Texto: Jaime Fernández - 5 nov 2021 12:36 CET

Una empresa que se dedica a expoliar pecios se encuentra con un gran tesoro perteneciente a Francis Drake en aguas españolas. La justicia de nuestro país les requisa su botín y lo guarda en la cámara acorazada del Banco de España, lugar hasta el que vendrán los ofendidos piratas con la intención de robarlo.

El guion, firmado por Rafa Martínez, Andrés M. Koppel, Borja González Santaolalla, Michel Gaztambide y Rowan Athale recuerda en sus primeras escenas a la serie La fortuna, de Alejandro Amenábar, pero pronto se convierte en un divertido Ocean’s Eleven que traslada su acción de un casino hasta el inexpugnable Banco de España. Como toda buena película de atracos, el guion es totalmente enrevesado, va dando giros argumentales y ofuscando los planes de los protagonistas hasta que consiguen su objetivo.

En este caso, el grupo de guionistas ha hecho coincidir, con gran acierto, la acción con el Mundial de 2010 y con la expectación creada en las calles madrileñas por la final entre España y Holanda. Eso sí, haciendo trampas como es algo habitual en el cine de Jaume Balagueró. Y si, por ejemplo, en Mientras duermes, el espectador debe creer que debajo de todas las camas de este país hay un espacio para que se meta un intruso y que la policía es muy lela, aquí hay que creerse que el mecanismo de la caja fuerte del Banco de España está bajo tierra, sin ninguna protección, o que no hay ninguna vigilancia en los tejados del Banco.

A pesar de esas evidentes trampas, en las que hay que dejarse caer para que el filme sea creíble, Balagueró consigue rodar una película bastante sólida, muy alejada de su estilo habitual terrorífico y mucho más inspirada por el cine de Hollywood, tanto en su rodaje como en el frenético montaje de David Gallart. Además, hay que reconocer que ha conseguido sacarle un brillo especial a Madrid, preciosa ciudad que casi siempre sale maltrecha en las películas.

Para conseguir darle un toque más internacional, el director se ha rodeado de un equipo de actores de reconocido prestigio como Freddie Highmore, Famke Janssen o Liam Cunningham, y de españoles como José Coronado, Luis Tosar o Emilio Gutiérrez Caba. La variopinta mezcla resulta bastante creíble, incluso a pesar de la sobreactuación de Coronado.

Lo peor del filme, sin duda, es ese título horripilante que tiene, que podrá alejar a mucha gente de las pantallas de los cines. Curiosamente se puede encontrar por otros dos: Asalto a la Casa de la Moneda y The Vault, y curiosamente los tres son igual de malos, aunque quizás el último sea el menos malo de todos.