REPORTAJE

Carlos Sanz, Alan Granadino y Antonio Moreno

Nace la Cátedra Jean Monnet “Historia de Europa y de la integración europea (HistEU)”, enfoque crítico para una ciudadanía informada

Texto: Alberto Martín, Fotografía: Jesús de Miguel - 21 ene 2025 15:58 CET

Desde el comienzo de este curso académico la Complutense cuenta con una nueva cátedra Jean Monnet sobre Historia de Europa y de la integración europea (HistEU). Dirigida por los profesores de la Facultad de Geografía e Historia Carlos Sanz Díaz -titular de la Cátedra-, Antonio Moreno Juste y Alan Granadino González, su objetivo es “profundizar en la comprensión de estos temas a través de un enfoque crítico promoviendo una ciudadanía europea informada y comprometida con los desafíos actuales de la UE”.

 

- ¿Cómo surge esta cátedra Jean Monnet?

- Carlos Sanz (CS): Surge porque el equipo de la cátedra ya hacíamos muchas cosas sobre historia de Europa y la integración europea. Dábamos docencia en grado, en máster, un ciclo permanente de formación sobre estudios europeos y relaciones internacionales, hemos tenido dos proyectos de investigación con el Ministerio y empezamos ahora un tercero, todos sobre temática de Europa. Todo invitaba a que profundizásemos también en el ámbito de trabajar en historia de Europa, potenciar los estudios europeos en la Complutense y básicamente visibilizar lo que se está haciendo por parte del grupo y los proyectos de investigación que estamos desarrollando. Veíamos que la cátedra Jean Monnet era una forma de encuadrar todo lo que ya se hacía, y hacer todavía más, potenciándolo, dándolo mayor visibilidad e incidir en algunas cosas en las que quizá no incidíamos tanto como la difusión, la comunicación con la sociedad civil, llegar a otro tipo de profesionales, etc. Lo pedimos el año pasado y tuvimos suerte.

- Antonio Moreno (AM): Nos permite al mismo tiempo potenciar las redes de contacto, de colaboración que tenemos con otras universidades europeas y otros colegas, y parecía que era un ámbito especialmente adecuado, incluso a nivel de formación de doctorado e investigación también. A todos los niveles

 

- ¿Qué duración va a tener y qué actividades comprende?

- CS: Tres años. Arrancamos en septiembre del 24, con el curso académico. Tiene una parte importante de docencia, que incluye varias asignaturas del grado de Historia sobre Historia de Europa; en el Bachelor European Studies, titulación impartida por varias universidades de la alianza Una Europa, se incluye la asignatura European Integration History, y también damos esa misma asignatura en el programa Universidades Americanas Reunidas, lo que nos permite llegar a estudiantes estadounidenses, que son muy ajenos a historia de Europa, por lo que para nosotros es un público interesante.

- AM: Además de las asignaturas de grado, en el máster de Historia Contemporánea, que es un máster interuniversitario, tenemos dos asignaturas sobre estudios europeos e historia de las relaciones internacionales.

- CS: Como actividad propia de la Cátedra, cada año haremos un taller dirigido a no solo estudiantes de universidad, sino también a profesionales, periodistas, sociedad civil. Será cada año sobre un tema. Este 2025 será sobre derechos humanos e integración europea, al cumplirse 50 años de la Conferencia de Helsinki y la creación de la ECSC (Comunidad Europa del Carbón y del Acero). En el 26 nos centraremos en los 40 años de España en la UE, y en el 27 sobre instituciones europeas. Serán talleres de 20 horas, en primavera siempre.

- AM: Y está el ciclo de formación permanente en estudios europeos e historia de las relaciones internacionales, que es en cierto modo un bastidor en el cual se van ubicando diferentes seminarios o conferencias, tanto en los niveles de grado como de posgrado, con las que se intenta difundir, apoyar, desarrollar. A este ciclo invitamos también investigadores visitantes. Se celebra más o menos una vez al mes.

 

- ¿La Cátedra también incluye actividades de investigación o de otro tipo?

- CS: En efecto. En investigación, organizaremos un congreso a la mitad de estos tres años, en otoño de 2026 posiblemente; pero también queremos editar un libro más divulgativo, para un público general, sobre Europa, integración europea y su historia; y otro más académico, específico. También se incluyen los artículos de investigación de cada miembro. Somos nosotros tres y hay otros tres miembros del Departamento de Historia Contemporánea que son colaboradores de la Cátedra, Juan Carlos Pereira, Giulia Quaggio, Emanuele Treglia, y un cuarto, Sergio Molina, que es de la Universidad de Castilla La Mancha, pero que estudió en la UCM.  Y luego está la parte de difusión y transferencia a la sociedad civil, que implica producir materiales divulgativos y didácticos que estén abiertos, on line, de forma gratuita, que iremos colgando. Hemos creado redes sociales, X, Instagram, Facebook, Bluesky y Youtube, donde hemos abierto un canal en el que subiremos videos de los talleres y materiales didácticos.

