REPORTAJE

Espectacular vista del horizonte desde el wadi de las Momias Reales. Inmaculada Vivas, profesora de la UNED y miembro del equipo del C2 Project en la zona más alta de la montaña, donde los graffiti son más antiguos.

El proyecto complutense en Luxor confirma que donde se halló la Tumba de las Momias Reales era un lugar sagrado, no un escondite

Fotografía: C2 Project - 23 may 2022 12:08 CET

“Esto es como si se te aparece la virgen. A efectos científicos, en arqueología no hay nada más impactante y que rompa esquemas que reconocer que una zona a la que no se daba importancia es en realidad una zona sagrada que multiplica su transcendencia con cada hallazgo que vamos haciendo… Es la cima”. Francisco Moreno Arrastio, profesor del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Facultad de Geografía e Historia, pone palabras a lo que sienten los integrantes del C2 Project Royal Cache Wadi Survey, que bajo la dirección del profesor de ese mismo Departamento José Ramón Pérez-Accino y la subdirección del propio Moreno Arrastio, se desarrolla desde 2017 en la necrópolis tebana, en Luxor.

 

Y es que, en efecto, el proyecto C2 nació con el objetivo de estudiar con nuevas técnicas de análisis fotográfico unos grafitis que habían visto en el pequeño valle, wadi, en el que en 1881 unos cazadores de momias hallaron la conocida como Tumba del Escondite de las Momias Reales. En ella, situada justo a la espalda del Valle de los Reyes, aparecieron unas cuarenta momias de reinas y reyes tan conocidos como Amenhotep I, Amenofis II, Tutmosis II, Tutmosis III, Tutmosis IV o Ramsés II, por citar algunos de ellos. La intención de José Ramón Pérez-Accino y su equipo era demostrar que ese pequeño valle tuvo en un momento dado un significado especial para los tebanos, y que cuando el egiptólogo francés de finales del XIX Gaston Maspero afirmó en referencia al lugar del hallazgo de las momias reales que “nunca un lugar fue mejor escondido”, cometió un gran error. La tesis del equipo complutense negaba la mayor: Las momias no se llevaron a aquella tumba para sólo para esconderlas.

 

Los hallazgos que se han ido sucediendo durante las cuatro campañas que ya se han llevado a a cabo -las dos últimas con permiso de eliminación de escombros-, si se confirman en todos sus extremos significarán previsiblemente un antes y un después en el conocimiento sobre la necrópolis tebana. Para ello es necesario continuar retirando las toneladas de escombros que existen en el wadi. El descubrimiento en la segunda campaña de evidencias sobre la posible presencia en ese valle de una efigie de características similares a la de Guiza, daba un espectacular giro al proyecto. Desde entonces, todo han sido buenas noticias desde el wadi. La tumba de los reyes está cada vez más claro que nunca fue un escondite; el que una efigie pueda haber presidido el valle cada vez cuenta con más evidencias y, para colmo, en una tumba situada en otra zona del valle y que se creía ya inspeccionada, se han descubierto elementos y evidencias que pueden relacionarla con todo lo anteriormente explorado.

 

El profesor Pérez-Accino tiene previsto dar los detalles de la marcha del proyecto en su intervención en el V Encuentro de Egiptología Complutense, que se celebrará en la Facultad de Geografía e Historia los días 30 y 31 de mayo, y en el que también estará presente el codirector egipcio del C2 Project, Hisham El-Leithy, director del Centro de Estudio y Documentación del Antiguo Egipto del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto. Unos días antes de la celebración del congreso, los dos responsables complutenses del proyecto, José Ramón Pérez-Accino y Francisco Moreno Arrastio, reciben a Tribuna Complutense en su Departamento. En noviembre y diciembre se desarrolló la cuarta campaña de trabajo en el wadi, la segunda con permiso para mover tierra.

 

- Comencemos por el final, ¿en estos momentos, cuál es vuestra hipótesis principal tanto sobre lo que significó este valle como sobre el hecho de que la tumba de las momias reales estuviese allí?

