ÁGORA
El rector Goyache inaugura el curso reivindicando el valor de la educación superior frente al “desprecio” que la rodea
Texto: Alberto Martín, Fotografía: Francisco Rivas - 20 sep 2024 15:11 CET
El rector Joaquín Goyache ha denunciado el “desprecio que rodea la educación pública” en nuestro país. Lo ha hecho en su discurso con motivo del Acto Académico de Inauguración del nuevo curso 2024/25, celebrado este 20 de septiembre en el Paraninfo Histórico de la UCM, El rector ha reivindicado los muchos valores que hacen imprescindible la universidad y ha pedido a las administraciones su amparo político y apoyo económico. “Recuerdo a la parte política y a la parte de la sociedad que nos ignora, que la universidad pública no es solo un lugar, es un ideal, es la convicción de que la educación superior es un bien común y que, si nos dejan, podremos contribuir todavía más a construir un futuro mejor”, enfatizó el rector.
Goyache incidió en que la educación pública está minusvalorada y es cuestionada injustamente de forma global. “La Universidad Complutense no es un lugar donde simplemente se imparten clases y se otorgan títulos. No es una institución sometida a intereses ajenos. No es sectaria. No es partidista. No es, en definitiva, lo que muchos por intereses espurios les gustaría que fuera. La Universidad Complutense es el corazón de la movilización social. Es intensiva en investigación e innovación. Es la cuna del conocimiento crítico y libre que nuestra sociedad necesita para enfrentar los desafíos del presente y del futuro. Es el motor del desarrollo social, y medioambientalmente sostenible, de nuestra comunidad autónoma y de nuestra nación. Es igualdad. Es inclusión. Es respeto a la diversidad. Es compromiso social. Es democrática. La comunidad complutense es, y lo ha sido a lo largo de su historia, y por mucho que a algunos les pese, baluarte de la libertad”, reivindicó el rector, no sin también recordar que “cuando asumimos que todo es opinable, que cualquiera puede opinar de cualquier cosa sin tener el más mínimo conocimiento, perdemos el asiento de la razón, se destierra el pensamiento crítico y se abre la conciencia colectiva a la pura emoción ideológica, al hooliganismo y, permítame la boutade, al cuñadismo. La falta de conocimiento y, lo que es peor, la ignorancia de la verdad puede ser fatal para las sociedades y las personas”, concluyó.
El rector complutense continuó su intervención lamentando que nadie se acuerde de las universidades públicas “hasta que surge la oportunidad de convertirla en un ring político”. Y recordó que “la educación y la investigación deberían ser prioritarias en la financiación pública” y que “el estado crítico de las seis universidades públicas madrileñas puede, si no se toman medidas, llegar a un punto de no retorno por falta de recursos económicos”. En ese punto, se refirió a la oportunidad que debe significar la futura ley universitaria de la Comunidad de Madrid. Recordó su postura crítica con la LOSU, “una mala ley, una oportunidad perdida”, pero rogó al gobierno regional “que no caiga en la tentación de realizar una norma anti LOSU, que no tome decisiones partidistas. Sería un error garrafal, otra oportunidad prohibida. Corrijamos los aspectos corregibles y potenciemos las bondades, aunque sean pocas, de la Ley orgánica. Tendrán a la UCM y al resto de las universidades públicas madrileñas a su lado”.
El rector, por supuesto, también aprovechó su discurso en el Acto Académico de Inauguración del Curso para dar la bienvenida a los más de 16.000 nuevos estudiantes que se incorporan a la UCM y también a los nuevos catedráticos y profesores titulares -que recibieron sus acreditaciones en el acto- a quienes, junto al resto del cuerpo docente, pidió “pasión por descubrir y enseñar”, por motivar, por inculcar la crítica, la curiosidad y el espíritu investigador, por imbuir el esfuerzo como base de crecimiento, y por buscar la calidad y la mejora en el estudiantado”.
