CURSOS DE VERANO
One Health, una visión optimista frente al grave problema de la resistencia a los antibióticos
Texto: Jaime Fernández - 20 jul 2022 12:59 CET
En estos momentos, en nuestro país, ya mueren más personas por la resistencia de las bacterias a los antibióticos que por accidentes de tráfico. Los datos globales tampoco son muy halagüeños, porque se calcula que para 2050, o quizás para 2040 (debido al acelerón de la COVID-19) estemos en torno a los diez millones de muertos al año debido a dicha resistencia, lo que supondrá el mayor problema sanitario al que tenga que enfrentarse la humanidad. A pesar de eso, los expertos ven algunos motivos para la esperanza, como el hecho de que cada vez se prescribe mejor, de que aumentan las campañas educativas entre los más jóvenes y, sobre todo, porque se está imponiendo la perspectiva One Health, que aúna la salud humana, la animal y la de los ecosistemas. Así lo ha planteado Bruno González Zorn, en la conferencia inaugural del curso “Respuesta One Health y resistencia a los antibióticos: Nuevos abordajes, nuevo PRAN en España”.
Bruno González Zorn, codirector del curso y asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en resistencia a los antibióticos desde una perspectiva One Health (Una Salud), ha informado de que desde este año 2022, el esfuerzo a nivel internacional se ha reforzado pasando de una alianza tripartita a una con cuatro soportes. Si hasta ahora formaban parte la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), se acaba de unir el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
De acuerdo con el catedrático del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Complutense esa unión permitirá ampliar el concepto más allá de las ciencias de la salud, incluyendo a antropólogos, economistas, educadores… “En general a toda la ciencia”. Un concepto que comparte el rector de la UCM, Joaquín Goyache, en lo que él denomina One Health 2.0, y que deberá incluir a filósofos expertos en ética, a abogados y a toda la sociedad, ya que este es un problema a largo plazo, motivado porque “las bacterias son tozudas y llevan siglos matando y hay que intentar ir a la raíz del problema”, a la propia genética bacteriana y, sobre todo, al uso de los antibióticos.
Explica González Zorn que las bacterias son las forma de vida más exitosas de nuestro planeta ya desde que surgió la vida hace unos 4.000 millones de años, y que seguirán aquí cuando nuestra especie se haya extinguido. Es así porque su genética les permite adaptarse de manera “cuasi infinita” y además pasan sus genes de manera transversal de unas bacterias a otras.
El microbiólogo recordó que en la Historia de la Tierra la población humana no ha crecido demasiado hasta que surgió el mayor invento de todos los tiempos, que no es otro que los antibióticos. Con ellos se “rompió el equilibrio entre los humanos y la Tierra, y ahora quizás seamos demasiados”. El problema está en que las bacterias siguen evolucionando y haciéndose resistente a los antibióticos que utilizamos, y además la industria farmacéutica, en especial las grandes compañías, han dejado de desarrollar nuevos antibióticos, para centrarse en otros grandes dilemas como los fármacos para reducir la mortalidad del VIH.
En este preciso momento, en todo el planeta, se están desarrollando sólo 45 antibióticos tradicionales y 32 no tradicionales, que intentan hacer frente a un problema muy complejo ya que la resistencia a los antibióticos “funciona por selección natural darwiniana clásica, es decir con mutaciones aleatorias que seleccionan a las bacterias resistentes”. Frente a eso se puede reducir el consumo de antibióticos, tanto en humanos como en personas y en el medio ambiente, aunque también apostar por la I+D, como lleva haciendo la empresa MSD desde hace 130 años, de los cuales lleva más de 50 implantada en España, según informa su directora ejecutiva de Policy, Cristina Nadal.
Como dato curioso, asegura González Zorn que una de las principales fuentes de creación de la resistencia bacteriana son las aguas residuales de los hospitales en los países en desarrollo, que pasan de ahí al resto de seres vivos, de manera indiscriminada. Añade Rafael Cantón, director del Departamento de Microbiología del Hospital Ramón y Cajal, y codirector del curso, que los dos años y medio de pandemia de la COVID-19 han agravado la situación por el uso masivo de antibióticos que ha habido a nivel mundial.
Courage Kosi Setsoafia Saba, antiguo doctorando de González Zorn, informa de que en Ghana, su país natal, no existe límite alguno para la compra de antibióticos, y eso hace que la resistencia bacteriana sea todavía mayor que en los países donde se están poniendo medidas. El investigador africano apuesta por una visión centrada en la persona, a la que denomina One Person, y que a él mismo le sirvió para recomendar un antibiótico concreto a una enfermera de su país gravemente enferma, debido a la resistencia bacteriana.
En España la situación es diferente, y así lo informa González Zorn, quien asegura que desde que comenzó el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) en 2014, se han puesto en marcha un total de 80 medidas en todo el ámbito nacional que se han traducido en una notable reducción del consumo de antibióticos, tanto en medicina humana como en la veterinaria.
Confía el director del curso que las medidas vayan aumentando y se implementen poco a poco en todo el planeta, para ir haciendo frente a esta gran amenaza silenciosa. De momento y para recibir la información más actualizada, invita a cualquiera que desee participar, tanto en los Cursos de Verano como en el webinar que celebrará la unión de universidades UNA Europa sobre el tema el próximo 5 de octubre.