CINE

Preestreno de "Miller's Girl", en la Facultad de Ciencias de la Información

“Miller’s Girl”, de Jade Halley Barlett

Texto: Jaime Fernández - 26 ene 2024 09:49 CET

La Facultad de Ciencias de la Información, dentro de las proyecciones cinematográficas de la Escuela de Producción UCM, que coordina el profesor Ildefonso Soriano, ha comenzado su serie de preestrenos de este 2024 con la película Miller’s Girl, interpretada por la mediática Jenny Ortega y Martin Freeman.

 

Una joven, con un nombre tan sugerente como Cairo Sweet, elige a un escritor para que le dé clases de literatura en un instituto de un Tennessee que para ella es un auténtico infierno de desidia. Pronto surge entre el profesor y la alumna una relación promovida por la intelectualidad y el deseo sexual latente.

 

Jade Halley Barlett se estrena en la dirección y el guion con esta película en la que abundan los textos literarios y que se centra en la atracción que puede provocar la inteligencia y en cómo conquistar a un hombre potenciando su ego. El protagonista es el típico escritor, más o menos mediocre, que ha acabado su vida en las aulas de un colegio en el que se encuentra con una escritora brillante, pero exagerada y adolescente, que surge cada día de un bosque en el que no se despega la niebla.

 

El guion crea, además de la pareja protagonista, un triángulo entre el escritor, su mujer (también escritora, aunque aburrida de sus editores, y, por supuesto, alcohólica) y otro profesor del instituto, el profesor de Física que también es el entrenador del equipo de béisbol, que tontea con las niñas, pero sin pasar nunca el límite.

 

La historia está llena de incertidumbre y no nos queda claro si realmente el profesor y la alumna tienen una relación sexual, o es todo pura imaginación desborbada, lo que es evidente es que él se aleja ante la posibilidad de que aquello se convierta en un desastre y ella, ante ese desplante, huye hacia adelante, dispuesta a acabar con el prestigio y el trabajo del profesor.

 

La inteligencia como forma de atracción (más allá de la belleza juvenil de Jenny Ortega) queda muy claro en el filme cuando la mujer le pregunta al profesor-escritor si es guapa, y él contesta, tras titubear, que tiene talento, a lo que su esposa responde “Peor todavía”. Y es que, ¿quién sería capaz de no enamorarse de una adolescente que lee voluntariamente Finnegans Wake o a autores prohibidos en la escuela americana como Henry Miller? Tema este último que entronca, con otro tema del filme, que es la censura, que el profesor asegura que sigue existiendo aunque sus alumnos jovencitos creen que es imposible gracias a Internet.

 

En cuanto al rodaje, Jade Halley Barlett crea una serie de escenarios que parecen más salidos de otros mundos y otras épocas: todos fuman mientras dejan que el humo envuelva a los personajes como si fueran héroes del cine de los años 50; la mujer del escritor es una escritora atenazada, que vive siempre con un camisón sexy, y pegada a una botella; la casa del escritor está llena de papeles y libros tirados, sin ningún tipo de aparente orden; la casa de la alumna es un caserón que parece deshabitado donde ella vive sola prácticamente todo el tiempo porque sus padres, millonarios, viajan constantemente; y de Tennessee sólo vemos un bar, supuestamente de autor, pero que es el típico bar americano de cualquier pueblo, y una reunión de poetas excéntricos en otra mansión al más puro estilo cine de terror. De hecho, el tráiler del filme parece una película de terror donde van a ocurrir maldades y mucho sexo, lo que quizás esté solo en la cabeza de los protagonistas.

 

Para ser una película de novata, el rodaje está más allá de la corrección, y además la directora realiza un buen trabajo de dirección de actores, elaborando planos premeditadamente teatrales y creando esa indudable tensión sexual entre Jenny Ortega y Martin Freeman, que se extiende hasta Dagmara Domincyk, que interpreta a la mujer del escritor, y que casualmente también ha escrito un libro en la vida real.