- Alan Granadino (AG): También estamos abiertos a colaborar con cualquier tipo de institución pública o privada en relación con la difusión del conocimiento en estas materias. De hecho, ya hemos empezado a colaborar realizando un informe técnico con la Fundación Carlos de Amberes, y también colaboramos con otras fundaciones como la Felipe González y la Pablo Iglesias y el Instituto Ortega Marañón.

- CS: Y también tenemos en marcha una cooperación con el Archivo de la Unión Europea, en el que se van a depositar fondos orales a través de entrevistas a protagonistas de la relación España-UE, políticos, diplomáticos, periodistas… Tenemos ya unas cuantas e irán creciendo.

 

- Uno de los objetivos principales de la Cátedra, según señalaban al comienzo, es promover una ciudadanía europea informada. ¿Tanta es la desinformación sobre la Unión Europea para considerarse necesario poner en marcha este tipo de acciones en los países miembros?

- CS: En nuestro ámbito más próximo, sabemos que nuestros estudiantes tienen mucho interés por la historia de Europa y se sienten identificados con el proyecto europeo más que los jóvenes de la UE de media. Entre el 80 y el 90% se identifican con la UE, pero también muy mayoritariamente no saben cómo funciona la UE, no conocen las claves históricas de la construcción europea… Y además esto se refuerza con que con la desinformación, con las fake news, hay que estar constantemente reconstruyendo el conocimiento histórico. Hay quien defiende, como hemos leído hace poco, que Hitler era comunista… Es decir, hay mucho sentimiento de pertenencia a Europa, pero un conocimiento muy difuso. Así que una fórmula de colaborar en la construcción de la ciudadanía europea es que esa ciudadanía sea informada y tenga un conocimiento crítico de la historia de Europa. Tampoco tiene que ser una historia necesariamente en rosa de Europa, sino que muestre las luces, sus sombras, sus crisis

 

-¿Hay mucho bulo también en torno a la historia de Europa promovido desde el propio europeísmo?

- AM: Ha habido un relato europeo dominante, en el que se destacaba una determinada forma de ver Europa, una especie de cuento de navidad en ocasiones, que ha hecho muchísimo daño. Si tú quieres que Europa juegue un rol en el mundo y que Europa sea realmente un ámbito en el cual tenemos que desarrollarnos, hay que tener un conocimiento cabal de lo que es Europa, de lo que significa Europa y de dónde venimos. Nosotros tenemos una visión propia de la Europa del Sur, pero también hay una visión de Europa desde el Norte, desde los países nórdicos, otra desde el Este, y otra desde los países centrales, más canónica. En estos momentos hay un cierto retroceso, por decirlo de alguna manera, de lo que es el relato europeo, un momento en el que hay que rearmar y construir un relato europeo que solo se puede hacer a través de un nuevo proyecto europeo. Más Europa, pero definiendo qué Europa queremos. No cualquier Europa es posible. Quizá con un sentimiento más crítico o menos acrítico que el ha habido actualmente, y tener claro qué significa.

- CS: Las controversias sobre la historia de Europa son enormes. Cada país tiene su propia vertiente, también por su historia particular. España no participó en la segunda guerra mundial de forma directa, otros sí. Nuestra relación con el comunismo es muy diferente de la de los países de la ampliación al Este de 2004. Hay una batalla de relatos de la historia.

- AM: Los del centro recuerdan que la política de Europa occidental es antifascista y la política de Europa oriental es anticomunista. Tenemos un problema de valores muy grave entre la Europa del Este y la occidental, y luego está la división entre el norte, que es rico y el sur, pobre. Estas divisiones de Europa también hay que tenerlas en cuenta y Europa no va a poder terminar con esto de la noche a la mañana. Es lo que hay, es una realidad.

 

-  En una Europa de 27 no parece una misión fácil encontrar puntos comunes…

- AM: Es uno de los objetivos de las cátedras Jean Monnet y de buena parte del trabajo que realiza la comisión europea en cuanto a comunicación.

- CS: Se trata de poner estos temas en la agenda. Cada uno desde su ámbito, nosotros desde la historia, pero hay cátedras Jean Monnet otros muchos: derecho, nuevas tecnologías…

- AM: Se trata de implementar los valores europeos en una identidad europea en positivo. Una identidad europea consciente de esos valores democráticos que nos definen a Europa y que no hay que dar por hechos, sino que hay que pelearlos todos los días.