- José Ramón Pérez Accino (J.R.P-A): “Podemos ya afirmar que el wadi era un lugar sagrado con anterioridad a que las momias de los reyes se trasladaran allí. Nos cuesta saber aún con cuánta anterioridad. Tenemos que profundizar mucho más en la retirada de los escombros que hay bajo la efigie y encontrar elementos que nos aporten una cronología más precisa. Hemos encontrado materiales del primer milenio antes de Cristo justo debajo. Pero claro es un talud muy grande. Estamos muy arriba y lo más antiguo estará debajo. Los grafitis que están en la parte superior, cerca de la cabeza de la efigie, son del 2.000 AC. es decir del Reino Medio. Lo que sí sabemos, casi con seguridad, es que cuando se depositan las momias reales allí eso está en uso, porque las ofrendas que hemos encontrado son de la misma o parecida época. Si el wadi está en uso y hay una efigie, de más de 20 metros de altura, que tenía culto, no parece lógico pensar que fuera un lugar secreto, sino uno muy sagrado con una gran significación. Mirando el mapa, uno se extraña de que esto no hubiera llamada la atención con anterioridad. Se encuentra en el mismo centro de la necrópolis.

 

 

-¿Qué ha sido lo más destacado de esta cuarta campaña, que desarrollasteis en el wadi en noviembre y diciembre?

- J.R.P-A: Este año lo que hemos hecho básicamente ha sido trabajar en tres zonas. En la zona de la efigie lo que hemos encontrado es lo que parece el derrumbe de su destrucción. Hemos llegado muy profundo y sigue habiendo derrumbe y sigue habiendo grafitis, y, sobre todo, hemos encontrado ofrendas. Es un lugar de culto, con toda probabilidad. En los niveles inferiores aún no sabemos lo que vamos a encontrarnos. Han aparecido vasijas intactas de Sobek-Ra, dios cocodrilo asociado al aspecto solar, sobre todo en el primer milenio, también escamas de cocodrilo, que parecen pertenecer a cocodrilos de 6 o 7 metros, restos de mobiliario y de cestas con frutas desecadas.

 

- ¿Dice que era un dios asociado al aspecto solar?

- J.R.P-A: Sí. El año pasado ya habíamos hecho algunas observaciones astronómicas, porque nos daba la sensación de que la inscripción que encontramos en un grafiti, que hablaba de dos colinas, era precisamente sobre las dos colinas que se ven desde allí en el horizonte. Este año, el 21 de diciembre, fecha del solsticio invernal, pudimos confirmarlo. Fue una sensación impresionante. Vimos el fenómeno del solsticio justo debajo de la efigie y no nos quedaron dudas de por qué todo lo que hemos hallado se encuentra allí. El solsticio era un elemento de atracción muy fuerte en la antigüedad. Probablemente, la gente iba allí a contemplarlo. Le da sentido a todo. Explica el camino en la roca ya localizado, explica los grafitis. Explica también el que ese lugar haya sido elegido para colocar a los reyes al final. Quizá no es la única razón, pero sin duda se trata de uno de los factores relevantes. Era un lugar sacratísimo.

 

- ¿Por qué nunca se sospechó de la importancia de este wadi?

- J.R.P-A: Casi con seguridad porque fue destruido a conciencia. Nuestro problema a día de hoy es saber cuándo se produce la destrucción. Es pronto para establecerlo, pero estoy seguro que lo podremos saber en algún momento del futuro.

 

 

- ¿Además de debajo de la efigie, habéis trabajado en otros lugares del wadi?

- J.R.P-A: Sí, este año también hemos trabajado en una tumba que hay al otro lado del wadi, que es también del Reino Medio, pero algunos datos nos indicaban que podía tener relación con nuestro trabajo en las otras zonas del valle.

 

- ¿Habéis visto algo interesante en esa tumba?

- J.R.P-A: Pedimos hacer una mapa de la tumba porque nos pareció que podía ser interesante y que parecía estar relacionada con nuestro trabajo. Un arqueólogo norteamericano que la exploró en 1920 solo escribió sobre ella dos párrafos en los que no da mucha información, aunque algo de lo que dice nos llamó la atención. Es una tumba que todo el mundo ha asumido que estaba explorada. Como vimos que tenía un par de grafitos y aprovechando que nos iban a prestar para esta campaña un escáner de 3D, creímos interesante hacer un plano de la propia tumba. La sorpresa fue que cuando nos dispusimos a escanear la tumba, vimos que no había sido explorada. La tumba tiene un pozo de 12 metros, un corredor descendente, una antecámara con unos elementos muy interesantes y después una cámara sepulcral. La sensación es que ahí no ha estado nadie en mucho tiempo. La idea es pedir permiso para el año que viene. La tumba casi con seguridad está sin tocar. Desde su construcción se ha reutilizado varias veces, por lo que hemos podido establecer en nuestra exploración preliminar. Que se haya reutilizado tantas veces tiene que ser por algo. La hemos puesto una cancela, cemento C2 y hemos solicitado poder quitar las piedras para seguir escaneando.

