CV / CIENCIA

José Luis García Delgado, Lucía de Juan y José Antonio Sacristán, director de la Fundación Lilly

La XIX Jornada MEDES en los Cursos de Verano defiende la necesidad de que la ciencia sea multilingüe

Texto: Alberto Martín, Fotografía: Francisco Rivas - 7 jul 2025 13:26 CET

La ciencia debe ser multilingüe. Es el mensaje que lanza la XIX Jornada MEDES (Medicina en Español), incluida un año más en la programación de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en San Lorenzo de El Escorial, de la mano de la Fundación Lilly. Y es que, como explican sus directores, el director del Observatorio Nebrija del Español, José Luis García Delgado, y la investigadora del CSIC Elea Giménez Toledo, el multilingüismo de la ciencia es clave para acercarla a la sociedad y aumentar su legitimidad. Debe ser una tarea de todos, desde los investigadores y las instituciones académicas hasta los organismos internacionales. En este contexto, la comunicación científica en español debe aprovechar la oportunidad para dar un salto definitivo.

 

Explica la vicerrectora de Investigación y Transferencia de la UCM, Lucía de Juan Ferré, que en los últimos años se han producido una serie de circunstancias que están ayudando al auge de la transferencia del conocimiento científico, en nuestro caso, en español. La primera es que están surgiendo movimientos –COARA, la Coalición para el Avance de la Evaluación de la Investigación, es el más consolidado- que piden que la evaluación científica dé el mismo reconocimiento a los trabajos sin importar que estén publicados en revistas en inglés o no, sino teniendo en cuenta su impacto social, es decir, que lleguen a más gente. “Son los investigadores los que deben elegir la revista adecuada para tener más impacto”, señaló la vicerrectora. En esa misma dirección de acercar la ciencia a la sociedad está también la obligación marcada en la LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitaria) de fomentar el acceso abierto de la ciencia, que ha hecho que las universidades tengan que disponer de repositorios institucionales con los datos de las investigaciones que se desarrollan en sus campus.

 

Para José Luis García Delgado, las ventajas del multilingüismo científico son numerosas: acerca el conocimiento científico a la sociedad, ampliando así su radio de acción; favorece una mayor percepción social de la ciencia, lo que contribuye a la mejora material y espiritual de la gente y da una mayor legitimación social de la ciencia, lo que es fundamental para su justificación desde el punto de vista económico y presupuestario. De acuerdo con el director del Observatorio Nebrija del Español, desde las instituciones esta apertura de la ciencia debe ser aprovechada para hacer “pedagogía social” de la misma.

 

Elea Giménez Toledo, quien en la actualidad coordina el proyecto TeresIA (Terminología e Inteligencia Artificial), abundó en esa misma idea de sacar la ciencia de un único idioma global, el inglés, y abrirlo al de las distintas naciones y regiones. Comunicar la ciencia en “las lenguas que hablamos en cada lugar, tiene un efecto fundamental no solo en la divulgación de la ciencia, sino también en la educación científica y en la transferencia del conocimiento científico a sectores no académicos”, afirmó. La investigadora del CSIC y vocal del consejo académico de la Fundación Lilly considera que en la tarea de que la ciencia sea multilingüe están concernidos todos sus actores, desde los investigadores, que, por ejemplo, “deben evitar los barbarismos” en los términos que emplean o “no desdeñar las publicaciones científicas en otros idiomas” (diferentes al inglés), hasta los organismos internacionales, “que deben coordinar acciones a nivel regional”, o las instituciones académicas, “que deben proteger las lenguas de su país o región en la comunicación de la ciencia”, concluyó la codirectora de la Jornada.