ESTUDIANTES

Iris Jugo e Iris del Pino, las doctorandas de la UCM que disfrutan del Europaeum Scholars Programme

Iris Jugo e Iris del Pino, las complutenses que disfrutan del Europaeum Scholars Programme

Texto: Jaime Fernández - 19 dic 2022 07:42 CET

La organización Europaeum es una red de universidades europeas, fundada en el curso 1990-1991, con la intención de desarrollar estudios europeos y la movilidad de estudiantes y profesores entre las 18 universidades que en este momento la componen, entre ellas la Universidad Complutense. La organización cuenta con un programa estrella, que es el Scholars, con el que cada dos años convocan 36 plazas y que ellos mismos definen como “un curso sobre política y liderazgo para los doctorandos con más talento, energía y compromiso de la red Europaeum: las personas que marcarán la diferencia en Europa”. Entre esas personas, en la edición actual están las doctorandas complutenses Iris del Pino García Saavedra e Iris Jugo Núñez-Hoyo.

 

Iris Jugo viene del mundo de la música, de hecho, trabaja en un conservatorio, pero también ha creado la ONG Inspiration Persona y hace el doctorado en la Facultad de Bellas Artes, analizando el liderazgo cultural y la diplomacia artística. Tras vivir varios años en Países Bajos e Inglaterra, y haber estudiado un máster en Proyectos Sociales en la Universidad de Harvard, descubrió el Europaeum Scholars Programme por un correo que le enviaron desde la UCM y supo que era “absolutamente necesario y que había que hacerlo, y está siendo un auténtico placer”.

 

Iris del Pino realiza su doctorado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, y su tema de investigación aborda el derecho de asilo de los menores de edad en Europa. Por una parte, cuáles son los retos actuales del sistema y por otro cómo se pueden intentar solucionar para aumentar la protección de los menores una vez llegan a Europa y están en el proceso de solicitar asilo. Al leer la información de la convocatoria del Programa que le envió la UCM recuerda pensar: “Tengo que presentarme sí o sí”.

 

Como se puede comprobar, los dos perfiles de las complutenses son totalmente diferentes, pero encajan a la perfección con el espíritu del Europaeum Scholars Programme, que es “multidisciplinar, multiuniversitario y multilocal, se centra en la política europea contemporánea” y busca estudiantes de ciencias sociales que estén desarrollando unas tesis doctorales cuyo objetivo último sea mejorar Europa en algún sentido. Del Pino asegura que ese sentido “es super amplio, porque no piden una disciplina concreta, todo sirve si aporta algo para mejorar nuestro futuro como sociedad europea”.

 

Selección

La doctoranda explica que el proceso de selección es competitivo, requiere un buen expediente, y para poder presentarse hace falta recopilar cuatro cartas de recomendación, dos del mundo académico y dos de personas que no tengan absolutamente nada que ver con la academia, pero que puedan describir la personalidad de las candidatas, ya que“el ámbito personal es muy importante para Europaeum”.

 

Jugo apostilla que lo hacen así porque “están buscando líderes, con todo lo que esa palabra signifique, así que deben ser personas que tengan unos valores estables y que además quieran hacer algo por los demás. No les interesa un perfil de alguien muy brillante en lo académico pero que sólo apueste, por ejemplo, por la meritocracia, y eso se demuestra por esas cartas de alguien que te conoce desde hace muchos años y también por una entrevista personal que te hacen”.

 

Añade Del Pino que en el proceso de selección también les pusieron supuestos hipotéticos donde tenían que dedicar una gran cantidad de dinero a algún proyecto con componente social que había que describir en unas 500 palabras. Y además había otro supuesto para comprobar si esos valores que los candidatos afirman tener son reales o no, “porque el componente del liderazgo y de preocupación por la comunidad es vertebral en todo el proyecto”.

 

El desarrollo

El Europaeum Scholars Programme no interfiere con la investigación del doctorado de cada uno de los participantes, ya que cada uno de ellos sigue haciéndolo en su universidad de origen. El Programa en sí consiste en una serie de módulos, cada pocos meses, que juntan a los 36 investigadores. En ellos les dan sesiones de formación en instituciones comunitarias, como el Parlamento Europeo, o con personas como Jens Stoltenberg, el actual secretario general de la OTAN. Luego, en grupos más pequeños tienen que hacer propuestas de ley a la Unión Europea, que verán la luz en 2023 en Berlín.

 

Jugo reconoce que los participantes se enriquecen enormemente, tanto con la red de trabajo de Europaeum como con de toda la formación y experiencias. En su caso, ha conseguido combinar el Programa con su tesis que habla de cómo promover el liderazgo dentro de la universidad e investiga cómo lo está haciendo esta red de universidades y qué se puede copiar de ese modelo. Del Pino aclara que esa combinación no es obligatoria, ni habitual, y que en general se desarrollan dos proyectos paralelos a la vez, por un lado el doctorado, y por otro el del Programa europeo, que en los dos años de duración les lleva a ocho universidades a hacer esos módulos conjuntos.

 

Coinciden las dos complutenses en que “el valor añadido que da este programa es tan enriquecedor que las horas y el trabajo que se le dedican pasan a un segundo plano”. Están en contacto con “gente brillante, con unas motivaciones increíbles y con una cultura y unos antecedentes dispares, y eso hace aprender muchísimo”. Cada vez que se acerca un módulo de Europaeum saben que va a trastocar sus planes a nivel universitario, pero van “con una enorme ilusión, por ver una ciudad y una universidad nuevas, a reunirse con los compañeros con los que se debate durante horas, con un nivel de respeto altísimo, lo que lleva que al final siempre se lleguen a acuerdos”.

 

Hubo un primer módulo en la Universidad de Oxford en el que participaron los 36 estudiantes juntos, con unas directrices muy generales, donde se presentaron los problemas actuales de Europa para que en base a ello pensase cada uno, a nivel individual, un piloto de propuesta que harían a la Unión Europea. Una vez hecho eso, el Programa los ha agrupado en torno a sus intereses, tales como el ámbito medioambiental, la participación democrática o la inclusión social. Una vez separados en subgrupos han ido desarrollando la propuesta de ley que van a hacer como colofón al Programa en octubre de 2023.

 

Las dos doctorandas animan a todos los complutenses a presentarse a la próxima convocatoria que saldrá del Programa precisamente en 2023, “porque es una maravilla, viajas por toda Europa, con todos los gastos pagados, con la designación de un mentor que te ayuda en tu desarrollo profesional y que te guiará en tu futuro profesional. Así que para gente que esté haciendo el doctorado, que no se lo piensen, porque es muy enriquecedor”, y además en principio no hay límites a cuántos representantes pueden ir de cada universidad. Es decir, que las 36 plazas se reparten entre las 18 universidades actuales, pero no de manera equitativa, sino que es por la calidad de las candidaturas.

 

Hay que entender, de acuerdo con Del Pino que Europaeum ve este Programa como “una inversión a futuro”, porque piensan que los seleccionados serán los líderes que tendrán un impacto real en la sociedad europea y se preocupan de que en su formación tengan “grabado a fuego, los valores y las ideas sobre las que se tiene que vertebrar ese futuro”.