en Egipto, pero el año que viene ya sé que el horario no va a ser así, tendré clase en los dos cuatrimestres y estoy todavía pensando cómo lo voy a hacer. Realmente es muy complicado. A Egipto no puedes ir en julio porque te mueres allí. En la última semana de octubre tuvimos más de 48 grados. Estoy seguro de que con buena voluntad por parte de todos se solucionará de alguna manera, pero se hace muy complicado.

 

La campaña de la COVID y la Casa de los Cisnes

La campaña 2020 del C2 Project no ha sido sencilla en lo que a su logística se refiere. Al hecho de ser el primer año en el que se contaba con permisos de exvacación y lo que eso suponía en cuanto a contratación de mano de obra local, materiales, maquinaria, etcétera, hubo que unir las medidas restrictivas marcadas por el gobierno egipcio por motivo de la pandemia. Trabajar con mascarilla con más de 45 grados no parece fácil.

 

Como explica el profesor Pérez-Accino, la campaña contó con muchas dificultades logísticas, que ya comenzaron en la escasez de vuelos, reducidos por la pandemia a un viaje semanal Madrid-El Cairo, y que se extendieron en el día a día. Por suerte, este año el proyecto estrenaba una sede en la zona, una pequeña casa alquilada por el equipo con la idea de convertirla en centro de investigación y entrenamiento, donde se impartan los cursos que los miembros del proyecto imparten a funcionarios egipcios sobre diferentes técnicas de tratamiento de imágenes que se están utilizando con éxito en el proyecto complutense. La pandemia ha impedido que este año la casa se utilizara con ese fin, pero ha permitido a los integrantes de la expedición alojarse en ella durante la campaña.

 

La vivienda, situada en la carretera de Memnón, a apenas 200 metros de sus famosos Colosos, ha sido “bautizada” como La Casa de los Cines, en referencia al escudo de la UCM. “La Casa de los Cisnes ha sido un éxito. Pusimos la placa y al día siguiente ya en el Ministerio de Antigüedades la conocían e incluso los taxistas. Se ha convertido casi en un elemento del paisaje. Está en una zona muy visible. Es pequeñita, pero con un jardín grande. Hemos caído muy bien y hace ilusión que haya un lugar permanente. Nos facilita mucho las cosas; por ejemplo, puedes dejar los ordenadores trabajando, que en los hoteles los tienes que recoger cuando te vas. Ahora hemos dejado mucho equipamiento para el próximo año. Mi idea es que la casa esté a disposición no solo de cualquier miembro de nuestro proyecto, sino de la Complutense. La sede está ahí con el escudo. El presupuesto sale del proyecto, pero lo brindamos a la Complutense. Tiene capacidad de crecimiento, puede albergar más actividades relacionadas con otras especialidades, como por ejemplo el arte. Está muy bien ubicada y con todas las comodidades para pasar una o dos semanas. La casa como centro de entrenamiento está muy bien. No es comparable a los cuarteles generales de otros equipos que llevan allí un siglo, pero para nuestras posibilidades está muy bien. Queremos darle mucho uso”, ofrece Pérez-Accino.