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La Facultad de Medicina ha acogido la 47 EIBA Annual Conference

La Complutense, sede de la 47 Conferencia Anual de la EIBA

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 13 dic 2021 11:49 CET

La cuadragesimoséptima edición de la EIBA Annual Conference se ha celebrado en la Facultad de Medicina los días 10, 11 y 12 de diciembre. EIBA (European International Business Academy) es una sociedad profesional de académicos interesados en el estudio multidisciplinar de los negocios internacionales y cuenta con unos 500 miembros de más de 50 países. En la inauguración del congreso participaron, entre otros, Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital; Ana Cremades, directora general de Investigación de la Comunidad de Madrid, y el economista John Cantwell, que acaba de ser investido doctor honoris causa por la Universidad Complutense.

 

La principal responsable de esta edición del congreso, la profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, y directora del Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI), Isabel Álvarez, informó en la inauguración de que ya en 2018 propuso la celebración de esta conferencia en la UCM, algo que se ha podido celebrar “un año más tarde de lo previsto, debido a la pandemia de la COVID-19”.

 

De acuerdo con la profesora Álvarez esta pandemia ha dejado de ser tema de historiadores para convertirse en una realidad socioeconómica a la que los diferentes gobiernos han tenido que hacer frente. En este tiempo se ha visto que “las relaciones público-privadas han funcionado” y además se ha potenciado la digitalización, que ha resuelto tanto algunos de los problemas causados por la pandemia en el ámbito de las relaciones humanas como en el de los mercados.

 

Frente a una dura realidad, la ministra Nadia Calviño quiso dar un mensaje de esperanza y aseguró que ha llegado el momento de comenzar una recuperación basada en la transición verde y la transformación digital. Para ello, España, “que será uno de los motores de crecimiento de Europa durante los años 2022 y 2023”, va a recibir fondos a invertir de aquí a 2026, que serán similares a los que se han recibido durante tres décadas.

 

Asegura Calviño que la recuperación ya es visible, con datos de paro similares a la prepandemia, aunque todavía queda mucho por hacer, invirtiendo en ciencia, investigación, capital humano y desarrollo verde. Informó de que el actual Gobierno ya ha puesto en marcha una serie de legislaciones para facilitar la creación de empresas, para atraer talento a nuestro país y para conseguir modernizar nuestra economía, lo que permitirá “construir un futuro mejor para las próximas generaciones”.

 

El mundo post COVID

Andrés Rodríguez Pose, de la London School of Economics, habló de ese mundo tras la pandemia en el que confía que las ciudades y las regiones cumplan un importante papel. Para Rodríguez Pose sería ideal que tras estos meses difíciles se revirtiera el proceso de acumulación de empresas en unos pocos lugares de cada país, para llevar la riqueza a todas partes, aunque no tiene muy claro que vaya a ocurrir, porque “las grandes ciudades se están recuperando muy deprisa y las pequeñas y medianas no lo están haciendo al mismo ritmo”.

 

Cree el conferenciante que ahora sería un buen momento para que las ciudades y las regiones se hicieran más atractivas, para que se moviera el talento de un lado a otro y aparecieran nuevas actividades que fueran más resilientes, sostenibles y dinámicas.

 

El economista John Cantwell opina que gran parte de ese cambio puede venir favorecido por las multinacionales, ya que, según él, forman nodos de conexión con redes locales y empresas de cada región, lo que dinamiza la economía. Para el nuevo doctor honoris causa de la UCM, no hay que mirar a la globalización como si se tratara de un enemigo, sino como un factor más que puede ayudar al desarrollo, incluso de las zonas menos desarrolladas del planeta.

 

Presentó Cantwell en la inauguración de esta edición de la Conferencia Anual de EIBA, unos gráficos que muestran que la dinámica de convergencia entre multinacionales y empresas regionales ha crecido constantemente desde los años noventa, más o menos al mismo ritmo en todo el planeta, lo que ha hecho que surjan una serie de ciudades exitosas, entre las que se encuentra Madrid.

 

Precisamente Ana Cremades, directora general de Investigación de la Comunidad de Madrid, reconoció que nuestra región tiene todos los componentes necesarios para convertirse en uno de los centros de innovación de toda Europa, ya que aquí están ubicadas 21 de las 25 empresas del IBEX y además hay estrecha relación tanto con la UE como con América Latina y África, “así como con universidades y centros de investigación punteros”.

 

Para seguir avanzando y atrayendo más talento se quiere potenciar la creación de startups y para ello se quiere simplificar los procedimientos burocráticos al tiempo que se potencia la investigación y la innovación.

 

Relación público-privada

José Luis Curbelo, presidente de la sociedad mercantil estatal COFIDES, volvió a incluir en la inauguración el tema de la relación entre la empresa pública y la privada. Para él, es una conexión totalmente necesaria si se quieren alcanzar los Acuerdos de París y los ODS, y para ello “el sector público debe ser capaz de movilizar al sector privada para financiar proyectos diseñados a medida”. Todo eso requiere dinero, pero también conocimiento, tiempo y la habilidad de reunir a diferentes actores, para con todo ello crear ecosistemas en los que las empresas compartan un campo de actuación común.

 

CESCE, que representa a un grupo empresas que ofrece soluciones integrales para la gestión del crédito comercial y la emisión de seguro de caución y garantías en parte de Europa y Latinoamérica, es un ejemplo perfecto de la fusión entre lo público y lo privado. Su presidente, Fernando Salazar, informó de que el 50,1% de CESCE depende del Estado, mientras que el resto depende de diferentes empresas y bancos.

 

Cree Salazar que para apoyar al sector privado es importante “practicar con el ejemplo”, tomando decisiones como las que hacen desde CESCE, donde dedican parte de los beneficios a la responsabilidad social corporativa. Además, son una empresa con emisiones cero y van a centrar parte de sus esfuerzos en apoyar a empresas privadas, financiadas por fondos públicos, que busquen reducir su impacto medioambiental. La idea, según Salazar, es “liderar la economía hacia una más verde”.

 

Tras tres días de intenso trabajo, las sesiones se cerraron con una conferencia plenaria, de nuevo en el auditorio Ramón y Cajal de la Facultad de Medicina, con un debate sobre si las multinacionales van a hacer contribuciones importantes al desarrollo sostenible tras la pandemia. Los asistentes consideraron en un principio que no iba a ocurrir eso, pero después de escuchar el debate, cambiaron su voto para dar un sí de manera mayoritaria, considerando que las multinacionales sí van a hacer esas contribuciones fundamentales para conseguir que el nuestro sea un mundo mejor, lo que seguro que habrá hecho las delicias de economistas como John Cantwell, defensor a ultranza del relevante papel de este tipo de empresas.