Por último, Goyache se comprometió, “como complutense, como rector, a continuar como siempre, y mientras la comunidad complutense me lo permita, poniendo toda mi capacidad, todo mi empeño y mi absoluta dedicación al servicio de nuestra universidad y, sobre todo, con el respeto que me merecen cada uno de sus componentes y siempre con el agradecimiento de ser su máximo representante”. Junto a su equipo, según adelantó, seguirá trabajando en las líneas estratégicas marcadas: salud, sostenibilidad, inclusión, igualdad, justicia, transparencia, la estabilización y promoción de las plantillas, la conciliación de la vida laboral con la familiar y personal…
Lección inaugural sobre neuroeducación
La tradicional lección inaugural del nuevo curso la pronunció el catedrático de la Facultad de Educación-Centro de Formación del Profesorado y neurocientífico cognitivo, Manuel Martín-Loeches. Como explicó, la intención de su conferencia magistral era hablar de neuroeducación o, dicho de otra manera, de cómo las enseñanzas recientes de la neurociencia sobre el funcionamiento del cerebro pueden y deben ser utilizadas en el ámbito de la educación.
Martín Loeches resumió que en contra de la idea hasta hace no mucho predominante de que el conocimiento humano se producía de manera amodal o simbólica –“es decir, que pensábamos con símbolos”- la neurociencia ha descubierto que lo hace a través de los sistemas de percepción y acción con los que interactúa con el mundo exterior. “No hay más en nuestro cerebro”, afirmó.
El conocimiento está organizado en el cerebro, según explicó el conferenciante, de una forma muy concreta, muy específica. La corteza cerebral está claramente divididas por zonas. La central la ocupan las áreas primarias, las que está en contacto con el mundo exterior; la información visual va a las áreas sensoriales primarias de la visión; lo mismo pasa con los oídos, lo mismo para el tacto… A esas áreas le rodean las denominadas áreas de asociación unimodal. En ellas se producen las abstracciones y disociaciones. No están en contacto con el mundo exterior sino con cada una de las áreas sensoriales primarias. Y a estas les rodean las áreas de asociación multimodal, cuyo nivel de abstracción es todavía superior, conceptos como firmamento, infinito, libertad, paz… Integran los conocimientos que han venido de varias áreas o modalidades. “En el cerebro -señaló Martín Loeches- no hay más que percepción y acción, pero siempre conectados y funcionando al unísono: no hay percepción sin acción, ni acción sin percepción”.
Otra cosa importante que ha descubierto la neurociencia, y que es muy importante a su vez para la educación, es que percibir en sí es emocionante, provoca emociones y además estas son gratificantes. También ha enseñado la neurociencia que la emoción es fundamental para recordar las cosas y que las emociones más importantes y que más nos mueven son las sociales. El proceso educativo, de acuerdo con el conferenciante, debe tener esto en cuenta y no olvidar que el aprender con alguien marca una gran diferencia con aprender solo. “El rendimiento cognitivo es muy superior en cuanto hay un individuo de nuestra especia al lado”, enfatizó Martín Loeches.
También es imprescindible para la educación tener presente que no todas las zonas del cerebro maduran al mismo tiempo. Primero maduran las áreas primarias y a continuación las de asociación unimodal y, por último, las multimodales, en un proceso que no concluye hasta los veintitantos años. Y es muy importante que las áreas primarias maduren adecuadamente, que tengan una buena alimentación en base a una adecuada y abundante recepción de emociones. Si el desarrollo de las áreas primarias no es el adecuado, el de las otras dos áreas también será de baja calidad. “Y cuando se cierra la maduración ya no hay vuelta atrás o, al menos, es muy difícil de cambiar”, apuntó el catedrático complutense.
El acto académico se inició con la lectura del adelanto de la Memoria del curso anterior a cargo de la secretaria general de la Universidad, Raquel Aguilera, quien destacó algunas de las actividades y logros alcanzados tanto por las distintas facultades y vicerrectorados complutenses. También, como viene sucediendo en los últimos años, contó con la participación de los estudiantes, a través de la voz del presidente de la Delegación Central de Estudiantes. Pablo Pezo Ortiz ofreció el “trabajo, compromiso y colaboración” de alumnas y alumnos para “construir la universidad con la que soñamos”, una universidad autónoma, en la que las necesidades académicas, de participación y de extensión universitaria determinen el presupuesto y no al revés, que sea portada en los medios por los logros de quienes la integran, que no sea ajena a las distintas realidades sociales, que acoja y no deje a nadie atrás; una universidad participativa, abierta, democrática, de todos y todas.