- CS: La historia puede aportar ahí esa lección de que no han estado siempre ahí y que Europa tiene una larga historia de violencia, de guerras, de dictadura, y que no está garantizado, como, de hecho, se ve en el contexto actual.

- AG: En el contexto actual cobra más relevancia si cabe. Una encuesta de la Universidad de Oxford dice que la llegada de Donald Trump se ve de una manera muy positiva en casi todo el mundo salvo en la Unión Europa y en Corea del Sur. Esto nos dice que los valores sobre los que está construida y sobre los que está basada la UE tienen que ser constantemente recordados y valorizados.

- CS: Aún con sus matices, porque no hay que olvidar que Meloni, Orban… están exultantes.

 

- ¿Se han aprovechado lo suficiente los momentos en los que los europeos, en su gran mayoría, se han sentido orgullosos de serlo, como, por ejemplo, en la reacción a la pandemia y en la postpandemia o en el apoyo a Ucrania, para asentar esos lazos comunes?

- CS: Como bien dices, cuando Europa demuestra su eficacia y su utilidad para los ciudadanos, por ejemplo con la compra de las vacunas durante la pandemia o con los next generation, eso sí genera un consenso europeo bastante grande. Pero cuando no es así, vienen las divisiones.

- AM: En Europa como generes grandes expectativas puedes generar también grandes frustraciones. Ahora, por ejemplo, estamos en una legislatura muy complicada, con una mayoría que sostiene una comisión europeísta, pero no sin poca oposición. Ahora más que nunca hay que comprender más que es lo que es Europa, qué significa Europa y qué nos puede suponer Europa.

 

- ¿Cuáles de esas oportunidades perdidas destacaríais?

- AM: Siempre hay puntos de inflexión, cambios en los vórtices en los que se transforma todo. También es verdad que en algún momento algún exceso de europeísmo ha hecho cometer algunos errores. La constitución europea tuvo su momento, pero el momento más crítico que ha tenido Europa ha sido básicamente en torno a la gran recesión y a las respuestas que se dio por parte de la troika, de la Comisión Europea, del Banco Central Europeo, en torno a la crisis de la zona euro, con las repercusiones que tuvieron y sobre todo con eso que llamamos la policrisis europea. Llevamos una sucesión constante de crisis que desde 2008 han sido más que las crisis de Egipto de carácter bíblico: valores, inmigración, brexit, choques con Orban, relaciones con Estados Unidos... Europa es un proyecto que nos permite en cierto modo mantener una resiliencia europea y unos elementos que van definidos básicamente hacia el bienestar de todos los europeos y de las siguientes generaciones.

- CS: Hace unos años el presidente de la Comisión encargó un informe sobre cómo se planteaba el futuro de la UE a diez años vista. Yo recuerdo que se planteaban cinco escenarios: se podía haber disuelto, haberse limitado al mercado, podía haberse dividido todavía más hacia las dos velocidades que ya hay, podía avanzar o podía casi federalizarse. Si vemos lo que ha ocurrido con la crisis de deuda o con la pandemia, vemos que los tres escenarios más negativos no han ocurrido y se está a medio camino entre el óptimo y el mejor. Se ha profundizado en la integración, se ha mantenido la unidad ante la guerra de Ucrania. Ante la crisis de Gaza e Israel, no, pero la UE con lo compleja que es, mantener lo que tiene y seguir creciendo y seguir siendo un proyecto atractivo, yo creo que eso es algo que hay que valorar. El Brexit parece que ha perjudicado más a Reino Unido que a la propia Unión, y ahora se está hablando de una nueva ampliación, porque el proyecto europeo sigue siendo atractivo para los países del Cáucaso y de otras regiones. Sí, la historia es un camino con bifurcaciones y oportunidades perdidas, pero también la UE yo creo que ha aprovechado bastante bien las crisis como una palanca para todavía avanzar más. Al menos hasta ahora.

- AM: Sí, muchas veces el hecho de que Europa se encuentre ante el borde del abismo la ha hecho reaccionar y que siga hacia adelante, se mantenga el proyecto de integración.

- CS: Además, las alternativas no parecen mejores, la disgregación, la vuelta al estado nacional..

- AM: Si la Unión Europea no existiera, había que inventarla, porque con todos los defectos que tiene, con todos los problemas que tiene, con todas las cosas que plantea, es evidente que es positivo, que nos favorece enormemente y que fuera de la UE hace mucho frío, como han visto los británicos. Y que, como dice Carlos, la UE quiere seguir creciendo, quiere seguir ampliándose, quiere seguir avanzado, a pesar de todos los problemas, de las contradicciones que tiene tener 27 países, como hemos visto con lo de Gaza, pero que con pasos adelante y pequeños pasos hacia atrás, seguimos avanzando.