CURSOS DE VERANO

Julio Mayol, en el momento en el que se refirió a Darwin y el principal motivo de la evolución

Julio Mayol inaugura la jornada “Comunicación en salud” pidiendo perder el miedo a la Inteligencia Artificial, el último paso de la evolución

Fotografía: Jesús de Miguel - 10 jul 2023 12:32 CET

“Información, comunicación y salud: genes, memes y temes en la era de la pandemia”. Este es el título de la impactante conferencia con la que Julio Mayol, catedrático de Cirugía de la Universidad Complutense, y en la actualidad director de la Unidad de Innovación del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos, ha inaugurado la jornada “Comunicación en salud”, que, con el patrocinio de Moderna, la Fundación Economía y Salud y la Fundación Casaverde, se imparte este 10 de julio en los Cursos de Verano de la UCM en San Lorenzo de El Escorial.

 

Mayol, que hace hasta escasos meses ha sido el director médico del Hospital Clínico San Carlos, comenzó su charla aclarando que, como todo el mundo sabe, no es profesional de la comunicación, pero tampoco lo es de la salud. Lo suyo es “tratar enfermos”, del negocio de la salud ya se ocupan otros y, sobre todo, el agua limpia y las vacunas, “que son las que mayor impacto tienen en la salud de los ciudadanos”. Pese a ello, lo cierto es que Mayol, como demostró, sí sabe bastante de comunicación y mucho de salud: sabe cómo hacer llegar el mensaje y con ello trata de mejorar la situación de las personas.

 

El catedrático complutense comenzó su charla situando la información –“el tejido que construye la realidad que habitamos”- y la comunicación –“que no es más que la transmisión de la información entre diferentes elementos”, en un lugar primordial en el devenir del ser humano desde sus orígenes. No se trata solo de que la información se haya convertido prácticamente en lo único que existe en la actual sociedad o que sea “más importante que la materia, la energía, el espacio o el tiempo”, como defendía un artículo de “NewScientist”, sino que en ella se basa la vida. La principal aportación de Darwin, según aseguró Mayol, fue señalar que “la información debe replicarse con variación y selección. Es algo que no se puede evitar. Esto explica toda la evolución de la vida orgánica”.

 

Esta inevitable replica con variación y selección primero fue solo genética. De un last universal common ancestor (LUCA) provienen bacterias, archeas y eucariotas, y desde ellas se llegó al reino animal, al que pertenece el ser humano. Este fue capaz de convertir sus pensamientos en representaciones simbólicas, logrando así que las réplicas pasaran “de los genes a los memes”, siendo estos “las ideas que se replican con variación y selección”, logrando con el tiempo ser incluso más transcendentes que las réplicas biológicas. “Hoy aquí están más presentes las ideas de Platón que sus genes”, ejemplificó Mayol.

 

El siguiente paso se ha dado en colaboración con la tecnología. Según contó el conferenciante fue a la mitad del siglo XX cuando Alan Turing se propuso crear una máquina capaz de pensar como su amigo fallecido Christopher Morcom. Es ese momento nace la inteligencia artificial, ahora tan de moda con ChatGPT  y GPT 4, que ha conseguido que “los memes se conviertan en temes”, “memes muy sofisticados que pueden replicarse con variación y selección”. Ahora es la IA la que se replica sola, la que utiliza los memes que recibe para entrenarse y de forma autónoma crear temes.

 

Mayol advierte de los peligros de la IA, pero también de lo inútil que resulta luchar contra ella. “Es inevitable, por lo que hay que utilizarla de la mejor manera posible”. Cree que la legislación siempre va a ir por detrás de sus logros, ya que su evolución se produce sin el control de los humanos. “No sabemos que no sabemos de ella”, advierte el catedrático. Que su uso sea beneficioso o que se convierta en un peligro que incluso, como algunos vaticinan, acabe con el ser humano –“eso ocurrirá cuando la IA cree una realidad alternativa”- depende, al menos ahora mismo, de los propios humanos. Uno de los peligros es que la IA se sirva de los tres mismos factores de los que se ha servido el ser humano a lo largo de la historia para hacer efectivos sus propósitos a través de la comunicación. El primero es meter miedo. El segundo, provocar envidia. El tercero, “y más potente”, es la fantasía, la promesa de algo que evite el miedo y nos haga ser los que damos envidia.

 

La aplicación en el campo de la salud de la IA, no obstante, a juicio de Mayol, puede ser muy beneficiosa, sobre todo en lo que se refiere a los diagnósticos, ya que en el fondo la IA hace lo mismo que un médico: obtiene toda la información posible ver cuál es la mejor hipótesis. Incluso algunos estudios afirman que lo hace con más empatía y claridad que los médicos.

 

De acuerdo con Mayol, el desarrollo de la IA nos sitúa en un “momento fascinante”, que requiere “más sociedad civil y más inteligencia colectiva”. GPT 4, la actual IA, es una herramienta, pero lo que le diferencia de un cuchillo, que se puede utilizar con buenos o malos fines, es que además “debe replicarse con variación y selección”, es decir, lo que Darwin definió como característica ineludible de la evolución. “La eternidad empieza ahora mismo. Hay que disfrutar del momento”, concluyó Mayol.