CINE
“La ermita”, de Carlota Pereda
Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel - 17 nov 2023 09:34 CET
La directora Carlota Pereda ha querido preestrenar su nueva película, La ermita, en la Facultad de Ciencias de la Información, dentro de los pases que organiza la Escuela de Producción UCM, que coordina el profesor Ildefonso Soriano. Tras la proyección, hubo un debate con la directora, el actor Josean Bengoetxea y la productora Laura Fernández.
En un pueblo vasco tienen una tradición de abrir y cerrar una ermita unos cuantos días al año en recuerdo de la peste negra y de las gentes que encerraron allí para que muriesen sin contagiar a los demás vecinos. En la actualidad, una niña quiere contactar con el espíritu de una chica que murió allí encerrada para pedirle ayuda.
Albert Bertran Bas y Carmelo Viera se estrenan como guionistas con este trabajo que enviaron a la productora Filmax y que se quedó allí mucho tiempo aparcado. Explica la productora Laura Fernández que durante la pandemia vio algunos cortometrajes de Carlota Pereda y pensó que era la directora ideal para sacar adelante este proyecto y Pereda reconoce que fue leer el guion y que le llegó inmediatamente.
La historia, tal y como se presenta en el filme, y probablemente en el guion también, está deslavazada y es difícil encontrar la conexión entre la historia del pasado y la del presente. No se entiende muy bien por qué la niña presente se obsesiona con la del medievo ni cómo eso la propia ayudar en nada. Las dos relaciones que se establecen entre madres e hijas tampoco están demasiado bien estructuradas y mucho menos la del policía con la médium, que resulta totalmente superficial.
Ante esos errores de guion, Carlota Pereda asegura que el no contarlo todo, así como no incluir sexo ni sangre son normas básicas de la novela gótica, que es lo que se supone que es esta película. En realidad, no es una película de terror ni una historia melodramática, es un filme fundamentalmente aburrido y mal construido.
La directora ha contado con un presupuesto bastante abultado, que de acuerdo con la productora ha venido fundamentalmente de Netflix, así que ha podido crear unos efectos especiales bastante llamativos, así como la construcción del interior de la ermita y la recreación de las fiestas populares del pueblo donde se rodó 8 apellidos vascos.
Gracias a ese dinero ha conseguido crear unos hombres pájaro que no están mal, y que podrían dar miedo, pero como no se lo dan ni a la niña protagonista pues tampoco se lo pueden dar a los espectadores. La familiaridad de la niña con esos villanos, a la que al principio, según Pereda, le daban miedo realmente, quizás se debe a que para quitarle ese pavor, todos los actores disfrazados de hombres pájaro se dedicaban a bailar Despechá con ella, y así luego al rodar ya ni miedo ni nada.
El mejor efecto especial, no obstante, es el de un pájaro esquelético que arranca las tripas de peluche a su madre. Aunque no tiene nada que ver con el resto de la historia, está muy bien hecho.
El peso de todo el filme recae en la niña protagonista, Maia Zaitegi, que se estrena en el cine con este trabajo, y en Belén Rueda, que hace de falsa médium, hija de otra médium, que era falsa o quizás no, no lo sabremos porque sólo la vemos muerta o en unos cuantos flashbacks. Las dos están correctas, aunque no existe mucha química entre ellas, y menos todavía entre Belén Rueda y Josean Bengoetxea, que hace de policía.