CURSOS DE VERANO

Hugo Morán Fernández, secretario de Estado de Medio Ambiente

El secretario de Estado de Medio Ambiente cree que hoy sería imposible una Declaración de los Derechos Humanos que no incluyese el derecho ambiental

Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas - 20 jul 2023 13:22 CET

Hugo Morán Fernández, secretario de Estado de Medio Ambiente, ha participado en el curso “75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Retos pendientes”, donde ha considerado que “hoy sería imposible, construyendo desde cero, una Declaración de los Derechos Humanos donde el derecho al medio ambiente no estuviera en el preámbulo de esa declaración”. Eso sí, llegar hasta aquí no ha sido fácil, porque no fue hasta 2010, por ejemplo, cuando la ONU reconoció el derecho al agua y al saneamiento, y además, como señala el secretario de Estado, en estos momentos de negacionismo, por parte de algunas fuerzas políticas, se corre el riesgo de retroceso.

 

A lo largo de su charla y de las muchas preguntas que contestó Hugo Morán Fernández en los Cursos de Verano de la UCM, gravitó una pregunta: ¿Cómo conseguimos que la sociedad se comprometa con el derecho ambiental y que se convierta en algo permanente sin marcha atrás?

 

El secretario de Estado cree que la juventud, y especialmente los niños, ya son plenamente conscientes de los riesgos a los que nos enfrentamos si no cuidamos nuestro planeta y hacemos un uso racional de sus limitados recursos, pero no basta con esperar que pase el tiempo para que sean esas generaciones las que tomen las decisiones, porque “el punto de no retorno está a la vuelta de la esquina”.

 

Cree Morán Fernández que hay que convencer a la población de que el crecimiento tiene un límite, y para eso utiliza el símil de la propia especie humana que crece “hasta determinado momento, pero eso no significa que dejemos de desarrollarnos, y lo mismo pasa con el planeta”.  En relación con esa idea, opina que en la construcción de los derechos el que empuja es el que identifica más riesgos y por eso ahora los que empujan a favor del derecho ambiental son los más jóvenes, “y lo hacen porque nosotros no hemos sido capaces de entender que estamos poniendo en riesgo ese derecho, mientras que ellos sí lo ven”.

 

Añade el secretario de Estado que, “entre el 80 y el 85% de los españoles consideran que el medio ambiente tiene que ser uno de los elementos principales en las políticas de los gobiernos, y ese es un buen punto de partida, aunque no deja de ser un elemento abstracto”. Quiere decir con eso que cuando se trata de una generalidad la población apoyo de manera masiva las medidas ambientales, pero la perspectiva cambia cuando se va al ámbito local, porque ahí muchas veces las medidas medioambientales pueden afectar a las condiciones económicas, como el cierre de minerías en pueblos que viven de ello o el cuidado de Mar Menor que afectaría a la actividad agrícola y ganadera de la zona.

 

En eso casos lo que hay que garantizar una “transición justa” para los que van a ver perjudicada su tradicional forma de vida. Reconoce de todos modos el político que este es “uno de los problemas más difíciles de abordar y establece el debate de si la defensa del medio ambiente es un lastre para el desarrollo o si es el único seguro de vida que tenemos hacia el futuro. Para conseguir esa transición justa merece la pena dedicar recursos públicos que solucionen situaciones críticas”.

 

Morán Fernández identifica tres potenciales pasarelas de concienciación para la población en su conjunto, como son la salud, la educación y la seguridad. Explica que la salud de cada uno de nosotros comienza cuando el entorno en que nos envolvemos es saludable, y el mecanismo para conseguir la salud ambiental es socializar la responsabilidad, como se hizo con la ley del tabaco. La gestión del tráfico implicaría un ejercicio similar que la del tabaquismo, con políticas como la renaturalización de las ciudades, carriles bici, carriles bus, más y mejor transporte público… Pero, como alerta el secretario de Estado, “son leyes de ida y vuelta, que están respaldadas socialmente, así que hay que conseguir que las medidas que son buenas se identifiquen como tal y no pueda haber recesión o involución”.

 

De hecho, el vector salud puede que no sea garantía de éxito, porque por ejemplo “durante la pandemia afloró un movimiento antivacunas, así que pulsiones sociales, que racionalmente analizadas en base a la ciencia empírica parecen imposibles de asumir, afloran en determinados momentos y no es porque la gente sea ignorante, sino que hay elementos que llevan a personas a moverse en esos ámbitos”.

 

De acuerdo con el secretario de Estado, “el cambio climático es el mayor reto al que se ha enfrentado la humanidad, pero no es el más difícil de abordar, ese es el cambio cultural, que no pasa sólo porque se conozca el derecho al medio ambiente, sino que hace falta alfabetizarse en ese sentido para no dejar la deuda a los que vienen detrás, hay que pensar en términos de solidaridad intergeneracional”.