CV / CIENCIA

La Facultad de Informática ha acogido el curso de verano de la UCM “Aplicaciones de la IA generativa al desarrollo de software”

Informática celebra la segunda edición del curso de verano sobre IA generativa y programación

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 4 jul 2025 15:15 CET

En 2024, en plena eclosión de la IA generativa, el catedrático complutense Pedro Antonio González Calero, decidió lanzar, dentro de la programación de los cursos de verano de la UCM, el curso “Aplicaciones de la IA generativa al desarrollo de software”. Un año después, la Facultad de Informática ha acogido una segunda edición, totalmente necesaria, porque la “IA generativa ha avanzado mucho en estos 365 días, y donde más lo ha hecho ha sido en el desarrollo de software”.

 

Explica Pedro Antonio González Calero que, en estos momentos, a los ingenieros de las grandes empresas de Estados Unidos, “casi les están forzando a utilizar herramientas de IA generativa para aumentar la productividad en la programación”. De ese interés de las empresas por la IA generativa se ha derivado que, si el curso en su primer año contó con el apoyo de una empresa, MIOTI, en esta ocasión se ha incluido también a otras dos: Next Digital, que ha impartido un taller, y GMV, “que es probablemente la ingeniería más importante de España, que cuenta con programadores de muy alto nivel, que suele contratar a los estudiantes de la Facultad al igual que Next Digital, y que son de los más serios en nuestro país en la incorporación de la tecnología de la IA generativa en la producción de software”. Esta relevancia de los nuevos socios se nota también en que la última conferencia del curso la ha impartido José Carlos Baquero, director de la División de Inteligencia Artificial y Big Data de Secure e-Solutions en GMV.

 

Debido al aumento de las herramientas para programar, en el curso se cubren aquellas que se consideran más representativas para que los estudiantes sigan trabajando con ellas. Este seminario cuenta con dos horas de teoría diarias, impartidas por el catedrático Pablo Gervás, de la UCM, y cuatro horas de prácticas. Pero no sólo eso, sino que “como en esas horas da tiempo a hacer lo básico, luego tienen que seguir trabajando en casa para desarrollar lo aprendido”.

 

Entre los 18 matriculados, de manera minoritaria hay algún estudiante de grado, pero la mayoría son egresados y profesionales. Como aclara el director, este es un curso “para gente que ya tiene actividad profesional, que son programadores, y que se dan cuenta de la importancia que tienen este tipo de tecnologías. Hay incluso un matriculado que es PAS del servicio de informática de la UCM”.

 

Cree González Calero que podría ser un curso anual para reciclarse en los avances que salen casi a diario, y también ayuda a los profesores a pensar en la formación de los futuros programadores. Asegura que hoy en día no hay un consenso de cómo enseñar, si prohibiendo a los estudiantes usar primero la IA o si poner vallas para que aprendan habilidades básicas y luego sobre eso enseñarles a utilizar las herramientas de lA para que lleguen más lejos. “Lo que está claro es que el mundo de la programación está cambiando muy rápido y nos tenemos que adaptar”, reconoce el catedrático complutense.

 

Informa González Calero que en la Facultad de Informática todavía están pensando cómo hacerlo, porque “en los cursos introductorios hay algunas problemas con la evaluación continua, ya que si intentas ponerles prácticas pequeñas del día a día la probabilidad de que no las hagan ellos son muy grandes, así que se está empezando a quitarle peso a la evaluación continua en los primeros cursos, haciendo ejercicios más controlados”. Por ejemplo, durante dos horas no pueden usar la IA, y luego usarla para ver cómo lo habría hecho la IA.

 

Cree el catedrático complutense que “hay ciertas habilidades que tienes que aprender por ti mismo, al igual que ocurre en los estudios de arquitectura”. En la actualidad, nadie hace planos con escuadra y cartabón, pero “en las mejores universidades del mundo los dos primeros cursos se desarrollan la visión espacial y la comprensión de la arquitectura, dibujando a mano, porque es distinto eso a entrar a la herramienta informática directamente”. En programación es similar, porque “hay ciertos conceptos básicos de la ingeniería del software que se tienen que interiorizar lentamente, es un proceso donde lo importante no es la respuesta, sino el proceso que lleva ahí, y después de eso, ya sí, con las habilidades y las capacidades básicas, hacemos que la productividad sea la mayor posible incorporando estas otras herramientas, pero hay que construir sobre algo”.