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Proyectada la imagen con la que el profesor Fernández se presentaba a sus estudiantes como funcionario y socio del Atlético de Madrid

Su Universidad, su Facultad y sus amigos homenajean al profesor Benjamín Fernández

Texto: Alberto Martín - 24 oct 2022 13:08 CET

El salón de actos de la Facultad de Ciencias Biológicas se quedó pequeño la tarde del viernes 21 de octubre para rendir homenaje al profesor Benjamín Fernández Ruiz, fallecido el pasado mes de junio. Con el rector Joaquín Goyache y el decano Benito Muñoz, a la cabeza, decenas de compañeros, alumnos, familiares y amigos compartieron cerca de dos horas para recordar a Benja, al funcionario Fernández, como a él le gustaba que le llamasen. Su pérdida, como significó el rector, deja una Complutense peor, pero “su legado es que seamos mejores”. Magnífico docente, destacado investigador, compañero de todos, divertido… Fueron muchos los elogios dedicados al profesor Fernández por todos los participantes en un emotivo acto, cuyo colofón fue el descubrimiento de una placa en la entrada de la sala en la que se puede leer su nueva denominación: “Salón de Actos Profesor Benjamín Fernández”.

 

Fue el decano Benito Muñoz el primero en intervenir. Destacó la alegría que le producía ver el salón de actos de la Facultad “lleno hasta la bandera” para recordar a quien “es un ejemplo para todos los complutenses, total y absoluto”. Muñoz compartió que fue alumno de Benja en la asignatura de Organografía microscópica. “Sus clases de hora y media nos dejaban impactados por su vasto conocimiento y manejo brutal de la pizarra. Era como Luis Aragonés repartiendo juego a los 200 estudiantes que estábamos en el aula, haciéndonos reír o callar. Hoy sigo empleando sus técnicas en mis clases”, señaló el decano, quien concluyó recordando una conversación con Benja, en la que este presumía de que pese a que nadie le trataba de “don” jamás le había faltado el respeto ningún estudiante.

 

La actual directora del Departamento de Biología Celular, Yasmina Juarranz, destacó la labor “integradora y acogedora” que el profesor Fernández siempre realizó en su Departamento, del que durante años fue su director. “Quería y sentía al departamento como su casa, su familia, y siempre estaba tanto para los buenos como para los malos momentos”. De acuerdo con la profesora Juarranz, Fernandez tenía dos lemas en su vida: el amor y el humor. “Yo intentaré seguir su legado”.

 

Compañero del homenajeado en el Departamento fue durante décadas el catedrático Agustín Zapata, quien se refirió a su amigo como un excelente docente y también, “aunque poco se habla de ello”, como un gran investigador. Recordó que su pasión por el Atlético de Madrid y por la labor pública, le llevaban a presentarse a sus alumnos en su primera clase como “el funcionario Fernández, socio 4.796 del Atlético de Madrid”. Ese compromiso por lo público le hizo no saltarse jamás una clase, tener su puerta abierta para todos e incluso aceptar puestos de gestión tanto en la Facultad como en la Universidad, de la que llegó a ser vicerrector de Departamentos y Centros con el rector Villapalos. Zapata concluyó contando a su amigo el extraordinario poder de convocatoria que sigue a día de hoy teniendo: “El único que falta hoy aquí es el Cholo, pero es porque te está planchando la corbata para que te la puedas poner el lunes. Gracias por todo, de corazón”.

 

Otra compañera de Departamento y, a la vez, alumna suya, fue Enriqueta Muñiz, quien destacó “su amor a la universidad y su humanidad. Ha dejado huella por donde ha pasado”. Y otro compañero, aunque este en la Real Sociedad Española de Historia Natural -de la que Fernández fue presidente-, el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid José Luis Viejo, no quiso tampoco faltar a la cita y recordar algunas anécdotas que propiciaban el hecho de ser él aficionado del Real Madrid y natural de Puertollano, por quienes los de Ciudad Real, de donde era Fernández, no suelen sentir gran aprecio. “En nuestro caso los polos opuestos al final siempre se fundían en un abrazo”. Otros dos compañeros, estos sí complutenses, María Teresa Solas y Joaquín Fernández, se centraron en la carrera investigadora y divulgadora del homenajeado. Solas remarcó que el profesor Fernández fue un investigador “adelantado a su tiempo”, que hizo grandes aportaciones en especial sobre el estudio de glía, que como demostró “es mucho más que una célula acompañante o barrera entre vaso y neurona”.

 

Aunque no estaba previsto en el programa, en la sesión también intervino el catedrático de la Facultad de Químicas Miguel Ángel Alario -que solo dos semanas antes recibió también un homenaje de su Facultad con motivo de su 80 cumpleaños-, quien repasó algunos de los muchos momentos en los que coincidió a lo largo de los años con el profesor Fernández, como su última clase en mayo de 2013, a la que asistió como oyente. “Benjamín era la Complutense. Personajes de este tamaño no se ven mucho”, consideró Alario, a la vez que le definía como “honrado, simpático, divertido, listo, sabio y, sobre todo, ingenioso. Como Benjamín no he visto a nadie, ni siquiera en la tele. Era el rey del ingenio”.

 

Antes de cerrar el acto, el rector Joaquín Goyache cedió la palabra a los hijos del profesor Fernández, María y Nicolás, quienes emocionados agradecieron la celebración de un acto que no habían imaginado “ni tan bonito, ni tan emotivo, ni tan entrañable”, como señaló Nicolás. “Para papá la Universidad era su vida y, por lo que he oído aquí, para la Universidad papá ha sido gran parte de su vida”, concluyó María.

 

Tras descubrir junto al decano la placa con la nueva denominación del salón de actos de la Facultad, el rector, Joaquín Goyache, no quiso despedir el acto sin señalar que “la Complutense no sería igual sin Benjamín. Hoy la Complutense es peor sin él, pero su legado es que seamos mejores”.