CV / CIENCIA
Una Europa plantea, en los Cursos de Verano de la UCM, el reto de una inteligencia artificial enfocada al bienestar social
Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 21 jul 2025 15:56 CET
Treinta y nueve estudiantes de diez universidades europeas se reúnen en el aula Monasterio del hotel Exe Victoria Palace de San Lorenzo de El Escorial. ¿Su objetivo? Pensar cómo podría ser una inteligencia artificial más ética. Ese grupo de alumnos, todos con becas completas y alojamiento en el pueblo madrileño, son los participantes en el curso “Una Europa’s data science and Artificial Intelligence Challenge for Social Welfare”, organizado y financiado por Una Europa, Bosch y el proyecto Alfie.
Ángel González Prieto, director del curso junto a Juan Antonio Recio García, profesor del Departamento de Álgebra, Geometría y Topología y miembro del comité de la Complutense en Ciencia Artificial para Una Europa, informa de que este curso es una de las actividades que tiene en marcha dicho comité, que están lideradas por distintas universidades de la alianza. Una de esas actividades, itinerante entre todas las universidades, es un challenge, que este año coordina la UCM. La que iba a ser una actividad aislada decidió enmarcarse dentro de los Cursos de Verano de la Complutense, y contar con el respaldo económico de Bosch, gracias al codirector del curso, Recio García, que es también director de la cátedra extraordinaria “Bosch-UCM en inteligencia artificial aplicada a Internet de las cosas”.
La idea del challenge del que surge el curso es “desafiar a estudiantes con problemas de inteligencia artificial, pero siempre con una perspectiva social. Es decir, problemas que se puedan abordar usando inteligencia artificial o incluso problemas que se han detectado en la propia IA, porque para ciertos estratos sociales o para ciertos grupos infrarrepresentados hay algunos algoritmos de IA que no funcionan correctamente”.
Los estudiantes se han dividido en grupos de seis para trabajar en proyectos distintos que luego deberán presentar al resto de asistentes. Además, como novedad en este challenge va a haber un panel, también de seis personas, “algo así como la asamblea de jóvenes diseñadores”, que serán los que supervisen que las soluciones que implementan cada uno de los grupos son éticamente correctas, “que siguen los principios que se llaman de inteligencia artificial para el bienestar social”.
Los grupos los han organizado los directores del curso teniendo en cuenta que los asistentes son un curso “extremadamente diverso. Hay un número importante de personas con un background técnico, pero también los hay con experiencia en leyes, en derecho, en filosofía, en ética, en ciencias sociales, e incluso en ciencias de la salud”. La idea, según González Prieto es que “en la diversidad es donde surge la riqueza, y que, para desarrollar estrategias de inteligencia artificial, una persona técnica es suficiente, pero si quieres poner una perspectiva social y quieres ponerle un punto en el que las soluciones que tengan respeten principios éticos, es necesaria experiencia de otro tipo”.
Por eso, la parte práctica del curso se acompaña de una serie de charlas que van orientadas a que gente con diferentes experiencias desarrollen un lenguaje común y puedan colaborar juntos. Esas conferencias incluyen una introducción a la IA, una ponencia sobre desafíos éticos en la IA, una charla sobre qué herramientas se pueden utilizar para vehicular dichos desafíos, y otras tres más específicas sobre algunos problemas éticos en inteligencia artificial.
El curso se imparte en inglés, porque “es la lengua común de la ciencia”, o al menos la que une a estudiantes de diez de las once universidades que conforman la alianza Una Europa. De acuerdo con el director del curso, “el 80% de los estudiantes que asisten, si no más, son extranjeros, y además de las diez universidades han venido personas de nacionalidades distintas, con lo cual es un grupo extremadamente heterogéneo, multicultural, esperando que eso permita aportar ideas absolutamente rompedoras a estos problemas”.