 

 

- ¿Alguna zona más?

- J.R.P-A: Hemos limpiado la entrada de la cachette [la tumba de las momias reales], y como ya habíamos visto, hemos confirmado que tenía estructuras exteriores. No hemos terminado, pero creo que podemos afirmar que tenía escaleras, rampas y hornacinas.

 

- ¿Por dónde vais a continuar en la próxima campaña?

- J.R.P-A: Después de lo de este año, se nos han abierto tres lugares. En los tres hay mucho interés. La cachette casi hemos terminado de limpiarla: hay estructuras, no era un sitio secreto al menos en origen, y hay que ver si tiene algún parecido. En la efigie estaríamos como al 90 por ciento de descubrir todo lo que es la caída, el derrumbe, la destrucción. El rostro de la efigie tiene las mismas dimensiones que la de Guiza y el tamaño total es de unos 20 metros de altura. La necrópolis tebana se modela sobre Guiza, siempre se había dicho, en la montaña; lo que faltaba era una efigie monumental, y aquí la tenemos. Hay que limpiar toda esa zona para ver si encontramos restos; por ahora tenemos las ofrendas y el derrumbe justo debajo. Y la otra tumba, como antes hemos dicho, la idea es poder quitar las piedras y ver lo que hay allí. Por último, queremos observar de nuevo el solsticio. El solsticio es el día en el que aparentemente el sol se para y empiezan los días a ser más largos y por lo tanto, el sol y la luz vencen. Hay muchos templos egipcios que son solsticiales. El solsticio es observable tres días antes y tres días después, en los que el sol se mueve muy poquito. Tenemos que ver desde qué punto hay que observarlo para hacerlo como ellos. Este año lo hemos hecho desde un suelo que no existía. Mi apuesta es hacerlo desde el nicho; los rayos del solsticio los recibe la efigie, y ese era probablemente el punto de observación, por eso este año nos hemos situado bajo ella.

 

- ¿Tenéis asegurada la continuidad del proyecto?

- J.R.P-A: Los patrocinadores continúan con su apoyo y están muy satisfechos con los resultados. Seguimos contando con la ayuda de la Fundación Gaselec, Userkaf SLU, STE Engipharm, Argea Consultores, la asociación Egiptología Complutense y una serie de patrocinadores a título individual. Pero esto es un niño que crece, las necesidades van aumentando y, como se puede ver, solo tenemos, de momento, apoyo privado. La ayuda institucional no ha llegado por ahora. Mi esperanza es que irá llegando.

- Francisco Moreno Arrastio: Esto es como si se te aparece la virgen. A efectos científicos, en arqueología no hay nada mayor que encontrar que una zona, a la que no se daba importancia, es en realidad una zona sagrada que multiplica su importancia con cada hallazgo que vamos haciendo… Es la cima. Y le ha tocado a la Complutense, y la Complutense debería, creo yo, iimplicarse un poco en algo en la que va a ser muy beneficioso a efectos de fama y prestigio.

- J.R.P-A: Tampoco nos han puesto problemas, y eso ya es colaborar en los tiempos que corren. Nosotros trabajamos con el escudo de la UCM, que de hecho es lo que desde el principio hemos hecho. Ahora vamos a incardinar el proyecto a un grupo de investigación, en el que se va a incluir la investigación en Egipto, y lo hemos vinculado al Instituto de Ciencias de las Religiones al tratarse de un centro de culto desconocido hasta ahora. Nos gustaría que la presencia de la Complutense en Egipto sea constante y vinculada, además de a la investigación, también a la formación que ya estamos impartiendo allí a personal egipcio sobre nuevas técnicas y estrategias. Hemos situado a la Complutense en el corazón de la Necrópolis tebana, uno de los mayores yacimientos arqueológicos del mundo. Hemos podido establecer allí una sede, una casa que hemos denominado “La casa de los cisnes”. El programa de entrenamiento ha sido recibido con los brazos abiertos por las autoridades egipcias y por la embajada, y vamos a incrementarlo. Además, coincidiendo con la próxima campaña estamos diseñando un ciclo de conferencias invitando a miembros de otras misiones. La Complutense se está haciendo muy presente allí.